- Botero esculturas (1998)
- Salmona (1998)
- El sabor de Colombia (1994)
- Wayuú. Cultura del desierto colombiano (1998)
- Semana Santa en Popayán (1999)
- Cartagena de siempre (1992)
- Palacio de las Garzas (1999)
- Juan Montoya (1998)
- Aves de Colombia. Grabados iluminados del Siglo XVIII (1993)
- Alta Colombia. El esplendor de la montaña (1996)
- Artefactos. Objetos artesanales de Colombia (1992)
- Carros. El automovil en Colombia (1995)
- Espacios Comerciales. Colombia (1994)
- Cerros de Bogotá (2000)
- El Terremoto de San Salvador. Narración de un superviviente (2001)
- Manolo Valdés. La intemporalidad del arte (1999)
- Casa de Hacienda. Arquitectura en el campo colombiano (1997)
- Fiestas. Celebraciones y Ritos de Colombia (1995)
- Costa Rica. Pura Vida (2001)
- Luis Restrepo. Arquitectura (2001)
- Ana Mercedes Hoyos. Palenque (2001)
- La Moneda en Colombia (2001)
- Jardines de Colombia (1996)
- Una jornada en Macondo (1995)
- Retratos (1993)
- Atavíos. Raíces de la moda colombiana (1996)
- La ruta de Humboldt. Colombia - Venezuela (1994)
- Trópico. Visiones de la naturaleza colombiana (1997)
- Herederos de los Incas (1996)
- Casa Moderna. Medio siglo de arquitectura doméstica colombiana (1996)
- Bogotá desde el aire (1994)
- La vida en Colombia (1994)
- Casa Republicana. La bella época en Colombia (1995)
- Selva húmeda de Colombia (1990)
- Richter (1997)
- Por nuestros niños. Programas para su Proteccion y Desarrollo en Colombia (1990)
- Mariposas de Colombia (1991)
- Colombia tierra de flores (1990)
- Los países andinos desde el satélite (1995)
- Deliciosas frutas tropicales (1990)
- Arrecifes del Caribe (1988)
- Casa campesina. Arquitectura vernácula de Colombia (1993)
- Páramos (1988)
- Manglares (1989)
- Señor Ladrillo (1988)
- La última muerte de Wozzeck (2000)
- Historia del Café de Guatemala (2001)
- Casa Guatemalteca (1999)
- Silvia Tcherassi (2002)
- Ana Mercedes Hoyos. Retrospectiva (2002)
- Francisco Mejía Guinand (2002)
- Aves del Llano (1992)
- El año que viene vuelvo (1989)
- Museos de Bogotá (1989)
- El arte de la cocina japonesa (1996)
- Botero Dibujos (1999)
- Colombia Campesina (1989)
- Conflicto amazónico. 1932-1934 (1994)
- Débora Arango. Museo de Arte Moderno de Medellín (1986)
- La Sabana de Bogotá (1988)
- Casas de Embajada en Washington D.C. (2004)
- XVI Bienal colombiana de Arquitectura 1998 (1998)
- Visiones del Siglo XX colombiano. A través de sus protagonistas ya muertos (2003)
- Río Bogotá (1985)
- Jacanamijoy (2003)
- Álvaro Barrera. Arquitectura y Restauración (2003)
- Campos de Golf en Colombia (2003)
- Cartagena de Indias. Visión panorámica desde el aire (2003)
- Guadua. Arquitectura y Diseño (2003)
- Enrique Grau. Homenaje (2003)
- Mauricio Gómez. Con la mano izquierda (2003)
- Ignacio Gómez Jaramillo (2003)
- Tesoros del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. 350 años (2003)
- Manos en el arte colombiano (2003)
- Historia de la Fotografía en Colombia. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1983)
- Arenas Betancourt. Un realista más allá del tiempo (1986)
- Los Figueroa. Aproximación a su época y a su pintura (1986)
- Andrés de Santa María (1985)
- Ricardo Gómez Campuzano (1987)
- El encanto de Bogotá (1987)
- Manizales de ayer. Album de fotografías (1987)
- Ramírez Villamizar. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1984)
- La transformación de Bogotá (1982)
- Las fronteras azules de Colombia (1985)
- Botero en el Museo Nacional de Colombia. Nueva donación 2004 (2004)
- Gonzalo Ariza. Pinturas (1978)
- Grau. El pequeño viaje del Barón Von Humboldt (1977)
- Bogotá Viva (2004)
- Albergues del Libertador en Colombia. Banco de la República (1980)
- El Rey triste (1980)
- Gregorio Vásquez (1985)
- Ciclovías. Bogotá para el ciudadano (1983)
- Negret escultor. Homenaje (2004)
- Mefisto. Alberto Iriarte (2004)
- Suramericana. 60 Años de compromiso con la cultura (2004)
- Rostros de Colombia (1985)
- Flora de Los Andes. Cien especies del Altiplano Cundi-Boyacense (1984)
- Casa de Nariño (1985)
- Periodismo gráfico. Círculo de Periodistas de Bogotá (1984)
- Cien años de arte colombiano. 1886 - 1986 (1985)
- Pedro Nel Gómez (1981)
- Colombia amazónica (1988)
- Palacio de San Carlos (1986)
- Veinte años del Sena en Colombia. 1957-1977 (1978)
- Bogotá. Estructura y principales servicios públicos (1978)
- Colombia Parques Naturales (2006)
- Érase una vez Colombia (2005)
- Colombia 360°. Ciudades y pueblos (2006)
- Bogotá 360°. La ciudad interior (2006)
- Guatemala inédita (2006)
- Casa de Recreo en Colombia (2005)
- Manzur. Homenaje (2005)
- Gerardo Aragón (2009)
- Santiago Cárdenas (2006)
- Omar Rayo. Homenaje (2006)
- Beatriz González (2005)
- Casa de Campo en Colombia (2007)
- Luis Restrepo. construcciones (2007)
- Juan Cárdenas (2007)
- Luis Caballero. Homenaje (2007)
- Fútbol en Colombia (2007)
- Cafés de Colombia (2008)
- Colombia es Color (2008)
- Armando Villegas. Homenaje (2008)
- Manuel Hernández (2008)
- Alicia Viteri. Memoria digital (2009)
- Clemencia Echeverri. Sin respuesta (2009)
- Museo de Arte Moderno de Cartagena de Indias (2009)
- Agua. Riqueza de Colombia (2009)
- Volando Colombia. Paisajes (2009)
- Colombia en flor (2009)
- Medellín 360º. Cordial, Pujante y Bella (2009)
- Arte Internacional. Colección del Banco de la República (2009)
- Hugo Zapata (2009)
- Apalaanchi. Pescadores Wayuu (2009)
- Bogotá vuelo al pasado (2010)
- Grabados Antiguos de la Pontificia Universidad Javeriana. Colección Eduardo Ospina S. J. (2010)
- Orquídeas. Especies de Colombia (2010)
- Apartamentos. Bogotá (2010)
- Luis Caballero. Erótico (2010)
- Luis Fernando Peláez (2010)
- Aves en Colombia (2011)
- Pedro Ruiz (2011)
- El mundo del arte en San Agustín (2011)
- Cundinamarca. Corazón de Colombia (2011)
- El hundimiento de los Partidos Políticos Tradicionales venezolanos: El caso Copei (2014)
- Artistas por la paz (1986)
- Reglamento de uniformes, insignias, condecoraciones y distintivos para el personal de la Policía Nacional (2009)
- Historia de Bogotá. Tomo I - Conquista y Colonia (2007)
- Historia de Bogotá. Tomo II - Siglo XIX (2007)
- Academia Colombiana de Jurisprudencia. 125 Años (2019)
- Duque, su presidencia (2022)
A manera de epílogo
El clima de la Bogotá de finales del siglo xx y comienzos del xxi ha variado un poco respecto al que conocieron los bogotanos del siglo xix y del xx hasta los años sesenta, en que los habitantes, hombres y mujeres, vestían de negro riguroso, para protegerse del frío (según dicen las crónicas) y cargaban paraguas todo el día, porque hasta en el verano llovía.
El clima de la Bogotá de finales del siglo xx y comienzos del xxi ha variado un poco respecto al que conocieron los bogotanos del siglo xix y del xx hasta los años sesenta, en que los habitantes, hombres y mujeres, vestían de negro riguroso, para protegerse del frío (según dicen las crónicas) y cargaban paraguas todo el día, porque hasta en el verano llovía.
El clima de la Bogotá de finales del siglo xx y comienzos del xxi ha variado un poco respecto al que conocieron los bogotanos del siglo xix y del xx hasta los años sesenta, en que los habitantes, hombres y mujeres, vestían de negro riguroso, para protegerse del frío (según dicen las crónicas) y cargaban paraguas todo el día, porque hasta en el verano llovía.
Estampa de la vida cotidiana en la Bogotá que se abre al siglo xxi.
Estampa de la vida cotidiana en la Bogotá que se abre al siglo xxi.
Estampa de la vida cotidiana en la Bogotá que se abre al siglo xxi.
Estampa de la vida cotidiana en la Bogotá que se abre al siglo xxi.
Estampa de la vida cotidiana en la Bogotá que se abre al siglo xxi.
Estampa de la vida cotidiana en la Bogotá que se abre al siglo xxi.
Estampa de la vida cotidiana en la Bogotá que se abre al siglo xxi.
Texto de: Fabio Zambrano Pantoja
La evolución histórica que presenta Bogotá en el transcurso del siglo xx no deja de ser sorprendente. No ha contado con las circunstancias que han servido de base para que se construyan grandes ciudades en Latinoamérica, como han sido la condición de ciudad puerto, centro minero o núcleo exportador y, sin embargo, la ciudad comienza el siglo xxi como un ejemplo de éxito urbano para América Latina. Hace unas décadas este resultado no se esperaba. Varias son las condiciones para que esto haya sucedido, y nuestro análisis se encuadra en una mirada de larga duración. Vale decir, nuestra argumentación busca explicar las razones estructurales, no las coyunturales.
En primer lugar, el territorio. Se trata de un conjunto territorial de gran diversidad ecológica, quizá el de mayor oferta ambiental que posee Colombia, organizado en una arquitectura espacial que ha permitido intercambios con pocos tiempos y costos de transporte, gracias a la disposición de diversos ecosistemas a corta distancia. Además, está la localización de la ciudad en este conjunto, siendo la que más cerca se encuentra al río Magdalena, de donde deriva funciones de puerto de montaña, una de las claves para comprender su consolidación como centro de servicios de comercio para la región central. De manera casual, pues no fue resultante de ningún acto planeado, la localización de la ciudad es singular, en razón a que es la capital americana más centrada en el espacio nacional. Todas estas condiciones le han permitido ser el centro de una región que cuenta con complementariedades ecológicas, con una localización privilegiada y una centralidad espacial un tanto casual. No olvidemos la localización del país en el extremo norte de Suramérica, que la convierte en un eje de las comunicaciones continentales, cosa que nos explica la función de plataforma aeroportuaria que hoy desempeña. Esta diversidad de grandes ventajas ha sido bien aprovechada.
En segundo lugar, la población. Desde varios siglos antes de la conquista española, el territorio muisca era el lugar más poblado de la actual Colombia. Santafé y luego Bogotá, en la Colonia y la República, va a ser el centro del recipiente territorial de mayor población en el país. Es una población que ha necesitado pocos aportes demográficos, de otras etnias o migraciones, y por lo tanto se ha caracterizado por una gran coherencia cultural andina. Más bien, ha ofrecido sus excedentes demográficos a otras regiones. Además, esta población ha sido sometida a diversos sistemas jerárquicos, sometimientos que han permitido diversos sistemas de control, como el moral, el político, el económico, definitivos en la facilitación de la explotación de esta población.
En tercer lugar, el Estado. En razón a ser el recipiente territorial de mayor población sedentaria y tributaria que encuentran los españoles, aquí se establece el centro administrativo para todo el conjunto colonial del Nuevo Reino de Granada. Estos servicios administrativos los hereda la República y de ellos se beneficia la ciudad, pues se constituye en un componente de la personalidad histórica bogotana, como ha sido y es la de ser un centro de servicios burocráticos. La condición de ser una ciudad letrada ha sido un factor importante en su historia. Gracias a que acá se encuentra esta valiosa población de indios tributarios, a que aquí se establece la capital y a que la centralidad política está acompañada de la centralidad religiosa, la región central es el espacio de la actual Colombia donde mayor institucionalidad ha habido, donde la presencia del Estado, colonial y republicano, ha sido una de las grandes continuidades de su historia. Es la región con mayor presencia estatal que tiene el país y la que presenta una larga experiencia de tributación.
En cuarto lugar, la economía. La región no ha contado con excepcionales momentos de crecimientos espectaculares derivados de bonanzas pasajeras, sino que, por el contrario, ha dispuesto de una riqueza agraria que le ha permitido lentos pero constantes procesos de acumulación de riquezas que se han ido trasladando al centro de poder, Bogotá. Esta región ha estado en expansión, gracias a la modernización de los transportes, proceso que le ha permitido agregar constantemente nuevas territorialidades que ingresan a la región económica que controla la ciudad. Recordemos el detalle, que es indicativo de su fortaleza económica, como es que los dos únicos bancos fundados en el siglo xix, que logran sobrevivir hasta el presente, y que además son los más grandes del país, son los bancos de Bogotá y de Colombia, nacidos y desarrollados en esta ciudad. Recordemos, también, que la modernización de los transportes le permite a la ciudad controlar el único eje de comunicación transversal que tiene el país, como es el que lo atraviesa desde Cúcuta hasta Buenaventura, que, precisamente, se constituye en la salida de Venezuela al Pacífico. Ser la capital de una región en constante crecimiento, con una sólida base agraria, bien localizada, que cuenta con la mayor población del país, con altos índices de urbanización, que es además la menos pobre y con una gran coherencia cultural, le han permitido a la ciudad ser un gran centro de consumo, más que una ciudad industrial, y la han convertido en un gran centro de comercio, donde se concentra el consumo de manera notoria.
En quinto lugar, los servicios educativos y culturales. Desde la Colonia, la ciudad ha prestado servicios educativos, que se han convertido en un mecanismo para captar las elites de diversas provincias y para preparar sus cuadros administrativos, y desarrollar uno de sus rasgos históricos como es el de los servicios culturales, la vida intelectual, la producción literaria. Bogotá ha sido el centro simbólico de la nación, y en la gestión de esta función se ha construido una sólida base de servicios de comunicación, de radio, prensa, televisión y, últimamente, de cine. Hoy la industria cultural se está constituyendo en un nuevo renglón de la economía urbana, de gran importancia ya que ha estado acompañada por el desarrollo de una sociedad urbana cada vez más global y más informacional.
Por último, destacamos la escala de la ciudad en el contexto nacional. Tengamos presente que nuestro país ha sido policéntrico, nunca hemos contado con un gran centro de poder, sino, al contrario, ha habido una diversidad de ciudades que prestan diversos servicios. De esta manera, el proceso de urbanización se ha desarrollado en varios centros urbanos, de tamaño mediano y algunos grandes, que han recibido los aportes migratorios, de tal manera que no se han dirigido a una sola ciudad, como ha sucedido en otros países. Hoy Bogotá concentra menos del 20 por ciento de la población nacional, y si bien en los guarismos económicos se encuentra una mayor centralidad, ésta no es significativa dentro del contexto latinoamericano. Lo cual constituye una ventaja, puesto que esta escala demográfica ha permitido una mejor gestión de las dinámicas urbanas contemporáneas.
Todos estos elementos han permitido construir una ciudad cada vez más global, más moderna, más plural, más rica y cada vez más independiente del país. Consideramos que Bogotá, como capital de la nación, no representa al país, y todavía no ha logrado ejemplarizar sus éxitos en la gestión urbana. Esta evolución divergente del país confirma nuestra hipótesis de que el éxito de Bogotá ha dependido de sus propias dinámicas históricas, acumuladas en el espacio y en el tiempo, y no tanto de decisiones coyunturales de dirigentes visionarios y mesiánicos que rescataran la ciudad de la anomia social.
El éxito de Bogotá lo han hecho los bogotanos, con aciertos y desaciertos, en un proceso gigantesco de esfuerzos individuales y colectivos, que en los últimos años ha tenido una buena interpretación de la dirigencia que ellos mismos han elegido para los cargos ejecutivos de la ciudad. Esperemos que los aciertos sean sostenibles y que las interpretaciones acertadas de las dinámicas urbanas continúen en la próxima administración.
Al cerrar la edición de esta publicación, Samuel Moreno Rojas fue elegido como alcalde de Bogotá para el periodo 2008-2011. En sus declaraciones ha expresado la intención de apoyar la continuidad tanto de los programas que por más de dos décadas se han venido consolidando en la capital y ya le son propios, como las iniciativas planteadas durante su campaña y los programas sociales que adelanta con éxito la actual administración del alcalde Luis Eduardo Garzón.
Bogotá, cuando no se esperaba, comienza a ser un ejemplo de ciudad moderna. En la década de los ochenta, la ciudad presentaba un cuadro desalentador, mientras que hoy es destino obligado de las romerías de los urbanistas internacionales que la incluyen en la lista de ciudades que están resolviendo sus problemas de manera acertada.
#AmorPorColombia
A manera de epílogo
El clima de la Bogotá de finales del siglo xx y comienzos del xxi ha variado un poco respecto al que conocieron los bogotanos del siglo xix y del xx hasta los años sesenta, en que los habitantes, hombres y mujeres, vestían de negro riguroso, para protegerse del frío (según dicen las crónicas) y cargaban paraguas todo el día, porque hasta en el verano llovía.
El clima de la Bogotá de finales del siglo xx y comienzos del xxi ha variado un poco respecto al que conocieron los bogotanos del siglo xix y del xx hasta los años sesenta, en que los habitantes, hombres y mujeres, vestían de negro riguroso, para protegerse del frío (según dicen las crónicas) y cargaban paraguas todo el día, porque hasta en el verano llovía.
El clima de la Bogotá de finales del siglo xx y comienzos del xxi ha variado un poco respecto al que conocieron los bogotanos del siglo xix y del xx hasta los años sesenta, en que los habitantes, hombres y mujeres, vestían de negro riguroso, para protegerse del frío (según dicen las crónicas) y cargaban paraguas todo el día, porque hasta en el verano llovía.
Estampa de la vida cotidiana en la Bogotá que se abre al siglo xxi.
Estampa de la vida cotidiana en la Bogotá que se abre al siglo xxi.
Estampa de la vida cotidiana en la Bogotá que se abre al siglo xxi.
Estampa de la vida cotidiana en la Bogotá que se abre al siglo xxi.
Estampa de la vida cotidiana en la Bogotá que se abre al siglo xxi.
Estampa de la vida cotidiana en la Bogotá que se abre al siglo xxi.
Estampa de la vida cotidiana en la Bogotá que se abre al siglo xxi.
Texto de: Fabio Zambrano Pantoja
La evolución histórica que presenta Bogotá en el transcurso del siglo xx no deja de ser sorprendente. No ha contado con las circunstancias que han servido de base para que se construyan grandes ciudades en Latinoamérica, como han sido la condición de ciudad puerto, centro minero o núcleo exportador y, sin embargo, la ciudad comienza el siglo xxi como un ejemplo de éxito urbano para América Latina. Hace unas décadas este resultado no se esperaba. Varias son las condiciones para que esto haya sucedido, y nuestro análisis se encuadra en una mirada de larga duración. Vale decir, nuestra argumentación busca explicar las razones estructurales, no las coyunturales.
En primer lugar, el territorio. Se trata de un conjunto territorial de gran diversidad ecológica, quizá el de mayor oferta ambiental que posee Colombia, organizado en una arquitectura espacial que ha permitido intercambios con pocos tiempos y costos de transporte, gracias a la disposición de diversos ecosistemas a corta distancia. Además, está la localización de la ciudad en este conjunto, siendo la que más cerca se encuentra al río Magdalena, de donde deriva funciones de puerto de montaña, una de las claves para comprender su consolidación como centro de servicios de comercio para la región central. De manera casual, pues no fue resultante de ningún acto planeado, la localización de la ciudad es singular, en razón a que es la capital americana más centrada en el espacio nacional. Todas estas condiciones le han permitido ser el centro de una región que cuenta con complementariedades ecológicas, con una localización privilegiada y una centralidad espacial un tanto casual. No olvidemos la localización del país en el extremo norte de Suramérica, que la convierte en un eje de las comunicaciones continentales, cosa que nos explica la función de plataforma aeroportuaria que hoy desempeña. Esta diversidad de grandes ventajas ha sido bien aprovechada.
En segundo lugar, la población. Desde varios siglos antes de la conquista española, el territorio muisca era el lugar más poblado de la actual Colombia. Santafé y luego Bogotá, en la Colonia y la República, va a ser el centro del recipiente territorial de mayor población en el país. Es una población que ha necesitado pocos aportes demográficos, de otras etnias o migraciones, y por lo tanto se ha caracterizado por una gran coherencia cultural andina. Más bien, ha ofrecido sus excedentes demográficos a otras regiones. Además, esta población ha sido sometida a diversos sistemas jerárquicos, sometimientos que han permitido diversos sistemas de control, como el moral, el político, el económico, definitivos en la facilitación de la explotación de esta población.
En tercer lugar, el Estado. En razón a ser el recipiente territorial de mayor población sedentaria y tributaria que encuentran los españoles, aquí se establece el centro administrativo para todo el conjunto colonial del Nuevo Reino de Granada. Estos servicios administrativos los hereda la República y de ellos se beneficia la ciudad, pues se constituye en un componente de la personalidad histórica bogotana, como ha sido y es la de ser un centro de servicios burocráticos. La condición de ser una ciudad letrada ha sido un factor importante en su historia. Gracias a que acá se encuentra esta valiosa población de indios tributarios, a que aquí se establece la capital y a que la centralidad política está acompañada de la centralidad religiosa, la región central es el espacio de la actual Colombia donde mayor institucionalidad ha habido, donde la presencia del Estado, colonial y republicano, ha sido una de las grandes continuidades de su historia. Es la región con mayor presencia estatal que tiene el país y la que presenta una larga experiencia de tributación.
En cuarto lugar, la economía. La región no ha contado con excepcionales momentos de crecimientos espectaculares derivados de bonanzas pasajeras, sino que, por el contrario, ha dispuesto de una riqueza agraria que le ha permitido lentos pero constantes procesos de acumulación de riquezas que se han ido trasladando al centro de poder, Bogotá. Esta región ha estado en expansión, gracias a la modernización de los transportes, proceso que le ha permitido agregar constantemente nuevas territorialidades que ingresan a la región económica que controla la ciudad. Recordemos el detalle, que es indicativo de su fortaleza económica, como es que los dos únicos bancos fundados en el siglo xix, que logran sobrevivir hasta el presente, y que además son los más grandes del país, son los bancos de Bogotá y de Colombia, nacidos y desarrollados en esta ciudad. Recordemos, también, que la modernización de los transportes le permite a la ciudad controlar el único eje de comunicación transversal que tiene el país, como es el que lo atraviesa desde Cúcuta hasta Buenaventura, que, precisamente, se constituye en la salida de Venezuela al Pacífico. Ser la capital de una región en constante crecimiento, con una sólida base agraria, bien localizada, que cuenta con la mayor población del país, con altos índices de urbanización, que es además la menos pobre y con una gran coherencia cultural, le han permitido a la ciudad ser un gran centro de consumo, más que una ciudad industrial, y la han convertido en un gran centro de comercio, donde se concentra el consumo de manera notoria.
En quinto lugar, los servicios educativos y culturales. Desde la Colonia, la ciudad ha prestado servicios educativos, que se han convertido en un mecanismo para captar las elites de diversas provincias y para preparar sus cuadros administrativos, y desarrollar uno de sus rasgos históricos como es el de los servicios culturales, la vida intelectual, la producción literaria. Bogotá ha sido el centro simbólico de la nación, y en la gestión de esta función se ha construido una sólida base de servicios de comunicación, de radio, prensa, televisión y, últimamente, de cine. Hoy la industria cultural se está constituyendo en un nuevo renglón de la economía urbana, de gran importancia ya que ha estado acompañada por el desarrollo de una sociedad urbana cada vez más global y más informacional.
Por último, destacamos la escala de la ciudad en el contexto nacional. Tengamos presente que nuestro país ha sido policéntrico, nunca hemos contado con un gran centro de poder, sino, al contrario, ha habido una diversidad de ciudades que prestan diversos servicios. De esta manera, el proceso de urbanización se ha desarrollado en varios centros urbanos, de tamaño mediano y algunos grandes, que han recibido los aportes migratorios, de tal manera que no se han dirigido a una sola ciudad, como ha sucedido en otros países. Hoy Bogotá concentra menos del 20 por ciento de la población nacional, y si bien en los guarismos económicos se encuentra una mayor centralidad, ésta no es significativa dentro del contexto latinoamericano. Lo cual constituye una ventaja, puesto que esta escala demográfica ha permitido una mejor gestión de las dinámicas urbanas contemporáneas.
Todos estos elementos han permitido construir una ciudad cada vez más global, más moderna, más plural, más rica y cada vez más independiente del país. Consideramos que Bogotá, como capital de la nación, no representa al país, y todavía no ha logrado ejemplarizar sus éxitos en la gestión urbana. Esta evolución divergente del país confirma nuestra hipótesis de que el éxito de Bogotá ha dependido de sus propias dinámicas históricas, acumuladas en el espacio y en el tiempo, y no tanto de decisiones coyunturales de dirigentes visionarios y mesiánicos que rescataran la ciudad de la anomia social.
El éxito de Bogotá lo han hecho los bogotanos, con aciertos y desaciertos, en un proceso gigantesco de esfuerzos individuales y colectivos, que en los últimos años ha tenido una buena interpretación de la dirigencia que ellos mismos han elegido para los cargos ejecutivos de la ciudad. Esperemos que los aciertos sean sostenibles y que las interpretaciones acertadas de las dinámicas urbanas continúen en la próxima administración.
Al cerrar la edición de esta publicación, Samuel Moreno Rojas fue elegido como alcalde de Bogotá para el periodo 2008-2011. En sus declaraciones ha expresado la intención de apoyar la continuidad tanto de los programas que por más de dos décadas se han venido consolidando en la capital y ya le son propios, como las iniciativas planteadas durante su campaña y los programas sociales que adelanta con éxito la actual administración del alcalde Luis Eduardo Garzón.
Bogotá, cuando no se esperaba, comienza a ser un ejemplo de ciudad moderna. En la década de los ochenta, la ciudad presentaba un cuadro desalentador, mientras que hoy es destino obligado de las romerías de los urbanistas internacionales que la incluyen en la lista de ciudades que están resolviendo sus problemas de manera acertada.