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La ruta de HumboldtColombia - Venezuela /

Andes Venezolanos

Andes Venezolanos

Mapa geográfico de Barquisimeto. Octubre de 1838.

Mapa geográfico de Barquisimeto. Octubre de 1838. 

Frailejón en el Páramo de Rosas

En las altas montañas, en donde nacen los ríos cordilleranos, se encuentran los valles de origen glacial poblados de frailejones, musgos y líquenes. En los amontanamientos de piedras y barro se llegan a formar en muchos casos lagunas de aguas claras.

Frailejón en el Páramo de Rosas En las altas montañas, en donde nacen los ríos cordilleranos, se encuentran los valles de origen glacial poblados de frailejones, musgos y líquenes. En los amontanamientos de piedras y barro se llegan a formar en muchos casos lagunas de aguas claras. 

La Concha, Cordillera de Mérida
Anton Goering, 1869
Acuarela sobre papel
31 x 46 cm

La Concha, Cordillera de Mérida Anton Goering, 1869 Acuarela sobre papel 31 x 46 cm 

Frailejón, Espeletia grandiflora

Los Andes venezolanos, resultado de la bifurcación de la Cordillera Oriental de Colombia en dos ramales: la serranía de Perijá y la Cordillera de Mérida, no pudieron ser recorridos por Humboldt como habría sido su deseo pues su objetivo era otro: la unión del Orinoco con el Amazonas a través del Río Negro y el brazo del Casiquiare.

Frailejón, Espeletia grandiflora Los Andes venezolanos, resultado de la bifurcación de la Cordillera Oriental de Colombia en dos ramales: la serranía de Perijá y la Cordillera de Mérida, no pudieron ser recorridos por Humboldt como habría sido su deseo pues su objetivo era otro: la unión del Orinoco con el Amazonas a través del Río Negro y el brazo del Casiquiare.  

Texto de: Alexander von Humboldt

Como la conquista de la provincia de Venezuela comenzó por su extremo occidental, son las montañas inmediatas a Coro, el Tocuyo y Barquisimeto las que primeramente llamaron la atención de los conquistadores. Estas montañas reúnen las cordilleras de la Nueva Granada (las de Santa Fe, Pamplona, La Grita y Mérida) con la sierra costanera de Caracas. Es un terreno tanto más interesante para el geognosta, cuanto ningún mapa ha demostrado hasta ahora las ramificaciones de las montañas que envían hacia el Noreste los páramos de Niquitao y de las Rosas, últimos de aquellos cuya altura llega a 1.600 toesas. Entre el Tocuyo, Araure y Barquisimeto se eleva el grupo de montañas del Altar, que se enlaza hacia el Suroeste con el Páramo de las Rosas. Un ramal del Altar se prolonga al Noreste por San Felipe el Fuerte, y se reúne con las montañas graníticas del litoral cerca de Puerto Cabello. El otro ramal se dirige por el Este a Nirgua y el Tinaco para juntarse a la cordillera del interior, a la de Yuma, Villa de Cura y Sabana de Ocumare. Todo este terreno que acabamos de describir separa las aguas que van al Orinoco de las que corren al inmenso lago de Maracaibo y al mar de las Antillas. Sus climas son más bien templados que cálidos y se le mira en el país, a pesar de su alejamiento de más de cien leguas, como una prolongación de los terrenos metalíferos de Pamplona. Fue en este grupo de montañas occidentales de Venezuela donde los españoles trabajaron, desde el año de 1551, la mina de oro de Buría o Real de Minas de San Felipe de Buría, que ocasionó la fundación de la ciudad de Barquisimeto o Nueva Segovia; pero estos trabajos, como varias otras minas sucesivamente abiertas, fueron pronto abandonados. Aquí, como en todas las montañas de Venezuela, los yacimientos de minerales resultaron ser muy inconstantes en su disposición. A menudo se dividen y se interrumpen los filones: no aparecen los metales sino en riñones y presentan las apariencias más engañosas. No es sin embargo en este mismo grupo de montañas de San Felipe y de Barquisimeto donde se ha continuado hasta nuestros días el laboreo de las minas. Las de Aroa, cerca de San Felipe el Fuerte, situadas en el corazón de un país en extremo febrígeno, son las únicas que se explotan en toda la capitanía general de Caracas. Producen una corta cantidad de cobre, y de ellas hablaremos en otra ocasión, luego que hayamos recorrido los hermosos valles de Aragua y las orillas del lago de Valencia. […]

La ruta de Humboldt
Colombia - Venezuela /
Andes Venezolanos

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La ruta de Humboldt Colombia - Venezuela / Andes Venezolanos

Andes Venezolanos

Mapa geográfico de Barquisimeto. Octubre de 1838.

Mapa geográfico de Barquisimeto. Octubre de 1838. 

 

Frailejón en el Páramo de Rosas

En las altas montañas, en donde nacen los ríos cordilleranos, se encuentran los valles de origen glacial poblados de frailejones, musgos y líquenes. En los amontanamientos de piedras y barro se llegan a formar en muchos casos lagunas de aguas claras.

Frailejón en el Páramo de Rosas En las altas montañas, en donde nacen los ríos cordilleranos, se encuentran los valles de origen glacial poblados de frailejones, musgos y líquenes. En los amontanamientos de piedras y barro se llegan a formar en muchos casos lagunas de aguas claras. 

 

La Concha, Cordillera de Mérida
Anton Goering, 1869
Acuarela sobre papel
31 x 46 cm

La Concha, Cordillera de Mérida Anton Goering, 1869 Acuarela sobre papel 31 x 46 cm 

 

Frailejón, Espeletia grandiflora

Los Andes venezolanos, resultado de la bifurcación de la Cordillera Oriental de Colombia en dos ramales: la serranía de Perijá y la Cordillera de Mérida, no pudieron ser recorridos por Humboldt como habría sido su deseo pues su objetivo era otro: la unión del Orinoco con el Amazonas a través del Río Negro y el brazo del Casiquiare.

Frailejón, Espeletia grandiflora Los Andes venezolanos, resultado de la bifurcación de la Cordillera Oriental de Colombia en dos ramales: la serranía de Perijá y la Cordillera de Mérida, no pudieron ser recorridos por Humboldt como habría sido su deseo pues su objetivo era otro: la unión del Orinoco con el Amazonas a través del Río Negro y el brazo del Casiquiare.  

 

Texto de: Alexander von Humboldt

Como la conquista de la provincia de Venezuela comenzó por su extremo occidental, son las montañas inmediatas a Coro, el Tocuyo y Barquisimeto las que primeramente llamaron la atención de los conquistadores. Estas montañas reúnen las cordilleras de la Nueva Granada (las de Santa Fe, Pamplona, La Grita y Mérida) con la sierra costanera de Caracas. Es un terreno tanto más interesante para el geognosta, cuanto ningún mapa ha demostrado hasta ahora las ramificaciones de las montañas que envían hacia el Noreste los páramos de Niquitao y de las Rosas, últimos de aquellos cuya altura llega a 1.600 toesas. Entre el Tocuyo, Araure y Barquisimeto se eleva el grupo de montañas del Altar, que se enlaza hacia el Suroeste con el Páramo de las Rosas. Un ramal del Altar se prolonga al Noreste por San Felipe el Fuerte, y se reúne con las montañas graníticas del litoral cerca de Puerto Cabello. El otro ramal se dirige por el Este a Nirgua y el Tinaco para juntarse a la cordillera del interior, a la de Yuma, Villa de Cura y Sabana de Ocumare. Todo este terreno que acabamos de describir separa las aguas que van al Orinoco de las que corren al inmenso lago de Maracaibo y al mar de las Antillas. Sus climas son más bien templados que cálidos y se le mira en el país, a pesar de su alejamiento de más de cien leguas, como una prolongación de los terrenos metalíferos de Pamplona. Fue en este grupo de montañas occidentales de Venezuela donde los españoles trabajaron, desde el año de 1551, la mina de oro de Buría o Real de Minas de San Felipe de Buría, que ocasionó la fundación de la ciudad de Barquisimeto o Nueva Segovia; pero estos trabajos, como varias otras minas sucesivamente abiertas, fueron pronto abandonados. Aquí, como en todas las montañas de Venezuela, los yacimientos de minerales resultaron ser muy inconstantes en su disposición. A menudo se dividen y se interrumpen los filones: no aparecen los metales sino en riñones y presentan las apariencias más engañosas. No es sin embargo en este mismo grupo de montañas de San Felipe y de Barquisimeto donde se ha continuado hasta nuestros días el laboreo de las minas. Las de Aroa, cerca de San Felipe el Fuerte, situadas en el corazón de un país en extremo febrígeno, son las únicas que se explotan en toda la capitanía general de Caracas. Producen una corta cantidad de cobre, y de ellas hablaremos en otra ocasión, luego que hayamos recorrido los hermosos valles de Aragua y las orillas del lago de Valencia. […]

La ruta de Humboldt Colombia - Venezuela / Andes Venezolanos

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