- Botero esculturas (1998)
- Salmona (1998)
- El sabor de Colombia (1994)
- Wayuú. Cultura del desierto colombiano (1998)
- Semana Santa en Popayán (1999)
- Cartagena de siempre (1992)
- Palacio de las Garzas (1999)
- Juan Montoya (1998)
- Aves de Colombia. Grabados iluminados del Siglo XVIII (1993)
- Alta Colombia. El esplendor de la montaña (1996)
- Artefactos. Objetos artesanales de Colombia (1992)
- Carros. El automovil en Colombia (1995)
- Espacios Comerciales. Colombia (1994)
- Cerros de Bogotá (2000)
- El Terremoto de San Salvador. Narración de un superviviente (2001)
- Manolo Valdés. La intemporalidad del arte (1999)
- Casa de Hacienda. Arquitectura en el campo colombiano (1997)
- Fiestas. Celebraciones y Ritos de Colombia (1995)
- Costa Rica. Pura Vida (2001)
- Luis Restrepo. Arquitectura (2001)
- Ana Mercedes Hoyos. Palenque (2001)
- La Moneda en Colombia (2001)
- Jardines de Colombia (1996)
- Una jornada en Macondo (1995)
- Retratos (1993)
- Atavíos. Raíces de la moda colombiana (1996)
- La ruta de Humboldt. Colombia - Venezuela (1994)
- Trópico. Visiones de la naturaleza colombiana (1997)
- Herederos de los Incas (1996)
- Casa Moderna. Medio siglo de arquitectura doméstica colombiana (1996)
- Bogotá desde el aire (1994)
- La vida en Colombia (1994)
- Casa Republicana. La bella época en Colombia (1995)
- Selva húmeda de Colombia (1990)
- Richter (1997)
- Por nuestros niños. Programas para su Proteccion y Desarrollo en Colombia (1990)
- Mariposas de Colombia (1991)
- Colombia tierra de flores (1990)
- Los países andinos desde el satélite (1995)
- Deliciosas frutas tropicales (1990)
- Arrecifes del Caribe (1988)
- Casa campesina. Arquitectura vernácula de Colombia (1993)
- Páramos (1988)
- Manglares (1989)
- Señor Ladrillo (1988)
- La última muerte de Wozzeck (2000)
- Historia del Café de Guatemala (2001)
- Casa Guatemalteca (1999)
- Silvia Tcherassi (2002)
- Ana Mercedes Hoyos. Retrospectiva (2002)
- Francisco Mejía Guinand (2002)
- Aves del Llano (1992)
- El año que viene vuelvo (1989)
- Museos de Bogotá (1989)
- El arte de la cocina japonesa (1996)
- Botero Dibujos (1999)
- Colombia Campesina (1989)
- Conflicto amazónico. 1932-1934 (1994)
- Débora Arango. Museo de Arte Moderno de Medellín (1986)
- La Sabana de Bogotá (1988)
- Casas de Embajada en Washington D.C. (2004)
- XVI Bienal colombiana de Arquitectura 1998 (1998)
- Visiones del Siglo XX colombiano. A través de sus protagonistas ya muertos (2003)
- Río Bogotá (1985)
- Jacanamijoy (2003)
- Álvaro Barrera. Arquitectura y Restauración (2003)
- Campos de Golf en Colombia (2003)
- Cartagena de Indias. Visión panorámica desde el aire (2003)
- Guadua. Arquitectura y Diseño (2003)
- Enrique Grau. Homenaje (2003)
- Mauricio Gómez. Con la mano izquierda (2003)
- Ignacio Gómez Jaramillo (2003)
- Tesoros del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. 350 años (2003)
- Manos en el arte colombiano (2003)
- Historia de la Fotografía en Colombia. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1983)
- Arenas Betancourt. Un realista más allá del tiempo (1986)
- Los Figueroa. Aproximación a su época y a su pintura (1986)
- Andrés de Santa María (1985)
- Ricardo Gómez Campuzano (1987)
- El encanto de Bogotá (1987)
- Manizales de ayer. Album de fotografías (1987)
- Ramírez Villamizar. Museo de Arte Moderno de Bogotá (1984)
- La transformación de Bogotá (1982)
- Las fronteras azules de Colombia (1985)
- Botero en el Museo Nacional de Colombia. Nueva donación 2004 (2004)
- Gonzalo Ariza. Pinturas (1978)
- Grau. El pequeño viaje del Barón Von Humboldt (1977)
- Bogotá Viva (2004)
- Albergues del Libertador en Colombia. Banco de la República (1980)
- El Rey triste (1980)
- Gregorio Vásquez (1985)
- Ciclovías. Bogotá para el ciudadano (1983)
- Negret escultor. Homenaje (2004)
- Mefisto. Alberto Iriarte (2004)
- Suramericana. 60 Años de compromiso con la cultura (2004)
- Rostros de Colombia (1985)
- Flora de Los Andes. Cien especies del Altiplano Cundi-Boyacense (1984)
- Casa de Nariño (1985)
- Periodismo gráfico. Círculo de Periodistas de Bogotá (1984)
- Cien años de arte colombiano. 1886 - 1986 (1985)
- Pedro Nel Gómez (1981)
- Colombia amazónica (1988)
- Palacio de San Carlos (1986)
- Veinte años del Sena en Colombia. 1957-1977 (1978)
- Bogotá. Estructura y principales servicios públicos (1978)
- Colombia Parques Naturales (2006)
- Érase una vez Colombia (2005)
- Colombia 360°. Ciudades y pueblos (2006)
- Bogotá 360°. La ciudad interior (2006)
- Guatemala inédita (2006)
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- Gerardo Aragón (2009)
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- Colombia es Color (2008)
- Armando Villegas. Homenaje (2008)
- Manuel Hernández (2008)
- Alicia Viteri. Memoria digital (2009)
- Clemencia Echeverri. Sin respuesta (2009)
- Museo de Arte Moderno de Cartagena de Indias (2009)
- Agua. Riqueza de Colombia (2009)
- Volando Colombia. Paisajes (2009)
- Colombia en flor (2009)
- Medellín 360º. Cordial, Pujante y Bella (2009)
- Arte Internacional. Colección del Banco de la República (2009)
- Hugo Zapata (2009)
- Apalaanchi. Pescadores Wayuu (2009)
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- Grabados Antiguos de la Pontificia Universidad Javeriana. Colección Eduardo Ospina S. J. (2010)
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- Apartamentos. Bogotá (2010)
- Luis Caballero. Erótico (2010)
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El SENA y el Sector Moderno de la economía
Las actividades del SENA dentro del sector moderno o formal de la economía abarcan tres campos principales: capacitación de la mano de obra requerida por las empresas del sector, desarrollo tecnológico o avance técnico en sus formas de producción, y asesoría empresarial para mejorar la organización de la firma en sus distintas áreas. Las tareas de desarrollo tecnológico y asesoría empresarial serán examinadas en otra sección de este estudio; la presente se refiere sólo a los programas de capacitación, médula del Servicio.
El SENA y la formación técnica
Como indica su nombre, el Servicio Nacional de Aprendizaje es ante todo una agencia educativa. En cuanto tal, ni su acción ni su evaluación pueden sustraerse a la controversia, compleja y a menudo imprecisa, acerca de las relaciones vigentes o deseables entre educación y sociedad. De este debate, aún sin zanjar, emergen sin embargo algunas conclusiones pertinentes para la comprensión del SENA.
En primer término, “ninguna educación se limita a la transmisión neutral del conocimiento” Pavalko, 1968 . De hecho, toda educación cumple funciones críticas para el sistema social. Por una parte, inculca los valores fundamentales a las nuevas generaciones, expresa y confirma la “ideología” dominante, ratifica el statu quo; pero, de otro lado, el proceso educacional porta e introduce tensiones hacia el cambio dentro de la estructura y aun de la propia estructura social. En segundo lugar, las contribuciones de la educación a la estabilidad y al cambio se producen dentro de todos los ámbitos de la vida social cultural, político y económico ; la educación es pues un proceso multifuncional. Luego, los contenidos y los métodos de la educación corresponden o son determinados por fuerzas provenientes de cada una de aquellas esferas, pero registran también algún grado de autonomía respecto de ellas. Cuarto y no menos importante, las funciones de la educación y sus maneras de determinación varían de un tipo educacional y de un contexto social a otro.
En principio, podrían identificarse cinco grandes modelos educacionales: el ratificatorio, el democrático, el de recursos humanos, el liberador y el socialista.
- En la concepción ratificatoria, propia de las formaciones tradicionales y de muchos tramos de la educación capitalista, la escuela es un claro apéndice de la estratificación social. El acceso a ella se condiciona al origen socioeconómico; el currículo, típicamente "humanista", “certifica” la pertenencia a determinado grupo de status; los agentes y métodos de enseñanza aplicados a cada estrato refuerzan los respectivos valores de clase una vida "elegante” una vida “digna” “ganarse la vida" y operan en todo caso como herramienta de control social.
- Dentro del modelo democrático, la educación se define como requisito para el desempeño de una ciudadanía efectiva. En la edificación de sus nacionalidades, en sus “despegues” hacia el desarrollo económico y hacia la modernidad social, la mayoría de los estados “liberales” elevaron la instrucción básica al rango de derecho constitucional. La consiguiente expansión en cobertura de los primeros tramos de enseñanza ha buscado asegurar ante todo una integración mínima del educando a la actividad cívica, cultural y política del país.
- Más adelante, con el "redescubrimiento del valor económico de la educación" Kiker, 1975 y con las demandas crecientes del sistema ocupacional, aquella pasó a concebirse como principal fuente de capacitación de los recursos humanos. La formación "vocacional” o “profesional”, la preparación técnica y el entrenamiento en el oficio son expresiones destacadas de esta nueva definición, cuyos contenidos y cuyos métodos se orientan específicamente a la esfera del trabajo.
- A su turno, la educación liberadora se propone estimular la conciencia crítica del educando y de su comunidad, mediante una gama de metodologías participantes. Planteada como explícita alternativa a la enseñanza tradicional, “la educación como práctica de la libertad” Freire, 1973 ha sido aplicada a la creación de “contracultura” en los países capitalistas avanzados y a la impulsión del cambio popular en varias naciones del Tercer Mundo.
- Por último, en los países socialistas, la educación se afirma primero como agente erradicador de la "conciencia de clase” capitalista y luego como ingrediente de la planeación económicoadministrativa versión "soviética” o como principal instrumento para la construcción del “hombre nuevo” versión "china” .
En alguna medida, la actividad del SENA incluye elementos de los modelos “ratificatorio”, “dernocrático” y “liberador”: como fruto y parte de la sociedad colombiana, no puede eximirse de los méritos y deméritos de su estratificación; como entidad gubernamental, busca formar “ciudadanos” y no sólo "productores"; como agente de cambio social, puede estar estirnulando la conciencia crítica de sus educandos. Pero, por supuesto, la concepción esencial del SENA se inscribe dentro del modelo de "recursos humanos", y en tal calidad debe ser evaluada primariamente.
Valor económico de la educación técnica
Dentro de la perspectiva que orienta la acción del SENA en el sector formal, la educación es concebida como principal mecanismo para "elevar los talentos, las destrezas y los conocimientos directamente aplicados o aplicables a la producción de bienes y servicios" Harbison, 1973 . Por lo mismo, su valoración se adelanta ante todo en términos económicos: ¿cuáles son el costo y la rentabilidad de la inversión en capacitación de la mano de obra
Aquella pregunta fue abordada primero para el conjunto de la economía: tras notar la insuficiencia de los factores de producción tradicionalmente medidos recursos naturales, capital y trabajo para explicar el crecimiento histórico del producto total en diversos países, el “residuo” fue imputado a las inversiones de contenido educacional. Los varios estudios en esté enfoque “macroeconómico” concluyeron que la educación acelera notablemente el desarrollo y que su rendimiento excede con mucho de sus costos globales OECD, 1964 . Sin embargo, tal línea de análisis “macro” cayó en desuso debido a sus serias deficiencias metodológicas: el crecimiento “no explicado” del producto puede obedecer a factores distintos de la educación, o ésta tendría que entenderse en sentido demasiado amplio para abarcar el cambio tecnológico, la modernización de actitudes y procesos similares ; no es fácil determinar qué tipo de educación resulta más productivo ni, por lo mismo, comparar sus rentabilidades; y, puesto que educarse es a la vez un acto de inversión y de consumo, la expansión de la escolaridad puede ser fruto y no solo causa del crecimiento económico.
A partir de 1960, con la afirmación de la moderna "teoría del capital hurnano" Schultz, 1960; Becker, 1962; Mincer, 1964 , la pregunta por el valor económico de la educación ha, venido enfocándose desde el punto de vista "micro". En el supuesto de que las diferencias salariales corresponden a la distinta productividad del trabajador supuesto heredado de los economistas neoclásicos , el esfuerzo se orienta a examinar los nexos existentes entre la educación del individuo y su nivel de ingreso laboral. Las innumerables investigaciones efectuadas sobre el punto coinciden en documentar una estrecha asociación entre ambas variables, registrada en todas partes del mundo y para todos los tipos de educación.
Pero el consenso es bien superficial, puesto que aún compiten cuando menos cinco explicaciones alternativas del por qué a mayor educación corresponden mayores ingresos de trabajo. a Los partidarios de una explicación económica arguyen que la educación técnica eleva directamente la productividad de la mano de obra y provee al individuo con destrezas más o menos escasas en el mercado. b Quienes se inclinan por la tesis psicológica, afirman que el sistema educativo se limita a clasificar los individuos según sus capacidades previas, otorgándoles la credencial correspondiente para el mercado laboral. c En opinión de otro grupo de autores, la educación inculca valores y actitudes sociales que prefiguran los requisitos para el desempeño en los distintos tramos de la jerarquía ocupacional. d Sostiene un cuarto grupo que la relación educacióningreso es apenas aparente, pues el origen socioeconómico del individuo simultáneamente determina sus posibilidades educacionales y laborales, y que aquella se limita a transmitir el efecto del status de origen. e Por último, se afirma que los salarios no varían tanto con la productividad o la educación del trabajador, cuanto con caracteres del sector o de la empresa empleadora su posición de mercado, su “capacidadde pago”, la fuerza sindical, etc., caracteres estos asociados a su vez con la educación promedio de las personas ocupadas por la empresa o sector.
Cada uno de los argumentos transcritos tiene a su haber razones teóricas y pruebas empíricas de algún peso. Pero, al examinar el problema con mayor detenimiento, se encuentra cómo las diversas explicaciones no necesariamente se excluyen sino que pueden complementarse: la educación eleva el ingreso laboral, en parte porque aumenta la productividad del trabajador, en parte porque filtra a los individuos más capaces, en parte porque les enseña actitudes más adecuadas para desempeñarse en su nivel ocupacional, en parte porque confirma el status de origen, y en parte porque los más educados trabajan en empresas más ricas y tienen mayor capacidad de negociación.
De hecho, la aplicación de técnicas estadísticas ha permitido medir la importancia comparativa de los distintos factores, sustituyendo las explicaciones unilaterales por una visión más compleja y ponderada. Estos ejercicios “multivariados” la mayoría de los cuales se refiere, infortunadamente, a países de alto desarrollo ponen de relieve tres fenómenos. Primero, aun contemplando numerosas variables origen socioeconómico, inteligencia, actitudes, educación y caracteres de la firma o sector de trabajo , una parte sustancial de los diferenciales de salario queda sin explicar tanto así, que un sonado estudio atribuye el nivel de ingreso a la buena o mala suerte del individuo; Jencks, 1974 . Segundo, cada uno de los factores indicados tiene algún influjo directo sobre las diferencias salariales, aun “controlando” o “manteniendo constantes” todos los demás factores, como cada uno de ellos tiene efectos indirectos, es decir, transmitidos por medio de otras variables. Y tercero, en la mayoría de los casos la principal determinante “neta” del salario es la educación aunque la categoría ocupacional o la importancia del cargo específico dentro de la empresa aparecen a veces como más influyentes; Gómez, 1974 .
Para ilustrar el argumento anterior en un caso bien pertinente la educación impartida por el propio SENA el Cuadro 1 cuantifica los efectos directos e indirectos sobre el salariohora SH de los siguientes factores: nivel ocupacional del padre OP , años de educación formal recibida ED , meses de experiencia en el oficio EX , aprendizaje dentro del SENA S , afiliación sindical U y tamaño de la empresa donde trabaja el individuo T . La información necesaria para los cálculos proviene de J. Puryear 1974 quien examinó una muestra de aprendices y bachilleres en Bogotá.
Aun cuando las técnicas estadísticas que subyacen al manejo de tales modelos causales son bastante sofisticadas véase la nota al pie del Cuadro 1 basta señalar cómo un índice de 1.0 significaría que la variable en cuestión explica totalmente las diferencias salariales mientras el valor 0. 0 indicaría completa inexistencia de asociación entre dicha variable y el salario para lograr la comprensión intuitiva de los datos.
Las cifras consignadas en el Cuadro 1 muestran cuatro hechos: a Tomadas conjuntamente, las seis variables explican apenas el 52 % de las diferencias observadas en el salario de los encuestados, es decir que otras variables no incluidas aquí también son importantes. b. Cada uno de los factores tienen su efecto sobre el salario, independientemente de los demás. c Los principales determinantes del salario son, en su orden: la capacitación dentro del SENA S , los años de educación formal ED y la experiencia en el oficio EX , aunque también contribuyen el nivel ocupacional del padre OP , el tamaño de la empresa empleadora T y la afiliación sindical S . d Una parte de la influencia de la ocupación del padre se debe a que ella afecta, por ejemplo, la educación del hijo y ésta a su vez incide sobre su nivel salarial, y así sucesivamente.
El efecto directo se define como el ß parcial de mayor orden; el efecto indirecto es aquel que se produce a través de las variables intervinientes especificadas en el modelo causal; el efecto total es la suma de los efectos directo e indirecto. Para el presente modelo, fue especificada la siguiente estructura causal: OP > ED > EX, S > U, T -> SH . El lector interesado puede consultar, por ejemplo, Finney, 1972.
De la exposición que antecede, conviene retener un punto principal: la educación eleva el salario, con independencia de otros factores. En particular, la capacitación dentro del SENA parecería ser rentable para el individuo sobre este punto se volverá en detalle más adelante ; pero entonces, por qué es necesario educarlo gratuitamente o, en general,
¿Por qué es necesario el SENA
En la mayoría de los países, desarrollados o no, existen programas específicos para la calificación de su mano de obra. Las modalidades de cobertura, financiamiento y métodos operativos son, por supuesto, numerosas; pero en ninguna parte se ha constituido un instituto que reúna por entero los caracteres del Servicio Nacional de Aprendizaje colombiano aunque el SENAI y el SENAC, del Brasil, se le aproximan bastante .
Los rasgos más característicos del SENA pueden concretarse en siete. Primero, se trata de una entidad gubernamental. Segundo, la agencia ofrece educación gratuita para el estudiante. Tercero, se especializa en la capacitación técnica. Cuarto, se ocupa el Servicio de preparar para oficios específicos, acercándose bastante al "entrenamiento en el trabajo”. Quinto, la institución se financia con recaudos forzosos de las empresas. Sexto, dispone el SENA de un mecanismo coercitivo, el aprendizaje, para reclutar trabajadoresalumnos de empresas determinadas. Y séptimo, el SENA desarrolla otros programas de formación sin necesidad de que el empleador reconozca salario al alumnotrabajador. Estos rasgos parecerían más atípicos al notar cómo, por ejemplo, la rentabilidad privada de la educación técnica es muy alta lo cual sugeriría que el subsidio al educando es innecesario ; cómo muchas empresas continúan ejecutando sus propios planes de entrenamiento lo cual podría indicar que el SENA no prepara adecuadamente o que no resulta rentable para el empleador , o en fin, cómo existen al lado del SENA otros varios establecimientos privados y gubernamentales que ofrecen cursos de educación técnica lo cual llevaría a preguntar por qué se otorgan al Servicio poderes especiales, como el de requerir aprendices de entre los trabajadores de una empresa .
Con el fin de evaluar la acción educativa del SENA en el sector formal, conviene pues examinar los supuestos económicos y sociales que justifican la intervención de un organismo con los siete caracteres descritos en los mercados educativo y del trabajo.
¿Cuál es la racionalidad económica y social que preside la acción del SENA ¿Cuál, la de quienes deciden ingresar a sus programas de capacitación ¿Cuál, la de las empresas que financian el instituto y le remiten aprendices Para resolver este género de interrogantes. el economista suele plantear inicialmente una situación ideal, que se sabe inexistente, pero que permite en su simplicidad una primera aproxírnación al tema.
En ausencia de toda intervención extraña al libre juego de la oferta y la demanda comenzaría aquel análisis simplificado los tres agentes que intervienen en los mercados educativo y laboral el alumnotrabajador, el empleador y la agencia educacional se comportarían de la manera siguiente:
- La agencia educativa abriría cupos estudiantiles hasta el punto en el cual el valor de la matrícula igualase exactamente al costo de mantener el nuevo cupo para la agencia;
- El estudiante-trabajador se educaría hasta el punto en el cual sus costos matrícula, más ingreso sacrificado por no trabajar mientras se educa igualasen exactamente al valor actual de los beneficios por 61 esperados mayores ingresos económicos, y mayor satisfacción por el hecho de ser educado, o mayor “ingreso psíquico” ;
- El empleador contrataría mano de obra educada hasta el punto donde el mayor salario fuese exactamente compensado por la más alta productividad del trabajador .
Bajo las circunstancias descritas por el modelo de “competencia perfecta", no se justificaría la existencia de una entidad con los caracteres del Servicio Nacional de Aprendizaje. Sin embargo, el hecho de que algunos de los supuestos de dicho modelo no se cumplan en la práctica, explica suficientemente cada uno de los siete rasgos típicos del SENA:
a Agencia Gubernamental. El Estado debe intervenir la actividad educativa toda vez que el mercado, por sí solo, no produce ni la cantidad, ni la distribución, ni la composición socialmente deseables de conocimientos y destrezas.
El mercado produce una cantidad subóptima de educación, porque parte importante de sus beneficios económicos y, sobre todo, de sus beneficios no económicos, es percibida por la sociedad en su conjunto, no por la agencia educacional, el estudiante o el empleador individualmente considerados. Dado que cada uno de los tres últimos, bajo condiciones de libre competencia, se guía sólo por su interés particular, ninguno estaría dispuesto a pagar un beneficio que no recibe directamente, y resultaría menos educación de la socialmente deseable.
Desde el punto de vista de la distribución de oportunidades educacionales, tampoco provee el mercado una solución edecuada, porque las personas más pobres no están en capacidad de sacrificar sus escasos ingresos actuales para proporcionarse educación, ni pueden esperar hasta que ella culmine y empiece a serles rentable en términos técnicos, se diría que la “tasa de descuento” es más alta entre los pobres .
Por último, como la educación es en general una “inversión de largo plazo”, el libre mercado puede conducir a una composición inadecuada en términos de los tipos y las dosis de conocimientos o destrezas requeridos . En consecuencia, se precisa de planeación educacional por razones estrictamente económicas, para no mencionar ya el concepto jurídicopolítico de soberanía, que reclama la tutela y vigilancia del estado sobre las actividades educativas.
b Educación Gratuita. Aquellos tipos y niveles de educación cuyas “externalidades” respecto del educando sean grandes, es decir, cuya utilidad social sea relativamente grande en comparación con el beneficio privado del alumno, merecen ser subsidiadas e inclusive ofrecidas de manera gratuita. La conveniencia de subsidiar es todavía más clara cuando se da una alta concentración del ingreso y se observa además que la educación puede servir como herramienta importante hacia su redistribución, circunstancias ambas registradas en Colombia. La instrucción primaria, por ejemplo, alivia la distribución del ingreso Urrutia, 1974 y cumple importantes funciones de índole cultural y política para la sociedad como un todo Lytton, 1973 ; por ello, se la provee gratuitamente.
c Manutención del Estudiante. El Servicio es prácticamente la única institución educativa del país que no sólo exime al estudiante de pagar matrícula, sino que busca cubrir sus costos de mantenimiento mientras dura la formación. Otras entidades, es cierto, ofrecen becas más o menos comprensivas o programan sus horarios de modo que el alumno pueda trabajar simultáneamente y el propio SENA lo hace en ciertos modos de formación ; pero ninguna otra agencia se vale de una fórmula como el contrato de aprendizaje para disminuir los “costos de oportunidad” del estudiante.
El doble aliciente para muchos estudiantes del SENA matrícula gratuita y salario durante los períodos académicos se justifica en virtud de tres razones complementarias. Primero, la tendencia aparente a subvalorar, si no a despreciar, la formación y los oficios técnicos intermedios, dentro de la cultura de las clases medias y altas de Colombia o, en todo caso, su preferencia por las educaciones “humanística” y universitaria Harbison y Myers, 1962; Fals Borda, 1966 . Segundo, la reconocida escasez de técnicos medios y su crucial importancia para el crecimiento económico. Tercero, la mayor facilidad de proveer al mantenimiento de los estudiantes técnicos que al de otros estudiantes, debido a que el sector de la producción se beneficia más inmediata y exclusivamente de la formación técnica, y a que la empresa individual se sirve en algún grado del aprendiz mientras éste completa su educación.
d Instrucción Fuera de la Empresa. En principio, el entrenamiento impartido por la empresa misma se adecuaría mejor a sus necesidades concretas y podría resultarle menos oneroso que sus aportes al SENA. De hecho, varios centenares de firmas industriales, mineras, agrícolas, comerciales y de servicio cuentan en Colombia con sus propios programas de capacitación DANE, 1972 . ¿Para qué pues una agencia centralizada de formación técnica
La primera respuesta tiene de nuevo que ver con el concepto de “externalidades”. Bajo el principio de racionalidad económica, la firma individual invierte en la capacitación de su mano de obra sólosi puede asegurar que el trabajador permanecerá vinculado a la empresa. De manera ocasional, las llamadas "cláusulas de amarre" ofrecen tal garantía al empleador; pero, en un mercado laboral ordinariamente libre, sería más económico para la firma individual enganchar trabajadores ya calificados por otras empresas. Así, hasta donde la capacitación pueda ser aprovechable dentro de un número amplio de empresas, no es rentable para ninguna invertir en capacitación, aunque colectivamente la necesiten; en estas circunstancias, el SENA lo hace por todas ellas.
Por lo dicho, actúan de modo "irracional los centenares de firmas que, pese a existir el SENA, mantienen programas para calificar su fuerza de trabajo No necesariamente. Prímero, porque el entrenamiento para un oficio concreto requiere de tres aprendizajes sucesivos: bases culturales, destrezas operativos genéricas, y acoplamiento al cargo y al ambiente de trabajo específicos. En el presente caso, la base cultural se adquiere con la educación primaria, y las destrezas genéricas dentro del SENA; resta a la empresa completar el proceso de "inducción" al cargo concreto. Pero, cabalmente porque esa "inducción" es tan específica, no puede ser utilizada dentro de otras firmas y la empresa procede racionalmente al impartirla. Segundo, aun tratándose de aprendizajes susceptibles de aplicación dentro de otras empresas, la capacitación por parte del empleador se justifica si le urge determinado tipo de técnico que, por cualquier circunstancia, no encuentra en el mercado; en dicho caso, el riesgo de perder al trabajador es inferior al costo de no tenerlo en absoluto.
En concordancia con los argumentos precedentes, también desde el punto de vista del trabajador la capacitación SENA tiende a aventajar el entrenamiento recibido dentro de la firma. En primer lugar, porque aquél le habilita con destrezas genéricas, lo cual aumenta su libertad para elegir el sitio de trabajo y, en segundo lugar, porque la certificación expedida por el Servicio es una credencial mejor identificada y quizá más prestigiosa que la emanada eventualmente de una empresa particular.
e Financiamiento Obligatorio. Para las empresas usuarias de mano de obra calificada, los servicios del SENA de algún modo entran en la categoría de los denominados "bienes públicos" o “bienes colectivos” Head, 1963; Samuelson, 1954 . Se entiende por tales bienes aquellos que, de ofrecerse, necesariamente se suministran a todos los miembros del grupo, y de cuyo disfrute ningún miembro puede ser excluido sin incurrir en costos adicionales. En un mercado laboral libre, ya fue dicho, no puede restringirse la libertad del trabajador para elegir su sitio de empleo; por lo tanto, de no ser forzada a ello, cada empresa intentaría beneficiarse de la calificación impartida por el SENA sin necesidad de contribuir a su financiamiento Olson, 1968 . Eáa es la razón para imponer a todas las empresas una cuota obligatoria destinada al Servicio.
f Cuota de Aprendices. Por expresa disposición legal, el SENA está facultado para reclutar en sus cursos hasta un 5% de los trabajadores de una firma determinada, bajo la modalidad del contrato de aprendizaje. Si, como se ha repetido y se demostrará más adelante, la capacitación tiene tan alta rentabilidad para el alumno, y si además se nota cómo muchas empresas envían voluntariamente sus trabajadores al SENA, aquella facultad compulsiva parecería redundante. Pero no lo es, por diversas consideraciones.
Las empresas que asumen el costo del aprendizaje por su propia voluntad, pueden obedecer a distintas circunstancias: el trabajador en cuestión no se encuentra en el mercado; existe alguna garantía de que el candidato perinacenerá con la firma tras completar su aprendizaje; el cargo específico requiere de alguien que, no sólo se encuentre capacitado como aprendiz, sino esté bien familiarizado con el ambiente de la empresa; en casos concretos, la productividad del aprendiz durante sus etapas de trabajo puede compensar el valor total de los salarios devengados; o, no menos, la oportunidad de asistir al SENA puede ser fruto de la política de relaciones industriales o de la negociación colectiva dentro de la firma. Pero en principio, puesto que cada empresa puede contratar aprendices ya graduados, no se vería razón general para que incurra voluntariamente en el costo “extra” de los salarios causados durante los períodos puramente académicos; por lo tanto, el Servicio necesita contar con la facultad de obligar al empleador a que le envíe aprendices.
En segundo lugar, la posibilidad de solicitar cuotas de trabajadores de una empresa permite al SENA cumplir ciertos propósitos operacionales. De un lado, la metodología de capacitación exige que el alumno tenga un lugar “real” para sus prácticas y su entrenamiento en el trabajo. Y, de otro lado, la programación de cursos, que requieren un cupo mínimo de estudiantes, se hace más fácil con aquel mecanismo.
Finalmente, la potestad del SENA para imponer contratos de aprendizaje responde a la ya explicada conveniencia de aminorar los “costos de oportunidad” de la educación técnica para el estudiante. Si aquella no existiera, tendría que elevarse sustancíalmente el aporte porcentual de las empresas al Servicio para cubrir, no ya sus gastos de operación, sino además el costo de mantener a sus educandos.
g Estudiantes no Patrocinados. Por último, el hecho de que el SENA no cuente sólo con aprendices “patrocinados” con salario cubierto por estudiar o de que, en los demás modos de formación, carezca el educando de auxilios especiales para manutención, se explica sencillamente porque los “costos de oportunidad” pueden ser asumidos directamente por algunos estudiantes, o porque dichos costos son mínimos e inclusive nulos cuando el horario no compite con la jornada de trabajo .
En breve y en una primera aproximación la naturaleza y el modo de funcionamiento del SENA en sus programas de capacitación para el sector formal, se desprenden claramente de conductas económicamente racionales por parte del alumnotrabajador, por parte de la empresa y por parte de la institución. Cumple ahora examinar con detalle aquellos programas desde los puntos de vista de los trabajadores y de las empresas.
El SENA y los trabajadores
Porque se financia con recursos que, en alguna manera, provienen del esfuerzo de los trabajadores, porque está adscrito al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, porque son trabajadores los sujetos inmediatos de sus principales acciones, porque se autodefine, en fin, como “institución al servicio de las clases trabajadoras”, la evaluación del SENA debe comenzar por fijarse en su significado para los obreros y empleados de Colombia. Esta evaluación se desarrollará alrededor de tres interrogantes:
- ¿Quiénes tienen acceso a los programas de capacitación ofrecidos por el Servicio y con cuáles criterios son seleccionados los candidatos
- ¿Qué representa la calificación recibida del SENA, en términos de ingreso adicional para el egresado y en términos de su movilidad ocupacional
- ¿Qué efectos produce la educación del SENA sobre las clases trabajadoras consideradas en su conjunto
¿Quiénes tienen acceso a los programas del SENA
La literatura acerca de los determinantes de la demanda por educación sugiere que ella responde a dos tipos de factores: la rentabilidad esperada por el educando, y su valor como reflejo o símbolo de status o posición social. En el contexto colombiano, parecería que ambas clases de factores operan para inducir un alto nivel de demanda por la educación en general.
En el cuadro 2 se relacionan cálculos de la rentabilidad privada de las educaciones primaria, secundaria y superior para 28 países. Aun cuando, como se verá adelante, la metodología de tales cómputos es bastante compleja y las comparaciones son, por ende, arriesgadas, queda claro que la rentabilidad económica de la educación para el estudiante colombiano se compar a muy favorablemente con la obtenida por quienes se educan en otras partes del mundo. Concretamente: el rendimiento privado de la secundaria colombiana excede al de los otros 21 países para los cuales existe información; la tasa para primaria supera a aquella de 8 entre 12 naciones registradas, y la correspondiente a educación superior es más alta en Colombia que en 14 de los otros 25 países incluidos en el cuadro.
Cuadro No. 2
Tasas de Rentabilidad Privada de las Educaciones Primaria, Secundaria y Superior en 28 países.
Dentro de una perspectiva más general, se ha argumentado convincentemente que la demanda por educación responde ante todo a su significado como reflejo o como vehículo de sistema de clases o de status vigente en cada sociedad Schielfelbein, 1974 . Inclusive aunque el punto es materia de controversia algunos analistas consideran los diferenciales en información" fruto a su vez de la educación como una de las dímensiones o componentes "universales de la estratificación social, al lado del ingreso, el poder y el prestigio Runciman, 1969; 1966 .
En el ámbito colombiano, las correspondencias entre educación y estratificación social han sido documentadas de tres modos principales: por el acceso desigual a los tramos escolares para individuos de distinto origen socioeconómico; por la menor rentabilidad de la educación para personas de extracción popular, y por las funciones "ideológica" y de “soporte” a la estructura de clases que cumple el sistema educativo.
Cuadro No. 3
Distribución porcentual de la población y de los estudiantes de bachillerato en Bogotá, según estrato socioeconómico.
La "discriminación social” de la escuela colombiana, o desigualdad de oportunidades para ingresar a ella, puede ser ilustrada con los resultados de dos estudios, entre los muchos que cabría traer a colación. Primero, mientras 25 de cada cien familias bogotanas pertenecen al “estrato bajo”, apenas 3 de cien bachilleres de la ciudad provienen de aquellos hogares; en el extremo opuesto, un 48% de los estudiantes de secundaria tiene origen en los estratos medioalto o alto, cuando éstos constituyen solo el 17% de la población de Bogotá Cuadro 3 . Y segundo, aun tomando otros países de Iberoamérica como punto de referencia, bien pocos estudiantes colombianos de origen popular tienen acceso a la formación universitaria: el Cuadro 4 muestra cómo, en efecto, las clases altas de Colombia están proporcionalmente más representadas dentro de la universidad y las clases bajas, menos representadas que las clases altas de Buenos Aires o de Montevideo.
No sólo cuentan los aspirantes de origen popular con más escasas oportunidades para educarse, sino que el rendimiento económico de su educación parece ser menor que el de los estudiantes de estrato medio o alto. Para mencionar otros dos estudios: tras revisar con algún cuidado las cifras disponibles en Colombia, concluye Briones que “mucho de lo que sic se llama retorno económico de la escolaridad hasta un 60% es en verdad un retorno al origen socioeconómico” 1976 ; y Parra, luego de elaborados análisis cuantitativos, encuentra que la “educación no es pues un canal sino una válvula que impide el ascenso de los estratos bajos y mantiene arriba los estratos altos” 1969 .
Cuadro No. 4
Origen social de los estudiantes de las Universidades de Buenos Aires, Montevideo, Nacional de Colombia y Cinco Universidades de Colombia, y niveles de estratificación de la población.
Por último, las correspondencias ideológica y funcional entre la educación colombiana y su estratificacíón social han sido señaladas en exámenes analíticos e históricos. Fals Borda, por ejemplo, apunta que la sucesión de currículos a lo largo de la historia nacional misionero, liberal, humanista y técnico refleja el interés y la conformación cambiantes de los grupos de poder 1966 . Inspirados en la visión de la escuela como “aparato ideológico del Estado” Althusser, 1972; Vasconi, 1974 ; otros autores recalcan la manera como ella sirve, dentro de Colombia, para "reproducir la ideología de la clase dominante" y para “inculcar la disciplina y el sometimiento que exige la división social del trabajo” Rojas y Moncayo, 1977 . 0, en opinión de Lebot, tanto el énfasis sobre la "educación popular" y la alfabetización a partir de los años 30, como la posterior insistencia sobre la formación de profesionales y técnicos, obedecen distintamente a la necesidad de ampliar el mercado y de suministrar mano de obra barata al capitalismo industrial; todavía hoy, y pese a la constante ampliación en cobertura escolar, "la imposibilidad de los sectores marginados para presionar a las clases dirigentes, añadida a la aceptación por parte de las clases medias de un modelo de sociedad extremadamente jerarquizada, asegura la perpetuación de un sistema educativo que en todos sus niveles se caracteriza por una estructura vertical y elitista " 1972 .
Tanto pues el aliciente de una alta rentabilidad económica, como la expectativa de ubicarse mejor dentro de las jerarquías sociales de “poder, prestigio e información”, actuarían para situar la demanda educacional de los colombianos a un nivel comparativamente elevado. Y en efecto, al escrutar los patrones de consumo entre las familias urbanas del país, se nota cómo ellas destinan al rubro de “educación y cultura” un porcentaje sensiblemente mayor de sus ingresos de lo que es común entre similares familias de otros países, desarrollados o no Rodríguez y Gómez, 1977 . Más aún, las aspiraciones educacionales de los colombianos parecen exceder sistemáticamente el nivel de estudios efectivamente culminado por ellos; en sus encuestas a trabajadores bogotanos, Parra detecta una gran diferencia entre la escolaridad promedio de cada categoría ocupacional indicador de oferta educativa y sus aspiraciones educacionales índice de demanda por educación , diferencia que tiende a disminuir notablemente a medida que se asciende en la escala social: mientras un obrero no calificado tiene una diferencia de 8.3 años entre su escolaridad efectiva y sus aspiraciones, los "grandes burócratas, propietarios y profesionales" solo tienen 1.1 años de diferencia Cuadro 5 .
Cuadro No. 5
Promedio de Escolaridad y DE aspiraciones Educacionales según Categorías Ocupacionales. Bogotá, 1996.
Fuente: Parra, Rodrigo, 1969, “Clases Sociales y Educación con el Desarrollo de Colombia” en Universidad Nacional, “Revista de la Dirección de Divulgación Cultural, No. 3. Bogotá, Abril - Agosto de 1969.
El desequilibrio entre oferta y demanda educacionales se agrava, al paso que van siendo cubiertos los primeros años de formación escolar, lo cual genera una creciente presión o “cuellos de botella” cada vez más estrechos, dentro del sistema educativo formal. Para expresarlo con las cifras del Plan de Desarrollo del Sector, en 1974: de cada 1.000 niños de 7 años, 770 ingresan a primero de primaria y 230 permanecen como analfabetas puros; de los 770 anteriores, 413 desertan en primero o segundo de primaria; de los restantes 357, 216 culminan la primaria, 119 ingresan a la secundaria, 37 completan el bachillerato, 25 entran a la universidad, 11 terminan la carrera y apenas 7 reciben su título profesional FES, 1978 .
Para hacerse a una idea de la demanda potencial por educación del SENA, bastaría repetir que existe una relación de 2 a 1 entre los egresados de la primaria y la capacidad de absorción conjunta de los varios tipos de educación media bachillerato clásico, industrial, complementario, agropecuario, comercial, artístico, religioso y normalista, además de hogares para campesinos y escuelas de enfermería . Si bien, como apunta el cuadro 6, el ritmo histórico de expansión de la secundaria, en términos de planteles, docentes y matrículas, ha venido superando al de la primaria lo cual tiende a reducir la presión insatisfecha sobre la educación media, las diferencias de cobertura permanecen a niveles bien elevados: en 1975, la tasa de escolaridad primaria era del 69% y la de secundaria sólo del 35%. Así, los establecimientos de enseñanza postprimaria incluido el SENA se encuentran todavía lejos de poder absorber la demanda potencial que existe por sus servicios y deben por lo tanto limitarse a cubrir determinado tipo de candidatos.
Cuadro No. 6
Tasas Anuales de Crecimiento de los Planteles, Docentes y Matrículas en las Enseñanzas Primaria y Media, 1935 - 1975
Para el individuo que ha completado el ciclo de la educación primaria, existen cuatro alternativas de tiempo completo: inscribirse en un colegio de bachillerato “clásico”, privado o público; continuar su formación media en un plantel “vocacional”, pagando matrícula y/o asumiendo los “costos de oportunidad”; ingresar inmediatamente al mercado laboral; o buscar su admisión como aprendiz patrocinado del SENA.
a La opción por el bachillerato "clásico" implica, en la mayor parte de los casos, un interés por permanecer dentro del sistema hasta culminar la carrera universitaria. Desde el punto de vista económico, se trataría, pues, de una “inversión a largo plazo” o de “maduración tardía”, cuya rentabilidad depende en buen grado de poder coronar la educación superior. En otras palabras, la oferta de calificación humana aparenta tener ciertas “indivisibilidades”, porque los estudios truncados tienen un valor económico desproporcionadamente inferior al de los estudios completos. Así, el bachiller “clásico” que no logra ingresar a la universidad se beneficiaría proporcionalmente menos de su secundaria que quien culmina estudios superiores.
En cuanto “inversión”, la alternativa bachillerato clásicouniversidad, tiene dos serias desventajas: alto riesgo y baja rentabilidad.
El riesgo consiste en la muy elevada probabilidad de desertar a lo largo del camino: de 100 individuos que inician el bachillerato, 22 lo abandonan antes del segundo año, otros 10 se retiran antes del tercero, 18 más antes del cuarto, otros 13 antes del quinto y 6 más abandonan durante el sexto año; de 1os 31 bachilleres, 20 ingresan a la universidad, 8 desertan antes del tercer año y otros 3 se retiran antes de completar carrera ICFES, 1976.
La menor rentabilidad económica de la alternativa bachillerato clásicoeducación universitaria se debe a sus altos costos y quizá, en menor grado, al comparativamente bajo nivel de ingreso que puede esperarse de ella. Los costos son elevados, tanto por la incidencia de la matrícula, como por el valor creciente de los ingresos sacrificados para estudiar. La matrícula, que tiende a encarecerse en cursos más avanzados, es también más costosa en la escuela privada que en la institución oficial; ahora bien, mientras en 1974 el sector público cobijaba al 85% de los estudiantes de primaria, sólo ofrecía cupos para el 52% de los bachilleres y para el 41% de los universitarios DANE, 1975 , de donde se infiere la tendencia al encarecimiento de la pensión a medida que se asciende dentro de la pirámide educativa colombiana. A su vez, el ingreso sacrificado por estudiar necesariamente aumenta con los años de escolaridad, debido al mero aumento del tiempo sin trabajar y a que el “valordel mercado” de las personas su “costo de oportunidad” va siendo mayor a medida que poseen más educación. De su lado, el rendimiento relativo de la formación secundariasuperior podría ser menor que el de otras alternativas educacionales, si es cierto que existen en el mercado topes salariales absolutos así ocurre, en todo caso, dentro del sector gubernamental o que, en un ambiente inflacionario, los salarios “de arriba” se reajustan en menor proproción que los “de abajo” Hansen, 1968 .
Los factores arriba enumerados hacen que, en Colombia, la tasa de rentabilidad privada de la educación sea, según todas las fuentes, menor para la universidad que para la secundaría y, según algunas fuentes, menor para la secundaria que para la primaria Cuadros 2 y 10 . ¿Cómo explicar entonces que tantos egresados de primaria opten por la ruta bachilleratouniversidad, o que la participación de la secundaria “clásica” dentro de la educación media haya aumentado del 63% al 75% entre 1966 y 1974 DANE, 1975 . Domina acaso la irracionalidad económica entre los estudiantes de Colombia
En modo alguno. La educación clásicauniversitaria tiene dos claras ventajas. Primero, su valor como “símbolo de status” o, en los términos del modelo presentado páginas atrás, el aparentemente mayor “ingreso psíquico” que ofrece a quienes la emprenden. Segundo, y tal vez más importante, su capacidad de asegurar un nivel absoluto de ingreso más elevado que el de las demás alternativas, así la tasa de rendimiento sobre la inversión sea menor. En este sentido, el mercado educativolaboral difiere esencialmente de los mercados de capital una diferencia a menudo ignorada en la literatura sobre economía de la educación : mientras al inversionista de capital sólo le preocupan la tasa de rentabilidad y el riesgo, pudiendo además diversificar sus inversiones, el estudiante tiene que optar por una sola “línea de inversión” secuencia educativa de la cual depende, en la mayoría de los casos, la totalidad de sus ingresos futuros la mayor parte de las personas deriva sus ingresos exclusivamente del trabajo .
En breve, al educando no le importa tanto que el “negocio” sea “bueno”, cuanto que asegure un volumen elevado de ingreso. Por lo mismo, quienes pueden asumir los altos costos de la opción bachillerato clásicouniversidad clases alta y media alta y quienes, además, cuentan con la motivación y las capacidades necesarias para completar ambos ciclos, tenderían a optar por este camino.
b En el extremo opuesto, aquellos egresados de la primaria cuyos recursos familiares sean del todo insuficientes para permitir la continuación de sus estudios clases bajas o cuyas capacidadades y/o motivaciones no les faciliten o inclinen a ingresar en el tramo de la educación media, tenderían a desertar del sistema escolar, desempeñando de inmediato alguna actividad laboral.
c Del análisis precedente se seguiría que, en general, la educación vocacional intermedia de tiempo completo sería atractiva y factible para los egresados de la primaria cuyas familias disponen de algunos recursos, y para aquellos individuos económicamente pudientes, cuyas capacidades o motivaciones les impulsan a continuar estudiando, pero les impiden optar por la ruta bachillerato clásicouniversidad.
Los aprendices no patrocinados del SENA pertenecen al grupo de egresados de primaria que optán por la educación vocacional asumiendo sus costos de oportunidad; así, se trataría de personas de clase media a media baja, o de clase alta con capacidadesmotivaciones inferiores a las del bachiller “clásico”. Contra esta interpretación parece sin embargo militar la única evidencia empírica disponible: según Puryear 1974 , los aprendices SENA no difieren sustantivamente, por su origen social o por su capacidad académica, de los estudiantes del bachillerato; pero debe notarse que tal comparación es discutible, pues dicho autor contrasta egresados del SENA con individuos que tienen secundaria incompleta, los cuales desertores tienden a disponer de menores recursos o capacidades que sus compañeros exitosos en completar el bachillerato.
Cuadro No. 7
Educación de los padres de estudiantes con diversos grados de escolaridad.
d. En principio, los aprendices patrocinados del SENA podrían provenir de los mismos grupos que optan por la educación vocacional no subsidiada y, además, de los estratos de muy bajo ingreso pues el salario reduce o exime a tal aprendiz de sus costos de oportunidad : personas de extracción media a baja, o de extracción alta sin mucha capacidad o motivación académica. En la práctica sin embargo, los aprendices del SENA provienen típicamente de los estratos medios-bajos; en efecto, si se acepta la educación paterna como indicador del status familiar, del Cuadro 7 resulta claro cómo el Servicio matricula estudiantes de extracción más popular que quines complementan su bachillerato o ingresan a la universidad, pero menos popular que la de quienes cuentan sólo con primaria y, por implicación, de la de los desertores en primaria y los analfabetas . En otras palabras, el aprendizaje SENA, aun con patrocinio, no alcanza a cobijar los sectores más pobres de la población, si bien excluye también a las clases mediaaltas y altas.
Por lo demás, debido a que la demanda potencial por cursos de aprendizaje continúa siendo grande no abstante su "especialización" en los estratos medios, el SENA aparenta utilizar otros, más específicos, criterios de selección. En primer lugar, el patrocinio ofrecida por las empresas tendería a recaer sobre trabajadores e hijos o parientes de trabajadores, en algún sentido como “premio” se verá adelante por su desempeño pasado o como estímulo para su comportamiento futuro. En segundo lugar, las pruebas de aptitud empleadas por el Servicio, más o menos rigurosas según sea el número de solicitantes, tenderían a seleccionar individuos con mejor capacidad académica y motivación más intensa. En tercer término, como ocurre con todas las “redes de comunicación institucional. Berkowitz, 1973 , es bien posible que el anuncio de vacantes llegue a ciertos “núcleos” de candidatos previamente conectados o enterados personalmente o por referencias primarias, con el SENA o sus actividades.
Rentabilidad de la capacitación para el trabajador
El método y sus limitaciones
Para medir la rentabilidad económica de la educación se comparan por supuesto sus costos con sus beneficios. Los costos incluyen tanto el gasto directo del estudiante matrícula, libros, transporte... como su costo indirecto, “de oportunidad”, o ingreso sacrificado por estudiar en lugar de trabajar. El beneficio consiste en el mayor ingreso futuro atribuible a la educación.
Los índices de rentabilidad utilizados más comúnmente son la “tasa interna de retorno” y el “valor presente de la inversión en educación”. Por tasa interna de retorno se entiende aquella rata o tasa de descuento que iguala el valor actual de los costos de educarse, con el valor presente de los beneficios esperados de la educación. Como “la plata hoy vale más que la misma plata mañana” y como la educación “se paga hoy pero sólo produce mañana”, la tasa interna de retorno no es cosa distinta del "interés" que debería obtenerse sobre los “anticipos”, para que la “inversión” no diese pérdidas pero tampoco ganancias. En términos similares, el valor presente de la educación sería el "saldo" de ganancias o pérdidas futuras, expresadas o “descontadas” a su valor actual. La tasa interna de retorno se expresa pues como porcentaje y el valor presente como una suma dada.
Para calcular la tasa interna de retorno basta establecer los flujos de costos y beneficios esperados; en cambio, para estimar el valor presente es necesario fijar de antemano la tasa de descuento o “factor de conversión” de los valores futuros en valores actuales. Sin embargo, el método del valor presente tiene dos ventajas sobre el de la tasa de retorno: responde una pregunta intuitivamente más obvia “cuánto voy a ganar o a perder con esta inversión” y puede computarse en situaciones donde la tasa de retorno tendería a ser infinita los “costos pueden ser nulos e inclusive negativos si, por ejemplo, el salario del aprendiz más que compensa su “costo de oportunidad” .
Tanto el valor presente como la tasa interna de retorno tienen a su favor dos características principales. Primero, son indicadores simples, cuantificados y exactos de la rentabilidad o relación entre los costos y los beneficios económicos resultantes de la educación. Segundo, se prestan fácilmente a la comparación con otros proyectos o actividades, señalando cuál es mejor y cuál es peor “negocio” para el individuo.
Pese a su precisión, su simplicidad y su utilidad comparativa, los métodos del valor presente y de la tasa de retorno padecen de serias deficiencias conceptuales, tres de las cuales conviene destacar aquí. En primer lugar, individuos que han incurrido en idénticos costos para completar su educación, pueden percibir luego muy distintos beneficios, debido sobre todo a que las “imperfecciones” del mercado discriminación de los empleadores contra determinados grupos, falta de información adecuada sobre oportunidades de trabajo,... tienden a hacer que a igual capacitación no corresponda igual salario. En segundo término es difícil, si no imposible, determinar exactamente cuáles son y cuánto vale cada uno de los costos y beneficios económicos de la educación para no añadir que los no económicos son ignorados de plano . Por último, como se vió atrás, los diferenciales de salario no reflejan sólo el grado de educación, sino el juego conjunto de múltiples factores educación, inteligencia, habilidad adquirida con la práctica, “suerte”, etc ... ; por lo mismo, el rendimiento económico de aquélla puede resultar subestimado o sobreestimado en los cómputos de valor presente y tasa interna de retorno.
A las limitaciones conceptuales de la tasa de retorno y el valor presente como índice de rentabilidad de la educación, se añaden otras dos dificultades de índole metodológica: la estimación del costo de oportunidad y las “correcciones” o “ajustes” por ciertos eventos probables en la vida futura del estudiantetrabajador.
Para fijar los costos de oportunidad ingreso que el individuo percibiría si trabajase ahora en vez de estudiar, o si después trabajase sin contar con la educación es indispensable escoger un grupo de referencia. Concretamente, el aprendiz no patrocinado del SENA “pierde” por estudiar el equivalente al salario de un trabajador con quinto año de primaria ¿0 al de un trabajador "semicalificado" ¿0 el de un trabajador con uno o dos años de secundaria Evidentemente, el índice de rentabilidad cambia bastante según cual sea el grupo de comparación elegido.
Pero además, las cifras de costos y beneficios deben ser “ajustadas” o "corregidas" para tener en cuenta ciertas contingencias futuras, cuatro principalmente: primero, el trabajador puede verse afectado por el desempleo en algún momento lo cual “reduce” su ingreso futuro ; segundo, la educación puede ser “útil” económicamente durante algunos años y tomarse luego obsoleta lo cual implica que el flujo esperado de ingresos "extra" es temporal ; tercero, el trabajador puede morir “antes de tiempo” lo cual rebaja el ingreso esperado ; y cuarto, el ingreso futuro puede ser mayor, no como resultado de la educación sino como fruto de la mayor experiencia de trabajo.
El valor que se atribuya a cada uno de los cuatro “parámetros” mencionados arriba probabilidad de desempleo, vida útil de la educación, probabilidad de sobrevivir, experiencia laboral puede alterar más o menos drásticamente las cifras de tasa interna de retorno y valor presente. Tras ensayar distintas combinaciones “razonables” de los cuatro parámetros “análisis de sensibilidad” se concluyó que la experiencia laboral es el factor más crítico: la rentabilidad calculada de la educación SENA varía sustancialmente según la manera como se estime la contribución de la experiencia de trabajo al aumento del salario. Los Cuadros 8 y 9 muestran cómo, en efecto, el aporte porcentual de la experiencia al salario varía según cuáles sean la educación, la categoría ocupacional y la edad del trabajador.
Cuadro No. 8
Contribución porcentual de cada año de experiencia laboral al aumento (o disminución) del salario para trabajadores de distinta categoría ocupacional, escolaridad y edad.
Cuadro No. 9
Contribución porcentual de cada año de experiencia laboral al aumento o disminución del salario para trabajadores de distinta edad y nivel educativo.
De su parte, la probabilidad de desempleo fue estimada a partir de las encuestas periódicas realizadas por el DANE en las principales ciudades del país, para distintas categorías de trabajadores; se supone una "vída útil" de diez años para la educación SENA, y la probabilidad de sobrevivencia se derivó de las tablas de vida para Colombia Bayona, 1977 .
Una última y necesaria explicación: como el valor presente no puede ser establecido sin fijar de antemano una tasa de descuento, se utilizaron dos bases alternativas: la tasa de rendimiento global del capital en el sector privado 10 % Harberger, 1969 y la tasa de interés generalmente empleada por la literatura 12 % .
Cuadro No. 10
Tasas privadas de retorno para distintos tipos de educación en Colombia halladas por diferentes autores, en distintos años.
Los rendimientos
Ya el Cuadro 2 apuntó cómo las tasas de rentabilidad de las educaciones primaria, secundaria y superior para el alumnado colombiano tienden a ser mayores que los respectivos índices para estudiantes de otros países. El Cuadro 10, que recoge cinco estimativos independientes para Colombia, subraya dos hechos adicionales: el rendirrlíento de la formación técnicovocacional puede ser más alto que el de los otros tres tiamos cálculos de Schultz y la capacitación impartida por el SENA es todavía más rentable que otras modalidades de formación técnico-vocacional obsérvese la última columna . El Cuadro 11 reafirma, si falta hiciera, el elevado nivel de rentabilidad de las educaciones media y sobre todo técnica de Colombia, esta vez por comparación con países en un estadio de desarrollo similar. En una palabra, el rendimiento privado de la educación colombiana es alto, el de la educación técnica es aún más alto y el de la formación SENA es extraordinariamente alto, por patrones nacionales o internacionales.
Retornando los cálculos de FEDESARROLLO, los Cuadros 12 y 13 indican diferencias relativamente significantes entre los distintos modos de formación; mientras aprendizaje muestra las más altas tasas de retorno y los mayores valores presentes, complementación, y sobre todo promoción, se ubican en niveles inferiores. Por ello, conviene aludir separadamente a cada modo de formación.
a Aprendizaje. Puede describirse este modo de formación como aquel dirigido a capacitar nueva mano de obra adolescente 14 a 21 años en ocupaciones “calificadas",ordinariamente sujeto a las regulaciones de la Ley 188 de 1959 y sus posteriores modificaciones “contrato de aprendizaje” . La duración del aprendizaje varía entre los 2 y 3 años. El nivel educacional requerido para la mayoría de los oficios es quinto de primaria. Para los cálculos presentes, se supone una duración general de 3 años y un nivel mínimo previo de quinto año de escolaridad. La formación del aprendiz se divide en etapas lectivas estudio en las instalaciones del SENAY y etapas productivas en la empresa, bajo supervisión de instructores del SENA . El aprendiz recibe un salario durante su instrucción, equivalente al 50% del mínimo convencional durante el primer año, al 65 % durante el segundo y al 100 % durante el tercer año. Al completar la última etapa, y previa acreditación, se expide al aprendiz un certificado de aptitud profesionalCAP que le amerita como trabajador "calificado", según la terminología propia del SENA.
Cuadro No. 13
Valor presente de la Educación Sena, con tasas de descuento del 10% y del 12%anual, para distintos modos de formación.
Partiendo de aquella definición del aprendizaje, se estimó su rentabilidad privada tomando como grupo de comparación a quienes, terminada su educación primaria, no ingresan a ninguna modalidad de educación secundaria y se vinculan inmediatamente al mercado de trabajo. El análisis se refiere a la cohorte de estudiantes que ingresaron al SENA en 1967, terminando estudios en 1969.
Los costos del aprendizaje para el educando son principalmente “de oportunidad”, pues los directos resultan insignificantes, casi nulos, toda vez que el SENA le subsidia con libros y transporte gratuitos, y con alimentación más barata de lo común. Los costos de oportunidad se estimaron como equivalentes al salario de individuos can quinto año de primaria, según avances del Censo de 1973; estos Salarios reflejan la ponderación según el peso específico que cada sector económico industria, agricultura, comercio y servicios tuvo en las diversas promociones encuestadas por el SENA en 1970. Para llevar los salarios encontrados de 1973 a 1967, se supone que ellos describieron una trayectoria similar a la seguida por los salarios de obreros en la industria manufacturera. El siguiente paso fue llevarlos a precios del 31 de diciembre de 1969 fecha de terminación del aprendizaje y ajustarlos por la probabilidad de empleo de trabajadores con quinto de primaria. Lo más importante en la medición de los costos fue el ajuste por experiencia laboral, como se enunció anteriormente y según se explica al pie del Cuadro 9. En el factor experiencia reside una de las principales causas de variación en los estimativos de rentabilidad para la educación SENA.
Los beneficios “netos" del aprendizaje se calculan como la diferencia entre dos cifras. De una parte, el salario reportado por la encuesta a aprendices SENA en 1970, llevado a precios de 1969 y ajustado tanto por la probabilidad de empleo del aprendiz dato proporcionado por la misma encuesta como por prestaciones sociales, puesto que la encuesta alude a los "salarios básicos". Segundo, el salario de un individuo de sectordel sistema educativo, con un nivel mínimo de experiencia de 4 a 5 años salario que percibiría el aprendiz si no hubiese ingresado al SENA . Para el cómputo de ingresos futuros, cada tipo de salario aprendiz y de oportunidad fue incrementado según la respectiva contribución porcentual anual de la experiencia de trabajo a la remuneración.
La metodología descrita fue aplicada a distintas alternativas. En primera instancia, los Cuadros 12 y 13 distinguen entre aprendices patrocinados por una empresa y aprendices no patrocinados. Mientras a los primeros se les amortiguan los costos de oportunidad en virtud del salario percibido mientras se educan, los segundos soportan directamente dichos costos aunque cabe la posibilidad de que el SENA asuma directamente el patrocinio de algunos aprendices, por lo menos durante el primer año lectivo . En el caso de los aprendices patrocinados, pueden hacerse dos cálculos de costo. El primero, basado en la encuesta SENA 1970, resulta ser muy bajo porque los salarios de los aprendices exceden su presunto costo de oportunidad; mientras se educa, el aprendiz percibiría una remuneración superior a la del individuo con quinto de primaria y uno o dos años de experiencia laboral alternativa ”1" en los Cuadros 12 y 13 . El segundo alternativas "2” y "3" acepta como válidos los salarios del aprendiz reportados por la encuesta de FEDESARROLLO, salarios éstos inferiores a los del grupo de comparación y que implican por tanto un costo de oportunidad positivo.
Con todas las salvedades que imponen los complejos supuestos y ajustes del método, las tasas internas de retorno para el aprendiz del SENA deben reconocerse como muy altas: entre 78.3 % y 88.2 % para los patrocinados y entre 40. 0 % y 49.5 % para los no patrocinados aún así, el divulgado estimativo de Puryear 119.4%, en el Cuadro 10 parece exagerado . En otros términos, si se acepta una “vida útil” de diez años para la formaci6n SENA, el aprendiz patrocinado ganaría con ella entre $96.000 y $43.000 constantes de 1969; el no patrocinado obtendría ganancias entre $70.000 y $32.000 Cuadro 13 . Así, la elevada rentabilidad privada del aprendizaje no se debe solamente a la reducción o eliminación del costo de oportunidad del estudiante; al examinar las cifras se encuentra como principal explicación el hecho de que el salario de los egresados SENA aumenta con la experiencia laboral a un ritmo mucho más rápido que el de otros trabajadores. Tal hallazgo parece significar que el gran mérito de la educación del SENA consiste en preparar al individuo para aprender más y más después de haber egresado, esto es, que califica trabajadores altamente receptivos a la nueva enseñanza específica dentro de la empresa.
Por último, vale anotar cómo la rentabilidad del aprendizaje sería aún mayor si no existiese un relativamente alto nivel de desempleo entre los egresados. En síntesis, parece que el SENA, al concentrar la mayoría de sus esfuerzos sobre el aprendizaje, está ofreciendo una educación muy benéfica para la nueva mano de obra que se incorpora al sector formal de la economía.
b Complementación. Es un sistema de formación dirigido a capacitar personal ya vinculado a un oficio “semicalificado”, según la terminología del SENA. Se supone que a través de cursos suplementarios, va adquiriendo un nivel de calificación similar al de aprendiz; por ello, al completar sus estudios y previa evaluación de aptitudes, se les concede también el CAP.
Los cursos de complementación abarcan entre 60 y 110 horas, usualmente distribuidas en jornadas nocturnas de dos horas cada una; con este sistema, el SENA busca utilizar más plenamente su capacidad instalada centros fijos, talleres, pautas, profesores, etc. .
En complementación, dada la inexistencia de costos de oportunidad, la tasa interna de retorno tendería a infinito, y por esta razón los cálculos se limitan al valor presente. Los beneficios netos consisten en la diferencia salarial atribuible a un curso de complementaci6n en el área específica de contabilidad, según la única encuesta de seguimiento efectuada para este modo de formación SENA, 1968 .
Los cálculos muestran una rentabilidad alta en comparación al conjunto de la educación en Colombia, e intermedia entre las de los modos de aprendizaje y promoción. Con una tasa de descuento del 10% anual, los valores presentes varían entre $7.500 y $59.000 en pesos constantes de 1969 ; bajo una tasa de rendimiento anual del 12 %, los valores presentes se ubicarían entre $6.500 y $48.000 Cuadro 13 . Como se observa en el propio cuadro, la rentabilidad varía sustancialmente con el supuesto que se acepte acerca de la relación entre experiencia laboral y aumentos de salario.
No obstante su rentabilidad aparente, la muy ligera intensidad de los cursos de complementación hace dudar de cuán real sea la "calificación" derivada de ella, desconfianza que ratifican los comentarios generales de los empresarios en la encuesta de FEDESARROLLO. No es ajena una institución, tan eficiente como el SENA, a cierto afán de mostrar logros cuantitativos, buscando producir mayor volumen de horasalumno a través de modos de enseñanza como el de complementación y descuidando quizá la formación cualitativa. De esta crítica eventual, por lo demás, ha sido consciente el mismo Servicio SENA, 1977 .
c La promoción o formación de técnicos" es un modo orientado a la ulterior capacitación de trabajadores calificados, o de bachilleres, en los campos de análisis, supervisión y control de la producción; los requisitos mínimos para admisión son, pues, poseer el CAP o el diploma de bachillerato. Los programas, cuya duración e intensidad son variables, se llevan a cabo principalmente en los centros nacionales especializados, como el de aviación en Barranquilla o el de petroquímica en Barrancabermeja.
Aunque la duración promedio del programa es similar a la del aprendizaje y exige como aquél dedicación total, no existen, legalmente, el contrato, el “patrocinio” ni el salario amortiguador de los costos de oportunidad; este alto costo tiene su compensación futura puesto que los egresados de promoción, técnicos especializados, gozan de amplia demanda como sugiere la baja incidencia del desempleo entre ellos tal vez por tener una “carrera intermedia" que los hace “baratos” en comparación con los egresados de la universidad.
Aunque el objetivo inicial de la "formación de técnicos fue crear una línea de promoción para las personas calificadas por el SENA que no tenían oportunidad de proseguir sus estudios dentro del sistema formal, en la práctica, el programa de promoción ha reclutado muchos bachílleres que no ingresan a la universidad. Entre otras razones, esto se debe a que para los exaprendices no resulta en absoluto rentable continuar estudios dentro del mismo SENA, mientras para los bachilleres tal inversión sí es atractiva Cuadros 12 y 13 . Así, no es extraño que para 1978, 7 de cada 10 alumnos en este modo de formación sean bachilleres y sólo los otros 3 exaprendices.
La gran diferencia de rentabilidad de la promoción para bachilleres y exaprendices, obedece a los muy elevados costos de oportunidad de los últimos; indudablemente, al aprendiz graduado no le favorece, en términos económicos, su permanencia dentro del SENA, por la sencilla razón de que la experiencia laboral sacrificada por continuar estudiando significaría pérdidas de consideración.
Tanto en el caso de los exaprendices como en el de los bachilleres, la rentabilidad es inferior a la del aprendizaje o a la de la complenientaci6n Cuadros 12 y 13 ; este hecho no hace más que confirmar el principio según el cual, entre más alto el nivel de educación general y técnica, mayores los costos de oportunidad y, por tanto, menor la rentabilidad.
La promoción para los bachilleres representa una carrera corta, gratuita y con mercado relativamente seguro. Es una carrera incluso más intensiva, en algunos casos, que la universitaria y tiene la particularidad de servir para oficios específicos. En este sentido, probablemente tenga más, ventajas un técnico formado en el centro petroquímico, por ejemplo, que un ingeniero “industrial” o de "minas y petróleos". De hecho la promoción, aunque no era este su objetivo inicial, se ha ido conformando y diseñando más como un modo al servicio de los bachilleres.
d Otros modos de formación. Para establecer el rendimiento de la especialización" y de la “habilitación” se encuentran dificultades insalvables, como la imprecisión de sus alcances, la falta de definición en los requisitos de ingreso y la ausencia de encuestas de seguimiento de egresados.
En principio, la especialización es un modo de formación dirigido a personal adulto y “calificado”, con el fin de capacitarlo más profundamente en un campo relacionado con el oficio que desempeña; consta de cursos cortos e intensivos, que a veces toman la forma de seminarios. Al modo especialización probablemente corresponde una rentabilidad comparativamente baja, puesto que el costo de oportunidad es alto para individuos previamente calificados. Por lo demás, parece dudable que a través de seminarios intensivos se logre una “alta calificación" o por lo menos una capacitación cercana a la proporcionada en la promoción, con sus cinco semestres intensivos en centros especializados.
En relación con la habilitación, el análisis se torna más complejo, puesto que éste es uno de los mecanismos de tránsito de trabajadores desde el sector marginal hacia las empresas modernas; de hecho, la mayoría de los cursos ofrecidos bajo el modo de habilitación se realiza dentro de los programas móviles, urbanos o rurales. La habilitación se dirige a empleados o desocupados, adolescentes o adultos, con predominio aparente de los adultos desempleados. Su duración es variable entre 80 y 220 horas , con horarios flexibles, de acuerdo con las características de los programas móviles. Ante este modo de formación, las dificultades empíricas para la medición de rentabilidad económica son realmente infranqueables; las apreciaciones cualitativas acerca de él se consignan en la sección dedicada al sector informal.
A modo de síntesis, y recordando los cuadros sobre rentabilidad de la educación SENA 12 y 13 puede señalarse que las altas tasas de retorno y los considerables valoreá presentes se deben en lo fundamental a la eficiencia del Servicio en la selección de sus alumnos, al buen diseño de sus currículos y a los bajos costos de oportunidad que suponen los programas. Analizando los modos de formación por separado, el aprendizaje se identifica como el más rentable, a causa sobre todo del gran efecto de la experiencia sobre el salario de los exaprendices y de la ventaja del “patrocinio” en amortiguar sus costos de oportunidad. Le siguen la complementaci6n y la promoción para los bachilleres, pero no así la promoción para exaprendices.
Impacto de la capacitación sobre las clases trabajadoras
En otra parte de este libro fue descrita la activa participación del movimiento obrero organizado en la génesis del Servicio Nacional de Aprendizaje. Entre 1957 y 1968 el representante de la confederación sindical mayoritaria, UTC, fue casi invariablemente elegido para presidir el Consejo Directivo Nacional de la entidad, definida como "institución al servicio de los trabajadores”. Efectivamente, la actividad del SENA incide sobre el desarrollo de los grupos trabajadores en tres maneras principales: preparando sus estamentos calificados, contribuyendo a la 11 conformación objetiva de una "clase obrera" y reflejando una cierta filosofía sindicaL
Formación de mano de obra calificada
Sobre una población económicamente activa en el orden de los 7.5 millones de personas, los diversos programas de capacitación del SENA podrían haber cobijado hasta hoy casi 1.5 millones de trabajadores, esto es, un 20% de la actual fuerza de trabajo. Las estadísticas disponibles, aunque expuestas a la crítica de “inflar" sustantivamente el volumen de las matrículas por utilizar como unidad de cuenta el concepto de alumnocurso, dicen que los estudiantes en formación" pasaron de ser 37 mil en 1965 a 281 mil en 1970, a 391 mil en 1975 y a 786 mil en 1978. Según esto, el Servicio estaría capacitando durante el año en curso a casi el 10% de los trabajadores colombianos, y la matrícula se habría expandido a tasas anuales del 40% entre 1965 y 1970, del 7% entre el 70 y el 75, y del 20% a partir de entonces. En términos de horas instructor, un índice algo más depurado, las respectivas tasas de crecimiento serían del 21 %, el 10 % y el 13 % anuales.
El vertiginoso ritmo de aumento en las actividades de capacitación del SENA obedece, en orden de importancia, al énfasis creciente sobre los modos de formación de menor intensidad habilitación, complementación, especialización , a la introducción de programas en algún grado “desescolarizados”, y a la apertura de nuevos cupos para aprendizaje y promoción. En 1965, los modos menos intensivos de formación agrupaban al 62% de los estudiantes; en 1970, al 65 %; en 1975, al 91 %, y en 1978, al 96 %. A partir de 1972, pero sobre todo después de 1975, las metodologías de educación desescolarizada, que multiplican el número de alumnos por cada profesor, cobran importancia dentro del Servicio. Finalmente, la cantidad de aprendices y estudiantes de "promoción pasó de 7 mil a 23 mil entre 1965 y 1970, a 36 mil en 1975 y a 33 mil en 1978. Por lo demás, tal explosión de cobertura no parece posible sin comprometer la calidad de la instrucción, según perciben muchos funcionarios del SENA, entrevistados para esta evaluación; así, quizá convenga estabilizar y mejorar lo actual, antes de proceder a nuevas ampliaciones.
Sean cuales fueren las reservas con que deben acogerse las estadísticas sobre capacitación y las deficiencias del Servicio al impartir la misma, no es aventurado afirmar que el SENA ha representado y representa el principal instrumento para la preparación de los "cuadros obreros calificados y de algunos tramos de empleados de mediana calificación dentro del país. Más aún, la acción capacitadora del SENA se cumple, muy fundamentalmente, sobre alumnos ya vinculados al mercado de trabajo; si se exceptúan los aprendices adolescentes no patrocinados y la mayoría de los estudiantes en promoción, puede en efecto decirse que todos los educandos del SENA cumplen alguna función laboral, en calidad de ocupados o de desempleados.
Cuadro No. 14
Distribución porcentual de los trabajadores por categorías ocupacionales, 1951 a 1973.
Otra manera, indirecta pero significativa, de apreciar la contribución del SENA a la formación de los núcleos calificados de la clase trabajadora, consiste en señalar la pronunciada modificación en la estructura ocupacional del país a lo largo de las últimas décadas. Entre 1951 y 1973, las categorías ocupacionales cuya participación porcentual en el empleo aumentó más notablemente fueron, ensu orden: vendedores, empleados de oficina, profesionales, técnicos, conductores y trabajadores de los servicios. Los grupos con disminución más marcada fueron los de gerentes y directivos, mineros, agricultores y artesanos y operarios Cuadro 14 . Estos fenómenos, que esencialmente reflejan la "natural pérdida en importancia de las actividades agropecuaria y minera a medida que crece el ingreso nacional Kuznets, 1974 , muestran también cierta tendencia al robustecimiento de los estratos "intermedios" empleados de oficina, profesionales, técnicos ... y al desarrollo de núcleos “marginadosurbanos en el sector” terciariovendedores, trabajadores de los servicios . A su vez, la capacitación impartida por los centros fijos del SENA habría coadyuvado en mucho al crecimiento de los tramos ocupacionales ”medios”, mientras los programas móviles urbanos atienden al trabajador marginado.
De otra parte, como se verá en la sección acerca del sector informal, parece claro que las actividades económicamente más modernas están en condiciones de ocupar nueva mano de obra; así, los esfuerzos del SENA encaminados a capacitar trabajadores del subsector “marginal" para su eventual ocupación dentro del sector formal, tendrían algún éxito en engrosar las clases trabajadoras “modernas”.
En síntesis, los programas de capacitación han contribuido sustantivamente a elevar el ingreso de gran número de trabajadores recuérdese el análisis de rentabilidad a estimular su movilidad ascendente, ocupacional y social, y a consolidar los núcleos "intermedios" de las clases trabajadoras.
Con todo, el aumento en la disponibilidad de mano de obra calificada fruto del SENA, los INEM u otros institutos técnicos, y del entrenamiento impartido por las empresas implica siempre en igualdad de circunstancias una baja relativa en el salario de cada trabajador. Tal ”abaratamiento” de la fuerza de trabajo capacitada analíticamente innegable aunque bien difícil de documentar con cifras es uno de los efectos más importantes de los programas de formación ofrecidos por el Servicio. Tal consecuencia, negativa para el trabajador individual, puede empero tener las virtudes de distribuir ingreso entre más individuos calificados y de acortar la diferencia salarial entre los tramos capacitados y los demás grupos laborales, contribuyendo así a la homogeneidad de las clases trabajadoras.
Conformación objetiva de la clase obrera
Para el desarrollo integral de la “clase obrera” se precisan su maduración objetiva" y su, maduración política" o, en los términos de Marx, su ser "clase en sí" y "clase para sí" Goldthorpe, 1968 . La madurez política alude a la conciencia y la acción de clase; la madurez objetiva corresponde a la aparición del obrero profesionaL
En el autorizado análisis de Danílevich 1974 , la madurez objetiva de la clase obrera requiere de seis elementos generales y diferenciables: a "reproducción natural, o constitución de cuadros obreros permanentes, más o menos estables y numerosos, de personas que a lo largo de toda la vida estén ligadas a la producción fabril, de manera que el proletariado industrial se distinga nítidamente de la restante masa de trabajadores; b ausencia de propiedad sobre los medios de producción por parte del trabajador la abundancia de artesanos o de campesinos minifundistas inhibe la maduración objetiva de la clase obrera ; c amplio predominio de la remuneración en dinero sobre las formas de retribución en especie; d clara divísión entre el trabajo manual y el trabajo intelectual; e asimilación de las normas, reglamentos y disciplina industrial que implica la producción a gran escala, y f formación de una "cultura técnica”, que incluye los elementos cognoscitivos y sociales necesarios para definir el papel y el status de trabajador calificado.
El solo comparar los requisitos enumerados con la filosofía y la práctica del SENA en sus actividades de capacitación para el sector moderno de la economía, pone de presente cómo el Servicio contribuye directamente a la conformación objetiva de una clase obrera. Por supuesto, dicha conformación no depende en modo exclusivo, ni siquiera principal, de como se orienten las agencias educativas; más bien, éstas pueden reforzar y complementar las tendencias estructurales que, en la esfera de la producción, van gestando un proletariado “moderno”. El SENA cumpliría, por excelencia entre los sistemas educacionales de Colombia, tal papel de refuerzo y complementaci6n objetivos de la clase obrera, sobre todo en crear y difundir la "cultura técnica", en especializar para labores "manuales" complejas u oficios "intelectuales" medios, en inculcar la "disciplina industrial a sus trabajadoresalumnos y en aportar a la diferenciación del proletariado "moderno.
Por lo demás, las prácticas aparentes de reclutar obreros "meritorios o parientes de éstos en el aprendizaje patrocinado, y de retener aprendices para sus cursos de "promoción", tenderían a fortalecer una cierta "tradición proletaria o "reproducción natural" de la clase obrera dentro del país. En opinión de los empresarios del sector moderno que fueron encuestados por FEDESARROLLO, la capacitación dentro del SENA sirve ante todo para "elevar la responsabilidad del individuo en el desempeño de su trabajo; luego, para "aumentar la remuneración del trabajador" o "permitir su promoción a cargos más importantes y, en grado bastante inferior, para incrementar la productividad del trabajador" o "estimular su capacidad inventiva en el campo tecnológico”. Esta percepción de los empleadores, según la cual el SENA tiene como principal virtud fomentar el espíritu de "responsabilidad entre los educandos, confirma en alguna medida su aporte a la constitución de un obrerismo "profesional”.
Así como el SENA contribuye a la maduración objetiva de la clase obrera, podría también confirmar, indirectamente al menos, ciertos obstáculos para su maduración “política”. Analizando el movimiento obrero colombiano se encuentra cómo, en efecto, su capacidad de acción global ha sido entrabada históricamente por la relativa debilidad de los sindicatos y su continua fragmentación, por el carácter "legalista" de sus demandas y por su comparativa falta de autonomía frente al Estado, los empleadores y los partidos tradicionales G6mez, 1975 . Al concentrarse en la calificación de obreros y empleados para las empresas más modernas donde predominan el sindicalismo de negocios y la orientación "de base” el SENA podría reflejar o, en cierto sentido, ratificar la división y la estratificación internas del movimiento laboral. Al inculcar la "disciplina industrial y la ética institucional" del trabajo, también podría el Servicio encauzar al educando hacia una actitud ·legalista”,o hasta "leguleya" en el sentir de muchos empleadores. No menos, el egresado del SENA parecería calificar fácilmente para el ingreso a la " aristocracia obrera , con la tendencia consiguiente a su " aburguesamiento”.
Correspondencia con una “filosofía" sindical
El movimiento obrero organizado se reparte en Colombia entre siete corrientes ideológicas. La CTC tuvo, y en alguna medida retiene, una orientación liberal a estilo de López Pumarejo; la UTC afirmó en sus primeros manifiestos la doctrina social de la Iglesia Católica en versión de las encíclicas clásicas y con frecuencia se la asocia con el partido conservador; la CSTC es el brazo sindical del partido comunista ortodoxo “línea Moscú” ; la CGT podría catalogarse como democristiana de izquierda; los sindicatos del MOIR se inclinan por la versión “china"del marxismo; los vinculados al partido socialista tienden a inspirarse en las ideas de Trotsky y otro grupo de independientes pertenece en su mayoría a la izquierda no denominada. De estas siete corrientes, el SENA ha estado más cerca de la concepción representada por la UTC, con sus énfasis característicos sobre la estrategia de negociación y el pensamiento cristiano.
Apenas el 17 % de la población laboral se afilia a más de 5. 000 sindicatos existentes en Colombia. La mayoría de estas agremiaciones un 49% pertenece a la categoría de "base”, cuya táctica preponderante es la negociación colectiva dentro de cada empresa y por motivos típicamente “económicos":sobre un total de 1013 huelgas registradas entre 1962 y 1976, un 95% encontró origen en la discusión de pliegos o la violación patronal de convenios, al paso que las huelgas de "protesta" y de "solidaridad" sumaron 43 tan solo.
El contraste entre las estrategias de las varias confederaciones o "bloques", y el predominio del "sindicalismo de negociación" sobre el sindicalismo de protesta", se nota más claramente al comparar la distribución de fuerzas entre los grupos con la afiliación sindical de los huelguistas. Reuniendo cerca del 40 % de los sindicatos, la UTC adelantó apenas el 16 % de las huelgas entre 1969 y 1976 y la CTC, con cobertura del 25 %, patrocinó sólo otro 6 %; en cambio, un 30 % de los conflictos huelguísticos fue protagonizado por sindicatos afiliados a la C8TC? que agrupa de un 20 a un 25 % de la fuerza obrera organizada y el restante 48 % de las huelgas correspondió a las demás corrientes, cuya cobertura no va más allá del 10% o 15% de los sindicatos Gómez y Losada, 1977.
La concepción original de la UTC insiste sobre un sindicalismo "apolítico", exclusivamente reivindicatorio y centrado sobre la empresa individual. Sus primeros documentos condenan la “violencia”, la "lucha de clases y los paros nacionales, políticos o de solidaridad; confían en la conciliación de intereses y aspiran a la "armonía entre el capital y el trabajo", postulando un modelo de sociedad corporatista; afirman, en fin, la legitimidad del influjo eclesial, rechazan toda alianza "táctica" con sindicatos no cristianos y condenan la afiliación de católicos a agremiaciones “materialistaso "neutrales Espinosa, 1969.
Con el tiempo y los avatares de la lucha sindical la UTC ha revisado algunos de sus planteamientos iniciales, sin abandonarlos completa ni definitivamente. La "apoliticidad" cedió el terreno a compromisos explícitos con los partidos tradicionales e inclusive a la constitución del transitorio movimiento laborista denominado MOSPOL. En 1957, en 1965, en 1969, en 1971 y en 1977, la Central participa en huelgas generales o paros cívicos nacionales con algún significado político. Durante los años sesenta se apartó también la UTC, esporádicamente, de su tradicional respeto por la propiedad privada con la "toma obrera de la empresa "Ladrfflos Moore” o las invasiones de tierra propiciadas por la Federación Agraria Nacional, FANAL, brazo rural de la Unión . Por último, la Central ha aceptado alianzas tácticas con la CTC desde 1958, con la CSTC después de 1969 y con el conjunto de las fuerzas sindicales a partir de 1977 Becker, 1970 . Pero, comparada con los grupos más radicales, la UTC sigue representando sin duda un "estilo" y una "concepci6n" más bien "negociadora", "económica" y "cristiana”.
Como se ha repetido tantas veces, la úTC participó directa y definitivamente en la creación del SENA, ha llevado siempre la vocería de los trabajadores en el seno del Consejo Nacional y correspondió a su representante presidir repetidamente dicho organismo. Más allá de esta influencia, directa, notable y mantenida, podrían señalarse otros tres paralelismos entre las concepciones del Servicio y las de la UTC. Primero, la capacitación de mano de obra dirigida a merementar tanto la productividad como la remuneración del trabajador, constituye una forma de velar por la armonía de los intereses obreropatronales y de facilitar la conciliación entre ambas partes. Segundo, el Servicio acoge de grado la presencia de la Iglesia Católica dentro de sus actividades, contando con un representante de ella en su Consejo Directivo, incorporando la dimensión cristiana a sus currículos o solicitando la cooperación de sacerdotes en calidad de "capellanes". Tercero, la conformación y procedimientos de los consejos Nacional y regionales, según fueron analizados en otra sección del presente estudio, suponen un claro y raro ejemplo de concertaci6n continuada y libre de conflictos fundamentales entre los trabajadores organizados, los empresarios y el gobierno.
El SENA y la empresa
Las relaciones del SENA con la empresa tocan dos niveles distintos: el de la firma individual y el del conjunto de empresas en una rama o sector de actividad. El primer tipo de relaciones cobija, de un lado, la calificación de mano de obra, el desarrollo tecnológico y la asesoría proporcionadas por el SENA y, de otro lado, los aportes de la firma al Servicio y el “patrocinio” de algunos aprendices. El análisis sobre la asistencia tecnológica y gerencial prestada a las empresas será realizado en otra sección del presente estudio; el aporte obligatorio del 2% sobre nómina constituye para la empresa individual un "costo fijo o “muerto", independiente de que ella se beneficie o no del SENA; en modos de formación distintos del aprendizaje patrocinado, la firma y el organismo no interactúan directamente sino a través del mercado laboral. Por lo mismo, la relación SENAempresa individual se mirará aquí sólo en cuanto atañe al aprendizaje patrocinado.
El segundo nivel de las relaciones SENAempresa remite a un análisis de transferencias de recursos entre firmas o entre ramas de producción, puesto que debe distinguirse claramente entre la acción de enviar y/o patrocinar aprendices, y la acción de contratar aprendices ya egresados, ora que ellos hayan sido patrocinados por la misma empresa, ora por un empleador diferente.
Rentabilidad del aprendizaje para la firma individual
Al interrogar a los empresarios sobre el rendimiento económico de patrocinar trabajadores como aprendices del SENA, un 54.5% piensa que sí es rentable, sólo el 11.4% considera que no es rentable y el resto, 34. 1 %, opina que no es ni lo uno ni lo otro. Esta aparente rentabílidad del contrato de aprendizaje para el empleador no deja de sorprender, pues contrasta con la disposición legal que autoriza al SENA para reclutar de la firma un número de aprendices que no exceda del 5 % del total de sus trabajadores.
Para fijar el punto de la rentabilidad o no rentabilidad del aprendizaje, conviene recurrir al cálculo concreto de los costos en que incurre la empresa y de los beneficios derivados de la productividad del aprendiz. Nuevamente, los cómputos suponen una duración del aprendizaje de 3 años, habida cuenta de las limitaciones en la información disponible.
En una primera aproximación, se toma el ingreso de un aprendiz graduado y sin ninguna experiencia, ajustado por prestaciones sociales, como “salario mínimo convencional"; a esta base se aplican los porcentajes del 50%, el 65% y el 100% previstos por la ley como tarifas de pago al aprendiz en cada uno de los años de su formación. Para los beneficios se estimó el incremento salarial neto debido al aprendizaje, tomando por tal la diferencia entre el salario de un aprendiz graduado, sin ninguna experiencia adicional al propio aprendizaje, y el salario de un trabajador con quinto de primaria y 3 años de experiencia. En el supuesto, burdo por cierto, de que el salario corresponde a la productividad marginal, los incrementos en el primero fueron imputados como “beneficios” de la firma, distribuyéndolos proporcionalmente según períodos lectivos y peri6dos productivos del aprendiz.
Las mediciones reconocen el hecho de que el aprendiz no está obligado a vincularse con la firma patrocinadora tras completar su formación, lo cual implica que patrocinar aprendices es un negocio" a tres años o dos, segím el caso , siendo otro el “negocio” de contratar aprendices egresados. Esta consideración se basa, por una parte, en los enunciados de la Ley 188 de 1959 que rige el contrato de aprendizaje y, por otra parte, en las encuestas de seguimiento a aprendices: el cuadro 15 muestra cómo el 40% de los patrocinados cohorte de 1966 nunca trabajó para la empresa patrocinadora y cómo el 22% trabajó durante un tiempo apenas; en la promoci6n de 1970, las respectivas cifras fueron del 47 % y del 15 %.
Con los anteriores supuestos y la metodología descrita a grandes rasgos, se encuentran las diferencias entre costos y beneficios para la firma patrocinadora del aprendiz Cuadro 16, columna 4 . Como puede apreciarse, sólo el último semestre resulta rentable para el empleador, quien pierde de hecho cerca de $9.700 de 1970 por cada aprendiz que envía al SENA.
El anterior cálculo está un poco alejado de la realidad, ya que la proporción del salario mínimo reconocida al aprendiz, según la encuesta de FEDESARROLLO, supera la prevista por la ley. En la práctica, durante el primero y segundo semestres, se reconoce al aprendiz un 62 % del salario
Cuadro No. 15
Situación Ocupacional de los Ex-aprendices con respecto a la empresa patrocinadora, según regional de egreso mínimo; en el tercero y cuarto semestres la proporción asciende a 82 manteniéndose los dos últimos en el 100%. Esta distancia entre la ley y la práctica probablemente se debe a la conjugación de dos factores: de un lado, la presión sindical para elevar colectivamente los salarios, elemento que tiende a ser más eficaz en las grandes empresas y, de otro lado, la probabilidad de que las firmas consideren como un "premio” al trabajador el suministrarle aprendizaje. De todas maneras, al aplicar los nuevos porcentajes de remuneración del aprendiz, el empleador acumula una pérdida cercana a los $13.000 de 1970 por cada estudiante del SENA que decida patrocinar.
El concepto marxista de “plusvalía” exceso de la productividad sobre el salario podría ser invocado para concluir que el aprendizaje sí es rentable para el patrocinador. Si, con Misas 1973 se acepta que la “tasa de explotación" relación entre el valor agregado neto real por trabajador" y su "remuneración real” fluctúa entre 1.73 y 5.67 dentro de la manufactura colombiana, el "saldo" del aprendizaje para el patrono estaría entre una ganancia de $83.000 y una pérdida, en el peor de los casos, de $2.400, en valores de 1970. Pero, aun en presencia de explotación, el contrato de aprendizaje seguiría siendo ecomónicamente poco atractivo para la firma, toda vez que ella puede contratar aprendices egresados y obtener de ellos una “plusvalía" mayor en términos absolutos salvo que la ”tasa de explotación" sobre el estudiante fuese mucho mayor que la ordinaria, lo cual parece harto ¡improbable.
Cuadro No. 16
Diferencias semestrales entre los costos y los beneficios de la empresa individual al patrocinar aprendices, entre 196 y 1969
Cuadro No. 17
Aprendices patrocinados en formación por ramas industriales.
Pero si el aprendizaje no es rentable para la firma, cómo se explica que tantos patronos lo consideren así o que en algunas empresas y sectores se ofrezca patrocinio a más del 5% de la mano de obra Cuadro 17 . Pueden ensayarse cinco respuestas a este interrogante:
a El aprendizaje es "rentable" cuando se trata de la formación de un trabajador muy escaso; en este sentido, la empresa trataría de "amarrar al aprendiz, inclusive pagándole un sueldo superior a su productividad. Como se recordará del Cuadro 15, resta un 38% de patrocinados que permanece con la firma luego de completar su formación en el SENA, y otro 15 % a 22 % que permanece en ella durante algún tiempo al menos. En este evento, el período “productivo" de la inversión en aprendizaje va más allá de dos o tres años y puede tornarse rentable.
b El patrocinio puede ser rentable en el caso de que la empresa necesite alguna inversión adicional" para la adaptación "informal" de los nuevos trabajadores, inversión que se evitaría en el caso de los aprendices. En cierta forma, la contratación de mano de obra “no adaptada" puede incluir costos extras que la empresa podría evitar contratando establemente a sus aprendices patrocinados.
Cuadro No. 18
Iniciativa del Contrato de Aprendizaje, según ramas de actividad económica.
c La encuesta de FEDESARROLLO no refleja la situación de la totalidad de las empresas, puesto que se restringe a la gran industria, en cuyo caso la formación del SENA puede adecuarse mejor a las necesidades de mano de obra calificada, por la disciplina que inculca, la eficiente educación técnica que brinda, etc. En este sentido, sería posible que medianos o pequeños empresarios tuviesen una opinión diferente acerca de la rentabilidad del contrato de aprendizaje.
d El enviar aprendices al SENA también puede ser ventajoso para la gran empresa, porque así puede planear sus flujos de mano de obra calificada a largo plazo. Esta apreciación encuentra algún asidero en el Cuadro 18, donde se observa cómo el 48% de las empresas encuestadas señala que los contratos de aprendizaje surgen por iniciativa de la propia firma y apenas una cuarta parte de expresas solicitudes del SENA.
e Una última explicación de la aparente rentabilidad de enviar aprendices al SENA puede residir en la coyuntura económica al momento de la encuesta. A inicios de 1978, habría escasez de mano de obra calificada debido a la conjugación de un muy alto nivel en la demanda agregada durante 1977, el ingreso nacional aumentó en un 9% y de la continuada migración, principalmente hacia Venezuela, de trabajadores capacitados. De mantenerse tales tendencias, como se arguye en otra sección del presente estudio, la relativa escasez de calificados se mantendrá en el futuro. Por el momento, el 86% de los empresarios consultados opina que la mano de obra calificada es "abundante en Colombia, al paso que sólo el 36% y el 33% dicen lo propio acerca de los trabajadores semicalificados y altamente calificados, respectivamente.
Transferencias entre empresas y entre sectores económicos
Aunque patrocinar al aprendiz no constituye una inversión lucrativa para el empleador individual, difícilmente podría ser puesta en tela de juicio la rentabilidad de contratar trabajadores egresados del SENA o, en general, mano de obra calificada: en ausencia de ella, muchas actividades de producción serían simplemente imposibles, el progreso técnico se vería seriamente limitado y difícilmente se lograría cualquier aumento en la productividad de la firma. Más aún, como apunta el Cuadro 19, la mayoría de los empresarios prefiere enganchar personal técnico preparado por el SENA que trabajadores calificados de otra procedencia. Como bien observa Puryear 1977 : “…es posible que las empresas que deciden no patrocinar aprendices por cuenta propia y logran eludir el patrocinio obligatorio estén en el camino más racional desde el punto de vista económico: no tienen gastos directos y aun así pueden contratar obreros capacitados por el SENA, ofreciéndoles remuneraciones comparables a las de sus patrocinadores".
Si es más "racional”, económicamente hablando, la empresa que elude el patrocinio obligatorio y se limita a adquirir el “producto" que genera de continuo una agencia educativa como el SENA, es indudable que exista una transferencia de recursos de unas fírmas a otras por intermedio del Servicio. La carencia de datos impide cuantificar dichas transferencias, pero basta anotar cómo la empresa “racional" economiza entre $9.000 y $13.000 de 1970 por cada aprendiz graduado que contrate.
Cuadro 19
Preferencias del Empresario para el enganche de trabajadores calificados, por rama de actividad.
El análisis de transferencias puede ampliarse, contemplando agregadamente los tres grandes sectores de la economía "moderna" que atienden los programas del SENA: el agropecuario, el industrial y el de comercio y servicios Cuadro 20 . Aparentemente pues las cifras no son del todo conflables el organismo “subsidia" las actividades agropecuarias con fondos provenientes de la industria, el comercio y los servicios: la manufactura aporta cerca del 50% de los costos financieros del SENA y no se beneficia más que de un 25 % a 27 % de sus gastos, y el sector del comercioservicio percibe un 30% cuando contribuye con más del 40%; en contraste, los desembolsos destinados a la agricultura sin contar los Programas Móviles Rurales claramente superan su cuota de esfuerzo financiero 18% frente a 9% . La inclinación del SENA en relativo perjuicio de la industria y en beneficio de la agricultura se mantiene al comparar el origen de sus ingresos con el “destino" de los alumnos en formación y el de sus estudiantes egresados; en cambio, los guarismos para el sector "terciario comercio y servicios muestran equilibrio entre aportes y beneficios. Por último, si se atienden indicadores de "calidad y no meramente de "cantidad", es decir, si se miran las distribuciones sectoriales de “horasinstructor y” horas “alumno”, el renglón comercioservicios es quien resulta "perjudicado" en ventaja de la agricultura y las transferencias a cargo de la industria disminuyen sensiblemente. En otras palabras el sector agrícola, quizá por la mayor incidencia de la evasión, recibe más de lo que merece en términos de cantidad, si no tanto en términos de calidad; el comercio y los servicios perciben "cantidad” en proporción a su aporte pero "calidad" en proporción inferior a aquél y la industria pierde en ambos respectos, pero relativamente menos en "calidad".
Por otro lado, el gobierno, cuya cuota financiera es baja 0.22% y 0.29% en 1974 y 1975, respectivamente cuenta en el SENA con una institución eficaz para el desarrollo de sus políticas, según se indicó atrás. Ello se refleja particularmente en el hecho de que grupos sociales no aportantes, el marginado y el tradicional, se beneficien del organismo en proporción cercana a la consignada en el Cuadro 20 para los Programas Móviles Urbanos y Rurales por disposición legal, el SENA puede destinar a aquellos grupos hasta un 10% de su presupuesto, complementado por aportes gubernamentales . Resalta pues una actitud "redistributiva” desde el sector moderno hacia los sectores tradicional y marginado dentro de los programas del SENA, actitud que será examinada en la siguiente sección de este trabajo.
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El SENA y el Sector Moderno de la economía
Las actividades del SENA dentro del sector moderno o formal de la economía abarcan tres campos principales: capacitación de la mano de obra requerida por las empresas del sector, desarrollo tecnológico o avance técnico en sus formas de producción, y asesoría empresarial para mejorar la organización de la firma en sus distintas áreas. Las tareas de desarrollo tecnológico y asesoría empresarial serán examinadas en otra sección de este estudio; la presente se refiere sólo a los programas de capacitación, médula del Servicio.
El SENA y la formación técnica
Como indica su nombre, el Servicio Nacional de Aprendizaje es ante todo una agencia educativa. En cuanto tal, ni su acción ni su evaluación pueden sustraerse a la controversia, compleja y a menudo imprecisa, acerca de las relaciones vigentes o deseables entre educación y sociedad. De este debate, aún sin zanjar, emergen sin embargo algunas conclusiones pertinentes para la comprensión del SENA.
En primer término, “ninguna educación se limita a la transmisión neutral del conocimiento” Pavalko, 1968 . De hecho, toda educación cumple funciones críticas para el sistema social. Por una parte, inculca los valores fundamentales a las nuevas generaciones, expresa y confirma la “ideología” dominante, ratifica el statu quo; pero, de otro lado, el proceso educacional porta e introduce tensiones hacia el cambio dentro de la estructura y aun de la propia estructura social. En segundo lugar, las contribuciones de la educación a la estabilidad y al cambio se producen dentro de todos los ámbitos de la vida social cultural, político y económico ; la educación es pues un proceso multifuncional. Luego, los contenidos y los métodos de la educación corresponden o son determinados por fuerzas provenientes de cada una de aquellas esferas, pero registran también algún grado de autonomía respecto de ellas. Cuarto y no menos importante, las funciones de la educación y sus maneras de determinación varían de un tipo educacional y de un contexto social a otro.
En principio, podrían identificarse cinco grandes modelos educacionales: el ratificatorio, el democrático, el de recursos humanos, el liberador y el socialista.
- En la concepción ratificatoria, propia de las formaciones tradicionales y de muchos tramos de la educación capitalista, la escuela es un claro apéndice de la estratificación social. El acceso a ella se condiciona al origen socioeconómico; el currículo, típicamente "humanista", “certifica” la pertenencia a determinado grupo de status; los agentes y métodos de enseñanza aplicados a cada estrato refuerzan los respectivos valores de clase una vida "elegante” una vida “digna” “ganarse la vida" y operan en todo caso como herramienta de control social.
- Dentro del modelo democrático, la educación se define como requisito para el desempeño de una ciudadanía efectiva. En la edificación de sus nacionalidades, en sus “despegues” hacia el desarrollo económico y hacia la modernidad social, la mayoría de los estados “liberales” elevaron la instrucción básica al rango de derecho constitucional. La consiguiente expansión en cobertura de los primeros tramos de enseñanza ha buscado asegurar ante todo una integración mínima del educando a la actividad cívica, cultural y política del país.
- Más adelante, con el "redescubrimiento del valor económico de la educación" Kiker, 1975 y con las demandas crecientes del sistema ocupacional, aquella pasó a concebirse como principal fuente de capacitación de los recursos humanos. La formación "vocacional” o “profesional”, la preparación técnica y el entrenamiento en el oficio son expresiones destacadas de esta nueva definición, cuyos contenidos y cuyos métodos se orientan específicamente a la esfera del trabajo.
- A su turno, la educación liberadora se propone estimular la conciencia crítica del educando y de su comunidad, mediante una gama de metodologías participantes. Planteada como explícita alternativa a la enseñanza tradicional, “la educación como práctica de la libertad” Freire, 1973 ha sido aplicada a la creación de “contracultura” en los países capitalistas avanzados y a la impulsión del cambio popular en varias naciones del Tercer Mundo.
- Por último, en los países socialistas, la educación se afirma primero como agente erradicador de la "conciencia de clase” capitalista y luego como ingrediente de la planeación económicoadministrativa versión "soviética” o como principal instrumento para la construcción del “hombre nuevo” versión "china” .
En alguna medida, la actividad del SENA incluye elementos de los modelos “ratificatorio”, “dernocrático” y “liberador”: como fruto y parte de la sociedad colombiana, no puede eximirse de los méritos y deméritos de su estratificación; como entidad gubernamental, busca formar “ciudadanos” y no sólo "productores"; como agente de cambio social, puede estar estirnulando la conciencia crítica de sus educandos. Pero, por supuesto, la concepción esencial del SENA se inscribe dentro del modelo de "recursos humanos", y en tal calidad debe ser evaluada primariamente.
Valor económico de la educación técnica
Dentro de la perspectiva que orienta la acción del SENA en el sector formal, la educación es concebida como principal mecanismo para "elevar los talentos, las destrezas y los conocimientos directamente aplicados o aplicables a la producción de bienes y servicios" Harbison, 1973 . Por lo mismo, su valoración se adelanta ante todo en términos económicos: ¿cuáles son el costo y la rentabilidad de la inversión en capacitación de la mano de obra
Aquella pregunta fue abordada primero para el conjunto de la economía: tras notar la insuficiencia de los factores de producción tradicionalmente medidos recursos naturales, capital y trabajo para explicar el crecimiento histórico del producto total en diversos países, el “residuo” fue imputado a las inversiones de contenido educacional. Los varios estudios en esté enfoque “macroeconómico” concluyeron que la educación acelera notablemente el desarrollo y que su rendimiento excede con mucho de sus costos globales OECD, 1964 . Sin embargo, tal línea de análisis “macro” cayó en desuso debido a sus serias deficiencias metodológicas: el crecimiento “no explicado” del producto puede obedecer a factores distintos de la educación, o ésta tendría que entenderse en sentido demasiado amplio para abarcar el cambio tecnológico, la modernización de actitudes y procesos similares ; no es fácil determinar qué tipo de educación resulta más productivo ni, por lo mismo, comparar sus rentabilidades; y, puesto que educarse es a la vez un acto de inversión y de consumo, la expansión de la escolaridad puede ser fruto y no solo causa del crecimiento económico.
A partir de 1960, con la afirmación de la moderna "teoría del capital hurnano" Schultz, 1960; Becker, 1962; Mincer, 1964 , la pregunta por el valor económico de la educación ha, venido enfocándose desde el punto de vista "micro". En el supuesto de que las diferencias salariales corresponden a la distinta productividad del trabajador supuesto heredado de los economistas neoclásicos , el esfuerzo se orienta a examinar los nexos existentes entre la educación del individuo y su nivel de ingreso laboral. Las innumerables investigaciones efectuadas sobre el punto coinciden en documentar una estrecha asociación entre ambas variables, registrada en todas partes del mundo y para todos los tipos de educación.
Pero el consenso es bien superficial, puesto que aún compiten cuando menos cinco explicaciones alternativas del por qué a mayor educación corresponden mayores ingresos de trabajo. a Los partidarios de una explicación económica arguyen que la educación técnica eleva directamente la productividad de la mano de obra y provee al individuo con destrezas más o menos escasas en el mercado. b Quienes se inclinan por la tesis psicológica, afirman que el sistema educativo se limita a clasificar los individuos según sus capacidades previas, otorgándoles la credencial correspondiente para el mercado laboral. c En opinión de otro grupo de autores, la educación inculca valores y actitudes sociales que prefiguran los requisitos para el desempeño en los distintos tramos de la jerarquía ocupacional. d Sostiene un cuarto grupo que la relación educacióningreso es apenas aparente, pues el origen socioeconómico del individuo simultáneamente determina sus posibilidades educacionales y laborales, y que aquella se limita a transmitir el efecto del status de origen. e Por último, se afirma que los salarios no varían tanto con la productividad o la educación del trabajador, cuanto con caracteres del sector o de la empresa empleadora su posición de mercado, su “capacidadde pago”, la fuerza sindical, etc., caracteres estos asociados a su vez con la educación promedio de las personas ocupadas por la empresa o sector.
Cada uno de los argumentos transcritos tiene a su haber razones teóricas y pruebas empíricas de algún peso. Pero, al examinar el problema con mayor detenimiento, se encuentra cómo las diversas explicaciones no necesariamente se excluyen sino que pueden complementarse: la educación eleva el ingreso laboral, en parte porque aumenta la productividad del trabajador, en parte porque filtra a los individuos más capaces, en parte porque les enseña actitudes más adecuadas para desempeñarse en su nivel ocupacional, en parte porque confirma el status de origen, y en parte porque los más educados trabajan en empresas más ricas y tienen mayor capacidad de negociación.
De hecho, la aplicación de técnicas estadísticas ha permitido medir la importancia comparativa de los distintos factores, sustituyendo las explicaciones unilaterales por una visión más compleja y ponderada. Estos ejercicios “multivariados” la mayoría de los cuales se refiere, infortunadamente, a países de alto desarrollo ponen de relieve tres fenómenos. Primero, aun contemplando numerosas variables origen socioeconómico, inteligencia, actitudes, educación y caracteres de la firma o sector de trabajo , una parte sustancial de los diferenciales de salario queda sin explicar tanto así, que un sonado estudio atribuye el nivel de ingreso a la buena o mala suerte del individuo; Jencks, 1974 . Segundo, cada uno de los factores indicados tiene algún influjo directo sobre las diferencias salariales, aun “controlando” o “manteniendo constantes” todos los demás factores, como cada uno de ellos tiene efectos indirectos, es decir, transmitidos por medio de otras variables. Y tercero, en la mayoría de los casos la principal determinante “neta” del salario es la educación aunque la categoría ocupacional o la importancia del cargo específico dentro de la empresa aparecen a veces como más influyentes; Gómez, 1974 .
Para ilustrar el argumento anterior en un caso bien pertinente la educación impartida por el propio SENA el Cuadro 1 cuantifica los efectos directos e indirectos sobre el salariohora SH de los siguientes factores: nivel ocupacional del padre OP , años de educación formal recibida ED , meses de experiencia en el oficio EX , aprendizaje dentro del SENA S , afiliación sindical U y tamaño de la empresa donde trabaja el individuo T . La información necesaria para los cálculos proviene de J. Puryear 1974 quien examinó una muestra de aprendices y bachilleres en Bogotá.
Aun cuando las técnicas estadísticas que subyacen al manejo de tales modelos causales son bastante sofisticadas véase la nota al pie del Cuadro 1 basta señalar cómo un índice de 1.0 significaría que la variable en cuestión explica totalmente las diferencias salariales mientras el valor 0. 0 indicaría completa inexistencia de asociación entre dicha variable y el salario para lograr la comprensión intuitiva de los datos.
Las cifras consignadas en el Cuadro 1 muestran cuatro hechos: a Tomadas conjuntamente, las seis variables explican apenas el 52 % de las diferencias observadas en el salario de los encuestados, es decir que otras variables no incluidas aquí también son importantes. b. Cada uno de los factores tienen su efecto sobre el salario, independientemente de los demás. c Los principales determinantes del salario son, en su orden: la capacitación dentro del SENA S , los años de educación formal ED y la experiencia en el oficio EX , aunque también contribuyen el nivel ocupacional del padre OP , el tamaño de la empresa empleadora T y la afiliación sindical S . d Una parte de la influencia de la ocupación del padre se debe a que ella afecta, por ejemplo, la educación del hijo y ésta a su vez incide sobre su nivel salarial, y así sucesivamente.
El efecto directo se define como el ß parcial de mayor orden; el efecto indirecto es aquel que se produce a través de las variables intervinientes especificadas en el modelo causal; el efecto total es la suma de los efectos directo e indirecto. Para el presente modelo, fue especificada la siguiente estructura causal: OP > ED > EX, S > U, T -> SH . El lector interesado puede consultar, por ejemplo, Finney, 1972.
De la exposición que antecede, conviene retener un punto principal: la educación eleva el salario, con independencia de otros factores. En particular, la capacitación dentro del SENA parecería ser rentable para el individuo sobre este punto se volverá en detalle más adelante ; pero entonces, por qué es necesario educarlo gratuitamente o, en general,
¿Por qué es necesario el SENA
En la mayoría de los países, desarrollados o no, existen programas específicos para la calificación de su mano de obra. Las modalidades de cobertura, financiamiento y métodos operativos son, por supuesto, numerosas; pero en ninguna parte se ha constituido un instituto que reúna por entero los caracteres del Servicio Nacional de Aprendizaje colombiano aunque el SENAI y el SENAC, del Brasil, se le aproximan bastante .
Los rasgos más característicos del SENA pueden concretarse en siete. Primero, se trata de una entidad gubernamental. Segundo, la agencia ofrece educación gratuita para el estudiante. Tercero, se especializa en la capacitación técnica. Cuarto, se ocupa el Servicio de preparar para oficios específicos, acercándose bastante al "entrenamiento en el trabajo”. Quinto, la institución se financia con recaudos forzosos de las empresas. Sexto, dispone el SENA de un mecanismo coercitivo, el aprendizaje, para reclutar trabajadoresalumnos de empresas determinadas. Y séptimo, el SENA desarrolla otros programas de formación sin necesidad de que el empleador reconozca salario al alumnotrabajador. Estos rasgos parecerían más atípicos al notar cómo, por ejemplo, la rentabilidad privada de la educación técnica es muy alta lo cual sugeriría que el subsidio al educando es innecesario ; cómo muchas empresas continúan ejecutando sus propios planes de entrenamiento lo cual podría indicar que el SENA no prepara adecuadamente o que no resulta rentable para el empleador , o en fin, cómo existen al lado del SENA otros varios establecimientos privados y gubernamentales que ofrecen cursos de educación técnica lo cual llevaría a preguntar por qué se otorgan al Servicio poderes especiales, como el de requerir aprendices de entre los trabajadores de una empresa .
Con el fin de evaluar la acción educativa del SENA en el sector formal, conviene pues examinar los supuestos económicos y sociales que justifican la intervención de un organismo con los siete caracteres descritos en los mercados educativo y del trabajo.
¿Cuál es la racionalidad económica y social que preside la acción del SENA ¿Cuál, la de quienes deciden ingresar a sus programas de capacitación ¿Cuál, la de las empresas que financian el instituto y le remiten aprendices Para resolver este género de interrogantes. el economista suele plantear inicialmente una situación ideal, que se sabe inexistente, pero que permite en su simplicidad una primera aproxírnación al tema.
En ausencia de toda intervención extraña al libre juego de la oferta y la demanda comenzaría aquel análisis simplificado los tres agentes que intervienen en los mercados educativo y laboral el alumnotrabajador, el empleador y la agencia educacional se comportarían de la manera siguiente:
- La agencia educativa abriría cupos estudiantiles hasta el punto en el cual el valor de la matrícula igualase exactamente al costo de mantener el nuevo cupo para la agencia;
- El estudiante-trabajador se educaría hasta el punto en el cual sus costos matrícula, más ingreso sacrificado por no trabajar mientras se educa igualasen exactamente al valor actual de los beneficios por 61 esperados mayores ingresos económicos, y mayor satisfacción por el hecho de ser educado, o mayor “ingreso psíquico” ;
- El empleador contrataría mano de obra educada hasta el punto donde el mayor salario fuese exactamente compensado por la más alta productividad del trabajador .
Bajo las circunstancias descritas por el modelo de “competencia perfecta", no se justificaría la existencia de una entidad con los caracteres del Servicio Nacional de Aprendizaje. Sin embargo, el hecho de que algunos de los supuestos de dicho modelo no se cumplan en la práctica, explica suficientemente cada uno de los siete rasgos típicos del SENA:
a Agencia Gubernamental. El Estado debe intervenir la actividad educativa toda vez que el mercado, por sí solo, no produce ni la cantidad, ni la distribución, ni la composición socialmente deseables de conocimientos y destrezas.
El mercado produce una cantidad subóptima de educación, porque parte importante de sus beneficios económicos y, sobre todo, de sus beneficios no económicos, es percibida por la sociedad en su conjunto, no por la agencia educacional, el estudiante o el empleador individualmente considerados. Dado que cada uno de los tres últimos, bajo condiciones de libre competencia, se guía sólo por su interés particular, ninguno estaría dispuesto a pagar un beneficio que no recibe directamente, y resultaría menos educación de la socialmente deseable.
Desde el punto de vista de la distribución de oportunidades educacionales, tampoco provee el mercado una solución edecuada, porque las personas más pobres no están en capacidad de sacrificar sus escasos ingresos actuales para proporcionarse educación, ni pueden esperar hasta que ella culmine y empiece a serles rentable en términos técnicos, se diría que la “tasa de descuento” es más alta entre los pobres .
Por último, como la educación es en general una “inversión de largo plazo”, el libre mercado puede conducir a una composición inadecuada en términos de los tipos y las dosis de conocimientos o destrezas requeridos . En consecuencia, se precisa de planeación educacional por razones estrictamente económicas, para no mencionar ya el concepto jurídicopolítico de soberanía, que reclama la tutela y vigilancia del estado sobre las actividades educativas.
b Educación Gratuita. Aquellos tipos y niveles de educación cuyas “externalidades” respecto del educando sean grandes, es decir, cuya utilidad social sea relativamente grande en comparación con el beneficio privado del alumno, merecen ser subsidiadas e inclusive ofrecidas de manera gratuita. La conveniencia de subsidiar es todavía más clara cuando se da una alta concentración del ingreso y se observa además que la educación puede servir como herramienta importante hacia su redistribución, circunstancias ambas registradas en Colombia. La instrucción primaria, por ejemplo, alivia la distribución del ingreso Urrutia, 1974 y cumple importantes funciones de índole cultural y política para la sociedad como un todo Lytton, 1973 ; por ello, se la provee gratuitamente.
c Manutención del Estudiante. El Servicio es prácticamente la única institución educativa del país que no sólo exime al estudiante de pagar matrícula, sino que busca cubrir sus costos de mantenimiento mientras dura la formación. Otras entidades, es cierto, ofrecen becas más o menos comprensivas o programan sus horarios de modo que el alumno pueda trabajar simultáneamente y el propio SENA lo hace en ciertos modos de formación ; pero ninguna otra agencia se vale de una fórmula como el contrato de aprendizaje para disminuir los “costos de oportunidad” del estudiante.
El doble aliciente para muchos estudiantes del SENA matrícula gratuita y salario durante los períodos académicos se justifica en virtud de tres razones complementarias. Primero, la tendencia aparente a subvalorar, si no a despreciar, la formación y los oficios técnicos intermedios, dentro de la cultura de las clases medias y altas de Colombia o, en todo caso, su preferencia por las educaciones “humanística” y universitaria Harbison y Myers, 1962; Fals Borda, 1966 . Segundo, la reconocida escasez de técnicos medios y su crucial importancia para el crecimiento económico. Tercero, la mayor facilidad de proveer al mantenimiento de los estudiantes técnicos que al de otros estudiantes, debido a que el sector de la producción se beneficia más inmediata y exclusivamente de la formación técnica, y a que la empresa individual se sirve en algún grado del aprendiz mientras éste completa su educación.
d Instrucción Fuera de la Empresa. En principio, el entrenamiento impartido por la empresa misma se adecuaría mejor a sus necesidades concretas y podría resultarle menos oneroso que sus aportes al SENA. De hecho, varios centenares de firmas industriales, mineras, agrícolas, comerciales y de servicio cuentan en Colombia con sus propios programas de capacitación DANE, 1972 . ¿Para qué pues una agencia centralizada de formación técnica
La primera respuesta tiene de nuevo que ver con el concepto de “externalidades”. Bajo el principio de racionalidad económica, la firma individual invierte en la capacitación de su mano de obra sólosi puede asegurar que el trabajador permanecerá vinculado a la empresa. De manera ocasional, las llamadas "cláusulas de amarre" ofrecen tal garantía al empleador; pero, en un mercado laboral ordinariamente libre, sería más económico para la firma individual enganchar trabajadores ya calificados por otras empresas. Así, hasta donde la capacitación pueda ser aprovechable dentro de un número amplio de empresas, no es rentable para ninguna invertir en capacitación, aunque colectivamente la necesiten; en estas circunstancias, el SENA lo hace por todas ellas.
Por lo dicho, actúan de modo "irracional los centenares de firmas que, pese a existir el SENA, mantienen programas para calificar su fuerza de trabajo No necesariamente. Prímero, porque el entrenamiento para un oficio concreto requiere de tres aprendizajes sucesivos: bases culturales, destrezas operativos genéricas, y acoplamiento al cargo y al ambiente de trabajo específicos. En el presente caso, la base cultural se adquiere con la educación primaria, y las destrezas genéricas dentro del SENA; resta a la empresa completar el proceso de "inducción" al cargo concreto. Pero, cabalmente porque esa "inducción" es tan específica, no puede ser utilizada dentro de otras firmas y la empresa procede racionalmente al impartirla. Segundo, aun tratándose de aprendizajes susceptibles de aplicación dentro de otras empresas, la capacitación por parte del empleador se justifica si le urge determinado tipo de técnico que, por cualquier circunstancia, no encuentra en el mercado; en dicho caso, el riesgo de perder al trabajador es inferior al costo de no tenerlo en absoluto.
En concordancia con los argumentos precedentes, también desde el punto de vista del trabajador la capacitación SENA tiende a aventajar el entrenamiento recibido dentro de la firma. En primer lugar, porque aquél le habilita con destrezas genéricas, lo cual aumenta su libertad para elegir el sitio de trabajo y, en segundo lugar, porque la certificación expedida por el Servicio es una credencial mejor identificada y quizá más prestigiosa que la emanada eventualmente de una empresa particular.
e Financiamiento Obligatorio. Para las empresas usuarias de mano de obra calificada, los servicios del SENA de algún modo entran en la categoría de los denominados "bienes públicos" o “bienes colectivos” Head, 1963; Samuelson, 1954 . Se entiende por tales bienes aquellos que, de ofrecerse, necesariamente se suministran a todos los miembros del grupo, y de cuyo disfrute ningún miembro puede ser excluido sin incurrir en costos adicionales. En un mercado laboral libre, ya fue dicho, no puede restringirse la libertad del trabajador para elegir su sitio de empleo; por lo tanto, de no ser forzada a ello, cada empresa intentaría beneficiarse de la calificación impartida por el SENA sin necesidad de contribuir a su financiamiento Olson, 1968 . Eáa es la razón para imponer a todas las empresas una cuota obligatoria destinada al Servicio.
f Cuota de Aprendices. Por expresa disposición legal, el SENA está facultado para reclutar en sus cursos hasta un 5% de los trabajadores de una firma determinada, bajo la modalidad del contrato de aprendizaje. Si, como se ha repetido y se demostrará más adelante, la capacitación tiene tan alta rentabilidad para el alumno, y si además se nota cómo muchas empresas envían voluntariamente sus trabajadores al SENA, aquella facultad compulsiva parecería redundante. Pero no lo es, por diversas consideraciones.
Las empresas que asumen el costo del aprendizaje por su propia voluntad, pueden obedecer a distintas circunstancias: el trabajador en cuestión no se encuentra en el mercado; existe alguna garantía de que el candidato perinacenerá con la firma tras completar su aprendizaje; el cargo específico requiere de alguien que, no sólo se encuentre capacitado como aprendiz, sino esté bien familiarizado con el ambiente de la empresa; en casos concretos, la productividad del aprendiz durante sus etapas de trabajo puede compensar el valor total de los salarios devengados; o, no menos, la oportunidad de asistir al SENA puede ser fruto de la política de relaciones industriales o de la negociación colectiva dentro de la firma. Pero en principio, puesto que cada empresa puede contratar aprendices ya graduados, no se vería razón general para que incurra voluntariamente en el costo “extra” de los salarios causados durante los períodos puramente académicos; por lo tanto, el Servicio necesita contar con la facultad de obligar al empleador a que le envíe aprendices.
En segundo lugar, la posibilidad de solicitar cuotas de trabajadores de una empresa permite al SENA cumplir ciertos propósitos operacionales. De un lado, la metodología de capacitación exige que el alumno tenga un lugar “real” para sus prácticas y su entrenamiento en el trabajo. Y, de otro lado, la programación de cursos, que requieren un cupo mínimo de estudiantes, se hace más fácil con aquel mecanismo.
Finalmente, la potestad del SENA para imponer contratos de aprendizaje responde a la ya explicada conveniencia de aminorar los “costos de oportunidad” de la educación técnica para el estudiante. Si aquella no existiera, tendría que elevarse sustancíalmente el aporte porcentual de las empresas al Servicio para cubrir, no ya sus gastos de operación, sino además el costo de mantener a sus educandos.
g Estudiantes no Patrocinados. Por último, el hecho de que el SENA no cuente sólo con aprendices “patrocinados” con salario cubierto por estudiar o de que, en los demás modos de formación, carezca el educando de auxilios especiales para manutención, se explica sencillamente porque los “costos de oportunidad” pueden ser asumidos directamente por algunos estudiantes, o porque dichos costos son mínimos e inclusive nulos cuando el horario no compite con la jornada de trabajo .
En breve y en una primera aproximación la naturaleza y el modo de funcionamiento del SENA en sus programas de capacitación para el sector formal, se desprenden claramente de conductas económicamente racionales por parte del alumnotrabajador, por parte de la empresa y por parte de la institución. Cumple ahora examinar con detalle aquellos programas desde los puntos de vista de los trabajadores y de las empresas.
El SENA y los trabajadores
Porque se financia con recursos que, en alguna manera, provienen del esfuerzo de los trabajadores, porque está adscrito al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, porque son trabajadores los sujetos inmediatos de sus principales acciones, porque se autodefine, en fin, como “institución al servicio de las clases trabajadoras”, la evaluación del SENA debe comenzar por fijarse en su significado para los obreros y empleados de Colombia. Esta evaluación se desarrollará alrededor de tres interrogantes:
- ¿Quiénes tienen acceso a los programas de capacitación ofrecidos por el Servicio y con cuáles criterios son seleccionados los candidatos
- ¿Qué representa la calificación recibida del SENA, en términos de ingreso adicional para el egresado y en términos de su movilidad ocupacional
- ¿Qué efectos produce la educación del SENA sobre las clases trabajadoras consideradas en su conjunto
¿Quiénes tienen acceso a los programas del SENA
La literatura acerca de los determinantes de la demanda por educación sugiere que ella responde a dos tipos de factores: la rentabilidad esperada por el educando, y su valor como reflejo o símbolo de status o posición social. En el contexto colombiano, parecería que ambas clases de factores operan para inducir un alto nivel de demanda por la educación en general.
En el cuadro 2 se relacionan cálculos de la rentabilidad privada de las educaciones primaria, secundaria y superior para 28 países. Aun cuando, como se verá adelante, la metodología de tales cómputos es bastante compleja y las comparaciones son, por ende, arriesgadas, queda claro que la rentabilidad económica de la educación para el estudiante colombiano se compar a muy favorablemente con la obtenida por quienes se educan en otras partes del mundo. Concretamente: el rendimiento privado de la secundaria colombiana excede al de los otros 21 países para los cuales existe información; la tasa para primaria supera a aquella de 8 entre 12 naciones registradas, y la correspondiente a educación superior es más alta en Colombia que en 14 de los otros 25 países incluidos en el cuadro.
Cuadro No. 2
Tasas de Rentabilidad Privada de las Educaciones Primaria, Secundaria y Superior en 28 países.
Dentro de una perspectiva más general, se ha argumentado convincentemente que la demanda por educación responde ante todo a su significado como reflejo o como vehículo de sistema de clases o de status vigente en cada sociedad Schielfelbein, 1974 . Inclusive aunque el punto es materia de controversia algunos analistas consideran los diferenciales en información" fruto a su vez de la educación como una de las dímensiones o componentes "universales de la estratificación social, al lado del ingreso, el poder y el prestigio Runciman, 1969; 1966 .
En el ámbito colombiano, las correspondencias entre educación y estratificación social han sido documentadas de tres modos principales: por el acceso desigual a los tramos escolares para individuos de distinto origen socioeconómico; por la menor rentabilidad de la educación para personas de extracción popular, y por las funciones "ideológica" y de “soporte” a la estructura de clases que cumple el sistema educativo.
Cuadro No. 3
Distribución porcentual de la población y de los estudiantes de bachillerato en Bogotá, según estrato socioeconómico.
La "discriminación social” de la escuela colombiana, o desigualdad de oportunidades para ingresar a ella, puede ser ilustrada con los resultados de dos estudios, entre los muchos que cabría traer a colación. Primero, mientras 25 de cada cien familias bogotanas pertenecen al “estrato bajo”, apenas 3 de cien bachilleres de la ciudad provienen de aquellos hogares; en el extremo opuesto, un 48% de los estudiantes de secundaria tiene origen en los estratos medioalto o alto, cuando éstos constituyen solo el 17% de la población de Bogotá Cuadro 3 . Y segundo, aun tomando otros países de Iberoamérica como punto de referencia, bien pocos estudiantes colombianos de origen popular tienen acceso a la formación universitaria: el Cuadro 4 muestra cómo, en efecto, las clases altas de Colombia están proporcionalmente más representadas dentro de la universidad y las clases bajas, menos representadas que las clases altas de Buenos Aires o de Montevideo.
No sólo cuentan los aspirantes de origen popular con más escasas oportunidades para educarse, sino que el rendimiento económico de su educación parece ser menor que el de los estudiantes de estrato medio o alto. Para mencionar otros dos estudios: tras revisar con algún cuidado las cifras disponibles en Colombia, concluye Briones que “mucho de lo que sic se llama retorno económico de la escolaridad hasta un 60% es en verdad un retorno al origen socioeconómico” 1976 ; y Parra, luego de elaborados análisis cuantitativos, encuentra que la “educación no es pues un canal sino una válvula que impide el ascenso de los estratos bajos y mantiene arriba los estratos altos” 1969 .
Cuadro No. 4
Origen social de los estudiantes de las Universidades de Buenos Aires, Montevideo, Nacional de Colombia y Cinco Universidades de Colombia, y niveles de estratificación de la población.
Por último, las correspondencias ideológica y funcional entre la educación colombiana y su estratificacíón social han sido señaladas en exámenes analíticos e históricos. Fals Borda, por ejemplo, apunta que la sucesión de currículos a lo largo de la historia nacional misionero, liberal, humanista y técnico refleja el interés y la conformación cambiantes de los grupos de poder 1966 . Inspirados en la visión de la escuela como “aparato ideológico del Estado” Althusser, 1972; Vasconi, 1974 ; otros autores recalcan la manera como ella sirve, dentro de Colombia, para "reproducir la ideología de la clase dominante" y para “inculcar la disciplina y el sometimiento que exige la división social del trabajo” Rojas y Moncayo, 1977 . 0, en opinión de Lebot, tanto el énfasis sobre la "educación popular" y la alfabetización a partir de los años 30, como la posterior insistencia sobre la formación de profesionales y técnicos, obedecen distintamente a la necesidad de ampliar el mercado y de suministrar mano de obra barata al capitalismo industrial; todavía hoy, y pese a la constante ampliación en cobertura escolar, "la imposibilidad de los sectores marginados para presionar a las clases dirigentes, añadida a la aceptación por parte de las clases medias de un modelo de sociedad extremadamente jerarquizada, asegura la perpetuación de un sistema educativo que en todos sus niveles se caracteriza por una estructura vertical y elitista " 1972 .
Tanto pues el aliciente de una alta rentabilidad económica, como la expectativa de ubicarse mejor dentro de las jerarquías sociales de “poder, prestigio e información”, actuarían para situar la demanda educacional de los colombianos a un nivel comparativamente elevado. Y en efecto, al escrutar los patrones de consumo entre las familias urbanas del país, se nota cómo ellas destinan al rubro de “educación y cultura” un porcentaje sensiblemente mayor de sus ingresos de lo que es común entre similares familias de otros países, desarrollados o no Rodríguez y Gómez, 1977 . Más aún, las aspiraciones educacionales de los colombianos parecen exceder sistemáticamente el nivel de estudios efectivamente culminado por ellos; en sus encuestas a trabajadores bogotanos, Parra detecta una gran diferencia entre la escolaridad promedio de cada categoría ocupacional indicador de oferta educativa y sus aspiraciones educacionales índice de demanda por educación , diferencia que tiende a disminuir notablemente a medida que se asciende en la escala social: mientras un obrero no calificado tiene una diferencia de 8.3 años entre su escolaridad efectiva y sus aspiraciones, los "grandes burócratas, propietarios y profesionales" solo tienen 1.1 años de diferencia Cuadro 5 .
Cuadro No. 5
Promedio de Escolaridad y DE aspiraciones Educacionales según Categorías Ocupacionales. Bogotá, 1996.
Fuente: Parra, Rodrigo, 1969, “Clases Sociales y Educación con el Desarrollo de Colombia” en Universidad Nacional, “Revista de la Dirección de Divulgación Cultural, No. 3. Bogotá, Abril - Agosto de 1969.
El desequilibrio entre oferta y demanda educacionales se agrava, al paso que van siendo cubiertos los primeros años de formación escolar, lo cual genera una creciente presión o “cuellos de botella” cada vez más estrechos, dentro del sistema educativo formal. Para expresarlo con las cifras del Plan de Desarrollo del Sector, en 1974: de cada 1.000 niños de 7 años, 770 ingresan a primero de primaria y 230 permanecen como analfabetas puros; de los 770 anteriores, 413 desertan en primero o segundo de primaria; de los restantes 357, 216 culminan la primaria, 119 ingresan a la secundaria, 37 completan el bachillerato, 25 entran a la universidad, 11 terminan la carrera y apenas 7 reciben su título profesional FES, 1978 .
Para hacerse a una idea de la demanda potencial por educación del SENA, bastaría repetir que existe una relación de 2 a 1 entre los egresados de la primaria y la capacidad de absorción conjunta de los varios tipos de educación media bachillerato clásico, industrial, complementario, agropecuario, comercial, artístico, religioso y normalista, además de hogares para campesinos y escuelas de enfermería . Si bien, como apunta el cuadro 6, el ritmo histórico de expansión de la secundaria, en términos de planteles, docentes y matrículas, ha venido superando al de la primaria lo cual tiende a reducir la presión insatisfecha sobre la educación media, las diferencias de cobertura permanecen a niveles bien elevados: en 1975, la tasa de escolaridad primaria era del 69% y la de secundaria sólo del 35%. Así, los establecimientos de enseñanza postprimaria incluido el SENA se encuentran todavía lejos de poder absorber la demanda potencial que existe por sus servicios y deben por lo tanto limitarse a cubrir determinado tipo de candidatos.
Cuadro No. 6
Tasas Anuales de Crecimiento de los Planteles, Docentes y Matrículas en las Enseñanzas Primaria y Media, 1935 - 1975
Para el individuo que ha completado el ciclo de la educación primaria, existen cuatro alternativas de tiempo completo: inscribirse en un colegio de bachillerato “clásico”, privado o público; continuar su formación media en un plantel “vocacional”, pagando matrícula y/o asumiendo los “costos de oportunidad”; ingresar inmediatamente al mercado laboral; o buscar su admisión como aprendiz patrocinado del SENA.
a La opción por el bachillerato "clásico" implica, en la mayor parte de los casos, un interés por permanecer dentro del sistema hasta culminar la carrera universitaria. Desde el punto de vista económico, se trataría, pues, de una “inversión a largo plazo” o de “maduración tardía”, cuya rentabilidad depende en buen grado de poder coronar la educación superior. En otras palabras, la oferta de calificación humana aparenta tener ciertas “indivisibilidades”, porque los estudios truncados tienen un valor económico desproporcionadamente inferior al de los estudios completos. Así, el bachiller “clásico” que no logra ingresar a la universidad se beneficiaría proporcionalmente menos de su secundaria que quien culmina estudios superiores.
En cuanto “inversión”, la alternativa bachillerato clásicouniversidad, tiene dos serias desventajas: alto riesgo y baja rentabilidad.
El riesgo consiste en la muy elevada probabilidad de desertar a lo largo del camino: de 100 individuos que inician el bachillerato, 22 lo abandonan antes del segundo año, otros 10 se retiran antes del tercero, 18 más antes del cuarto, otros 13 antes del quinto y 6 más abandonan durante el sexto año; de 1os 31 bachilleres, 20 ingresan a la universidad, 8 desertan antes del tercer año y otros 3 se retiran antes de completar carrera ICFES, 1976.
La menor rentabilidad económica de la alternativa bachillerato clásicoeducación universitaria se debe a sus altos costos y quizá, en menor grado, al comparativamente bajo nivel de ingreso que puede esperarse de ella. Los costos son elevados, tanto por la incidencia de la matrícula, como por el valor creciente de los ingresos sacrificados para estudiar. La matrícula, que tiende a encarecerse en cursos más avanzados, es también más costosa en la escuela privada que en la institución oficial; ahora bien, mientras en 1974 el sector público cobijaba al 85% de los estudiantes de primaria, sólo ofrecía cupos para el 52% de los bachilleres y para el 41% de los universitarios DANE, 1975 , de donde se infiere la tendencia al encarecimiento de la pensión a medida que se asciende dentro de la pirámide educativa colombiana. A su vez, el ingreso sacrificado por estudiar necesariamente aumenta con los años de escolaridad, debido al mero aumento del tiempo sin trabajar y a que el “valordel mercado” de las personas su “costo de oportunidad” va siendo mayor a medida que poseen más educación. De su lado, el rendimiento relativo de la formación secundariasuperior podría ser menor que el de otras alternativas educacionales, si es cierto que existen en el mercado topes salariales absolutos así ocurre, en todo caso, dentro del sector gubernamental o que, en un ambiente inflacionario, los salarios “de arriba” se reajustan en menor proproción que los “de abajo” Hansen, 1968 .
Los factores arriba enumerados hacen que, en Colombia, la tasa de rentabilidad privada de la educación sea, según todas las fuentes, menor para la universidad que para la secundaría y, según algunas fuentes, menor para la secundaria que para la primaria Cuadros 2 y 10 . ¿Cómo explicar entonces que tantos egresados de primaria opten por la ruta bachilleratouniversidad, o que la participación de la secundaria “clásica” dentro de la educación media haya aumentado del 63% al 75% entre 1966 y 1974 DANE, 1975 . Domina acaso la irracionalidad económica entre los estudiantes de Colombia
En modo alguno. La educación clásicauniversitaria tiene dos claras ventajas. Primero, su valor como “símbolo de status” o, en los términos del modelo presentado páginas atrás, el aparentemente mayor “ingreso psíquico” que ofrece a quienes la emprenden. Segundo, y tal vez más importante, su capacidad de asegurar un nivel absoluto de ingreso más elevado que el de las demás alternativas, así la tasa de rendimiento sobre la inversión sea menor. En este sentido, el mercado educativolaboral difiere esencialmente de los mercados de capital una diferencia a menudo ignorada en la literatura sobre economía de la educación : mientras al inversionista de capital sólo le preocupan la tasa de rentabilidad y el riesgo, pudiendo además diversificar sus inversiones, el estudiante tiene que optar por una sola “línea de inversión” secuencia educativa de la cual depende, en la mayoría de los casos, la totalidad de sus ingresos futuros la mayor parte de las personas deriva sus ingresos exclusivamente del trabajo .
En breve, al educando no le importa tanto que el “negocio” sea “bueno”, cuanto que asegure un volumen elevado de ingreso. Por lo mismo, quienes pueden asumir los altos costos de la opción bachillerato clásicouniversidad clases alta y media alta y quienes, además, cuentan con la motivación y las capacidades necesarias para completar ambos ciclos, tenderían a optar por este camino.
b En el extremo opuesto, aquellos egresados de la primaria cuyos recursos familiares sean del todo insuficientes para permitir la continuación de sus estudios clases bajas o cuyas capacidadades y/o motivaciones no les faciliten o inclinen a ingresar en el tramo de la educación media, tenderían a desertar del sistema escolar, desempeñando de inmediato alguna actividad laboral.
c Del análisis precedente se seguiría que, en general, la educación vocacional intermedia de tiempo completo sería atractiva y factible para los egresados de la primaria cuyas familias disponen de algunos recursos, y para aquellos individuos económicamente pudientes, cuyas capacidades o motivaciones les impulsan a continuar estudiando, pero les impiden optar por la ruta bachillerato clásicouniversidad.
Los aprendices no patrocinados del SENA pertenecen al grupo de egresados de primaria que optán por la educación vocacional asumiendo sus costos de oportunidad; así, se trataría de personas de clase media a media baja, o de clase alta con capacidadesmotivaciones inferiores a las del bachiller “clásico”. Contra esta interpretación parece sin embargo militar la única evidencia empírica disponible: según Puryear 1974 , los aprendices SENA no difieren sustantivamente, por su origen social o por su capacidad académica, de los estudiantes del bachillerato; pero debe notarse que tal comparación es discutible, pues dicho autor contrasta egresados del SENA con individuos que tienen secundaria incompleta, los cuales desertores tienden a disponer de menores recursos o capacidades que sus compañeros exitosos en completar el bachillerato.
Cuadro No. 7
Educación de los padres de estudiantes con diversos grados de escolaridad.
d. En principio, los aprendices patrocinados del SENA podrían provenir de los mismos grupos que optan por la educación vocacional no subsidiada y, además, de los estratos de muy bajo ingreso pues el salario reduce o exime a tal aprendiz de sus costos de oportunidad : personas de extracción media a baja, o de extracción alta sin mucha capacidad o motivación académica. En la práctica sin embargo, los aprendices del SENA provienen típicamente de los estratos medios-bajos; en efecto, si se acepta la educación paterna como indicador del status familiar, del Cuadro 7 resulta claro cómo el Servicio matricula estudiantes de extracción más popular que quines complementan su bachillerato o ingresan a la universidad, pero menos popular que la de quienes cuentan sólo con primaria y, por implicación, de la de los desertores en primaria y los analfabetas . En otras palabras, el aprendizaje SENA, aun con patrocinio, no alcanza a cobijar los sectores más pobres de la población, si bien excluye también a las clases mediaaltas y altas.
Por lo demás, debido a que la demanda potencial por cursos de aprendizaje continúa siendo grande no abstante su "especialización" en los estratos medios, el SENA aparenta utilizar otros, más específicos, criterios de selección. En primer lugar, el patrocinio ofrecida por las empresas tendería a recaer sobre trabajadores e hijos o parientes de trabajadores, en algún sentido como “premio” se verá adelante por su desempeño pasado o como estímulo para su comportamiento futuro. En segundo lugar, las pruebas de aptitud empleadas por el Servicio, más o menos rigurosas según sea el número de solicitantes, tenderían a seleccionar individuos con mejor capacidad académica y motivación más intensa. En tercer término, como ocurre con todas las “redes de comunicación institucional. Berkowitz, 1973 , es bien posible que el anuncio de vacantes llegue a ciertos “núcleos” de candidatos previamente conectados o enterados personalmente o por referencias primarias, con el SENA o sus actividades.
Rentabilidad de la capacitación para el trabajador
El método y sus limitaciones
Para medir la rentabilidad económica de la educación se comparan por supuesto sus costos con sus beneficios. Los costos incluyen tanto el gasto directo del estudiante matrícula, libros, transporte... como su costo indirecto, “de oportunidad”, o ingreso sacrificado por estudiar en lugar de trabajar. El beneficio consiste en el mayor ingreso futuro atribuible a la educación.
Los índices de rentabilidad utilizados más comúnmente son la “tasa interna de retorno” y el “valor presente de la inversión en educación”. Por tasa interna de retorno se entiende aquella rata o tasa de descuento que iguala el valor actual de los costos de educarse, con el valor presente de los beneficios esperados de la educación. Como “la plata hoy vale más que la misma plata mañana” y como la educación “se paga hoy pero sólo produce mañana”, la tasa interna de retorno no es cosa distinta del "interés" que debería obtenerse sobre los “anticipos”, para que la “inversión” no diese pérdidas pero tampoco ganancias. En términos similares, el valor presente de la educación sería el "saldo" de ganancias o pérdidas futuras, expresadas o “descontadas” a su valor actual. La tasa interna de retorno se expresa pues como porcentaje y el valor presente como una suma dada.
Para calcular la tasa interna de retorno basta establecer los flujos de costos y beneficios esperados; en cambio, para estimar el valor presente es necesario fijar de antemano la tasa de descuento o “factor de conversión” de los valores futuros en valores actuales. Sin embargo, el método del valor presente tiene dos ventajas sobre el de la tasa de retorno: responde una pregunta intuitivamente más obvia “cuánto voy a ganar o a perder con esta inversión” y puede computarse en situaciones donde la tasa de retorno tendería a ser infinita los “costos pueden ser nulos e inclusive negativos si, por ejemplo, el salario del aprendiz más que compensa su “costo de oportunidad” .
Tanto el valor presente como la tasa interna de retorno tienen a su favor dos características principales. Primero, son indicadores simples, cuantificados y exactos de la rentabilidad o relación entre los costos y los beneficios económicos resultantes de la educación. Segundo, se prestan fácilmente a la comparación con otros proyectos o actividades, señalando cuál es mejor y cuál es peor “negocio” para el individuo.
Pese a su precisión, su simplicidad y su utilidad comparativa, los métodos del valor presente y de la tasa de retorno padecen de serias deficiencias conceptuales, tres de las cuales conviene destacar aquí. En primer lugar, individuos que han incurrido en idénticos costos para completar su educación, pueden percibir luego muy distintos beneficios, debido sobre todo a que las “imperfecciones” del mercado discriminación de los empleadores contra determinados grupos, falta de información adecuada sobre oportunidades de trabajo,... tienden a hacer que a igual capacitación no corresponda igual salario. En segundo término es difícil, si no imposible, determinar exactamente cuáles son y cuánto vale cada uno de los costos y beneficios económicos de la educación para no añadir que los no económicos son ignorados de plano . Por último, como se vió atrás, los diferenciales de salario no reflejan sólo el grado de educación, sino el juego conjunto de múltiples factores educación, inteligencia, habilidad adquirida con la práctica, “suerte”, etc ... ; por lo mismo, el rendimiento económico de aquélla puede resultar subestimado o sobreestimado en los cómputos de valor presente y tasa interna de retorno.
A las limitaciones conceptuales de la tasa de retorno y el valor presente como índice de rentabilidad de la educación, se añaden otras dos dificultades de índole metodológica: la estimación del costo de oportunidad y las “correcciones” o “ajustes” por ciertos eventos probables en la vida futura del estudiantetrabajador.
Para fijar los costos de oportunidad ingreso que el individuo percibiría si trabajase ahora en vez de estudiar, o si después trabajase sin contar con la educación es indispensable escoger un grupo de referencia. Concretamente, el aprendiz no patrocinado del SENA “pierde” por estudiar el equivalente al salario de un trabajador con quinto año de primaria ¿0 al de un trabajador "semicalificado" ¿0 el de un trabajador con uno o dos años de secundaria Evidentemente, el índice de rentabilidad cambia bastante según cual sea el grupo de comparación elegido.
Pero además, las cifras de costos y beneficios deben ser “ajustadas” o "corregidas" para tener en cuenta ciertas contingencias futuras, cuatro principalmente: primero, el trabajador puede verse afectado por el desempleo en algún momento lo cual “reduce” su ingreso futuro ; segundo, la educación puede ser “útil” económicamente durante algunos años y tomarse luego obsoleta lo cual implica que el flujo esperado de ingresos "extra" es temporal ; tercero, el trabajador puede morir “antes de tiempo” lo cual rebaja el ingreso esperado ; y cuarto, el ingreso futuro puede ser mayor, no como resultado de la educación sino como fruto de la mayor experiencia de trabajo.
El valor que se atribuya a cada uno de los cuatro “parámetros” mencionados arriba probabilidad de desempleo, vida útil de la educación, probabilidad de sobrevivir, experiencia laboral puede alterar más o menos drásticamente las cifras de tasa interna de retorno y valor presente. Tras ensayar distintas combinaciones “razonables” de los cuatro parámetros “análisis de sensibilidad” se concluyó que la experiencia laboral es el factor más crítico: la rentabilidad calculada de la educación SENA varía sustancialmente según la manera como se estime la contribución de la experiencia de trabajo al aumento del salario. Los Cuadros 8 y 9 muestran cómo, en efecto, el aporte porcentual de la experiencia al salario varía según cuáles sean la educación, la categoría ocupacional y la edad del trabajador.
Cuadro No. 8
Contribución porcentual de cada año de experiencia laboral al aumento (o disminución) del salario para trabajadores de distinta categoría ocupacional, escolaridad y edad.
Cuadro No. 9
Contribución porcentual de cada año de experiencia laboral al aumento o disminución del salario para trabajadores de distinta edad y nivel educativo.
De su parte, la probabilidad de desempleo fue estimada a partir de las encuestas periódicas realizadas por el DANE en las principales ciudades del país, para distintas categorías de trabajadores; se supone una "vída útil" de diez años para la educación SENA, y la probabilidad de sobrevivencia se derivó de las tablas de vida para Colombia Bayona, 1977 .
Una última y necesaria explicación: como el valor presente no puede ser establecido sin fijar de antemano una tasa de descuento, se utilizaron dos bases alternativas: la tasa de rendimiento global del capital en el sector privado 10 % Harberger, 1969 y la tasa de interés generalmente empleada por la literatura 12 % .
Cuadro No. 10
Tasas privadas de retorno para distintos tipos de educación en Colombia halladas por diferentes autores, en distintos años.
Los rendimientos
Ya el Cuadro 2 apuntó cómo las tasas de rentabilidad de las educaciones primaria, secundaria y superior para el alumnado colombiano tienden a ser mayores que los respectivos índices para estudiantes de otros países. El Cuadro 10, que recoge cinco estimativos independientes para Colombia, subraya dos hechos adicionales: el rendirrlíento de la formación técnicovocacional puede ser más alto que el de los otros tres tiamos cálculos de Schultz y la capacitación impartida por el SENA es todavía más rentable que otras modalidades de formación técnico-vocacional obsérvese la última columna . El Cuadro 11 reafirma, si falta hiciera, el elevado nivel de rentabilidad de las educaciones media y sobre todo técnica de Colombia, esta vez por comparación con países en un estadio de desarrollo similar. En una palabra, el rendimiento privado de la educación colombiana es alto, el de la educación técnica es aún más alto y el de la formación SENA es extraordinariamente alto, por patrones nacionales o internacionales.
Retornando los cálculos de FEDESARROLLO, los Cuadros 12 y 13 indican diferencias relativamente significantes entre los distintos modos de formación; mientras aprendizaje muestra las más altas tasas de retorno y los mayores valores presentes, complementación, y sobre todo promoción, se ubican en niveles inferiores. Por ello, conviene aludir separadamente a cada modo de formación.
a Aprendizaje. Puede describirse este modo de formación como aquel dirigido a capacitar nueva mano de obra adolescente 14 a 21 años en ocupaciones “calificadas",ordinariamente sujeto a las regulaciones de la Ley 188 de 1959 y sus posteriores modificaciones “contrato de aprendizaje” . La duración del aprendizaje varía entre los 2 y 3 años. El nivel educacional requerido para la mayoría de los oficios es quinto de primaria. Para los cálculos presentes, se supone una duración general de 3 años y un nivel mínimo previo de quinto año de escolaridad. La formación del aprendiz se divide en etapas lectivas estudio en las instalaciones del SENAY y etapas productivas en la empresa, bajo supervisión de instructores del SENA . El aprendiz recibe un salario durante su instrucción, equivalente al 50% del mínimo convencional durante el primer año, al 65 % durante el segundo y al 100 % durante el tercer año. Al completar la última etapa, y previa acreditación, se expide al aprendiz un certificado de aptitud profesionalCAP que le amerita como trabajador "calificado", según la terminología propia del SENA.
Cuadro No. 13
Valor presente de la Educación Sena, con tasas de descuento del 10% y del 12%anual, para distintos modos de formación.
Partiendo de aquella definición del aprendizaje, se estimó su rentabilidad privada tomando como grupo de comparación a quienes, terminada su educación primaria, no ingresan a ninguna modalidad de educación secundaria y se vinculan inmediatamente al mercado de trabajo. El análisis se refiere a la cohorte de estudiantes que ingresaron al SENA en 1967, terminando estudios en 1969.
Los costos del aprendizaje para el educando son principalmente “de oportunidad”, pues los directos resultan insignificantes, casi nulos, toda vez que el SENA le subsidia con libros y transporte gratuitos, y con alimentación más barata de lo común. Los costos de oportunidad se estimaron como equivalentes al salario de individuos can quinto año de primaria, según avances del Censo de 1973; estos Salarios reflejan la ponderación según el peso específico que cada sector económico industria, agricultura, comercio y servicios tuvo en las diversas promociones encuestadas por el SENA en 1970. Para llevar los salarios encontrados de 1973 a 1967, se supone que ellos describieron una trayectoria similar a la seguida por los salarios de obreros en la industria manufacturera. El siguiente paso fue llevarlos a precios del 31 de diciembre de 1969 fecha de terminación del aprendizaje y ajustarlos por la probabilidad de empleo de trabajadores con quinto de primaria. Lo más importante en la medición de los costos fue el ajuste por experiencia laboral, como se enunció anteriormente y según se explica al pie del Cuadro 9. En el factor experiencia reside una de las principales causas de variación en los estimativos de rentabilidad para la educación SENA.
Los beneficios “netos" del aprendizaje se calculan como la diferencia entre dos cifras. De una parte, el salario reportado por la encuesta a aprendices SENA en 1970, llevado a precios de 1969 y ajustado tanto por la probabilidad de empleo del aprendiz dato proporcionado por la misma encuesta como por prestaciones sociales, puesto que la encuesta alude a los "salarios básicos". Segundo, el salario de un individuo de sectordel sistema educativo, con un nivel mínimo de experiencia de 4 a 5 años salario que percibiría el aprendiz si no hubiese ingresado al SENA . Para el cómputo de ingresos futuros, cada tipo de salario aprendiz y de oportunidad fue incrementado según la respectiva contribución porcentual anual de la experiencia de trabajo a la remuneración.
La metodología descrita fue aplicada a distintas alternativas. En primera instancia, los Cuadros 12 y 13 distinguen entre aprendices patrocinados por una empresa y aprendices no patrocinados. Mientras a los primeros se les amortiguan los costos de oportunidad en virtud del salario percibido mientras se educan, los segundos soportan directamente dichos costos aunque cabe la posibilidad de que el SENA asuma directamente el patrocinio de algunos aprendices, por lo menos durante el primer año lectivo . En el caso de los aprendices patrocinados, pueden hacerse dos cálculos de costo. El primero, basado en la encuesta SENA 1970, resulta ser muy bajo porque los salarios de los aprendices exceden su presunto costo de oportunidad; mientras se educa, el aprendiz percibiría una remuneración superior a la del individuo con quinto de primaria y uno o dos años de experiencia laboral alternativa ”1" en los Cuadros 12 y 13 . El segundo alternativas "2” y "3" acepta como válidos los salarios del aprendiz reportados por la encuesta de FEDESARROLLO, salarios éstos inferiores a los del grupo de comparación y que implican por tanto un costo de oportunidad positivo.
Con todas las salvedades que imponen los complejos supuestos y ajustes del método, las tasas internas de retorno para el aprendiz del SENA deben reconocerse como muy altas: entre 78.3 % y 88.2 % para los patrocinados y entre 40. 0 % y 49.5 % para los no patrocinados aún así, el divulgado estimativo de Puryear 119.4%, en el Cuadro 10 parece exagerado . En otros términos, si se acepta una “vida útil” de diez años para la formaci6n SENA, el aprendiz patrocinado ganaría con ella entre $96.000 y $43.000 constantes de 1969; el no patrocinado obtendría ganancias entre $70.000 y $32.000 Cuadro 13 . Así, la elevada rentabilidad privada del aprendizaje no se debe solamente a la reducción o eliminación del costo de oportunidad del estudiante; al examinar las cifras se encuentra como principal explicación el hecho de que el salario de los egresados SENA aumenta con la experiencia laboral a un ritmo mucho más rápido que el de otros trabajadores. Tal hallazgo parece significar que el gran mérito de la educación del SENA consiste en preparar al individuo para aprender más y más después de haber egresado, esto es, que califica trabajadores altamente receptivos a la nueva enseñanza específica dentro de la empresa.
Por último, vale anotar cómo la rentabilidad del aprendizaje sería aún mayor si no existiese un relativamente alto nivel de desempleo entre los egresados. En síntesis, parece que el SENA, al concentrar la mayoría de sus esfuerzos sobre el aprendizaje, está ofreciendo una educación muy benéfica para la nueva mano de obra que se incorpora al sector formal de la economía.
b Complementación. Es un sistema de formación dirigido a capacitar personal ya vinculado a un oficio “semicalificado”, según la terminología del SENA. Se supone que a través de cursos suplementarios, va adquiriendo un nivel de calificación similar al de aprendiz; por ello, al completar sus estudios y previa evaluación de aptitudes, se les concede también el CAP.
Los cursos de complementación abarcan entre 60 y 110 horas, usualmente distribuidas en jornadas nocturnas de dos horas cada una; con este sistema, el SENA busca utilizar más plenamente su capacidad instalada centros fijos, talleres, pautas, profesores, etc. .
En complementación, dada la inexistencia de costos de oportunidad, la tasa interna de retorno tendería a infinito, y por esta razón los cálculos se limitan al valor presente. Los beneficios netos consisten en la diferencia salarial atribuible a un curso de complementaci6n en el área específica de contabilidad, según la única encuesta de seguimiento efectuada para este modo de formación SENA, 1968 .
Los cálculos muestran una rentabilidad alta en comparación al conjunto de la educación en Colombia, e intermedia entre las de los modos de aprendizaje y promoción. Con una tasa de descuento del 10% anual, los valores presentes varían entre $7.500 y $59.000 en pesos constantes de 1969 ; bajo una tasa de rendimiento anual del 12 %, los valores presentes se ubicarían entre $6.500 y $48.000 Cuadro 13 . Como se observa en el propio cuadro, la rentabilidad varía sustancialmente con el supuesto que se acepte acerca de la relación entre experiencia laboral y aumentos de salario.
No obstante su rentabilidad aparente, la muy ligera intensidad de los cursos de complementación hace dudar de cuán real sea la "calificación" derivada de ella, desconfianza que ratifican los comentarios generales de los empresarios en la encuesta de FEDESARROLLO. No es ajena una institución, tan eficiente como el SENA, a cierto afán de mostrar logros cuantitativos, buscando producir mayor volumen de horasalumno a través de modos de enseñanza como el de complementación y descuidando quizá la formación cualitativa. De esta crítica eventual, por lo demás, ha sido consciente el mismo Servicio SENA, 1977 .
c La promoción o formación de técnicos" es un modo orientado a la ulterior capacitación de trabajadores calificados, o de bachilleres, en los campos de análisis, supervisión y control de la producción; los requisitos mínimos para admisión son, pues, poseer el CAP o el diploma de bachillerato. Los programas, cuya duración e intensidad son variables, se llevan a cabo principalmente en los centros nacionales especializados, como el de aviación en Barranquilla o el de petroquímica en Barrancabermeja.
Aunque la duración promedio del programa es similar a la del aprendizaje y exige como aquél dedicación total, no existen, legalmente, el contrato, el “patrocinio” ni el salario amortiguador de los costos de oportunidad; este alto costo tiene su compensación futura puesto que los egresados de promoción, técnicos especializados, gozan de amplia demanda como sugiere la baja incidencia del desempleo entre ellos tal vez por tener una “carrera intermedia" que los hace “baratos” en comparación con los egresados de la universidad.
Aunque el objetivo inicial de la "formación de técnicos fue crear una línea de promoción para las personas calificadas por el SENA que no tenían oportunidad de proseguir sus estudios dentro del sistema formal, en la práctica, el programa de promoción ha reclutado muchos bachílleres que no ingresan a la universidad. Entre otras razones, esto se debe a que para los exaprendices no resulta en absoluto rentable continuar estudios dentro del mismo SENA, mientras para los bachilleres tal inversión sí es atractiva Cuadros 12 y 13 . Así, no es extraño que para 1978, 7 de cada 10 alumnos en este modo de formación sean bachilleres y sólo los otros 3 exaprendices.
La gran diferencia de rentabilidad de la promoción para bachilleres y exaprendices, obedece a los muy elevados costos de oportunidad de los últimos; indudablemente, al aprendiz graduado no le favorece, en términos económicos, su permanencia dentro del SENA, por la sencilla razón de que la experiencia laboral sacrificada por continuar estudiando significaría pérdidas de consideración.
Tanto en el caso de los exaprendices como en el de los bachilleres, la rentabilidad es inferior a la del aprendizaje o a la de la complenientaci6n Cuadros 12 y 13 ; este hecho no hace más que confirmar el principio según el cual, entre más alto el nivel de educación general y técnica, mayores los costos de oportunidad y, por tanto, menor la rentabilidad.
La promoción para los bachilleres representa una carrera corta, gratuita y con mercado relativamente seguro. Es una carrera incluso más intensiva, en algunos casos, que la universitaria y tiene la particularidad de servir para oficios específicos. En este sentido, probablemente tenga más, ventajas un técnico formado en el centro petroquímico, por ejemplo, que un ingeniero “industrial” o de "minas y petróleos". De hecho la promoción, aunque no era este su objetivo inicial, se ha ido conformando y diseñando más como un modo al servicio de los bachilleres.
d Otros modos de formación. Para establecer el rendimiento de la especialización" y de la “habilitación” se encuentran dificultades insalvables, como la imprecisión de sus alcances, la falta de definición en los requisitos de ingreso y la ausencia de encuestas de seguimiento de egresados.
En principio, la especialización es un modo de formación dirigido a personal adulto y “calificado”, con el fin de capacitarlo más profundamente en un campo relacionado con el oficio que desempeña; consta de cursos cortos e intensivos, que a veces toman la forma de seminarios. Al modo especialización probablemente corresponde una rentabilidad comparativamente baja, puesto que el costo de oportunidad es alto para individuos previamente calificados. Por lo demás, parece dudable que a través de seminarios intensivos se logre una “alta calificación" o por lo menos una capacitación cercana a la proporcionada en la promoción, con sus cinco semestres intensivos en centros especializados.
En relación con la habilitación, el análisis se torna más complejo, puesto que éste es uno de los mecanismos de tránsito de trabajadores desde el sector marginal hacia las empresas modernas; de hecho, la mayoría de los cursos ofrecidos bajo el modo de habilitación se realiza dentro de los programas móviles, urbanos o rurales. La habilitación se dirige a empleados o desocupados, adolescentes o adultos, con predominio aparente de los adultos desempleados. Su duración es variable entre 80 y 220 horas , con horarios flexibles, de acuerdo con las características de los programas móviles. Ante este modo de formación, las dificultades empíricas para la medición de rentabilidad económica son realmente infranqueables; las apreciaciones cualitativas acerca de él se consignan en la sección dedicada al sector informal.
A modo de síntesis, y recordando los cuadros sobre rentabilidad de la educación SENA 12 y 13 puede señalarse que las altas tasas de retorno y los considerables valoreá presentes se deben en lo fundamental a la eficiencia del Servicio en la selección de sus alumnos, al buen diseño de sus currículos y a los bajos costos de oportunidad que suponen los programas. Analizando los modos de formación por separado, el aprendizaje se identifica como el más rentable, a causa sobre todo del gran efecto de la experiencia sobre el salario de los exaprendices y de la ventaja del “patrocinio” en amortiguar sus costos de oportunidad. Le siguen la complementaci6n y la promoción para los bachilleres, pero no así la promoción para exaprendices.
Impacto de la capacitación sobre las clases trabajadoras
En otra parte de este libro fue descrita la activa participación del movimiento obrero organizado en la génesis del Servicio Nacional de Aprendizaje. Entre 1957 y 1968 el representante de la confederación sindical mayoritaria, UTC, fue casi invariablemente elegido para presidir el Consejo Directivo Nacional de la entidad, definida como "institución al servicio de los trabajadores”. Efectivamente, la actividad del SENA incide sobre el desarrollo de los grupos trabajadores en tres maneras principales: preparando sus estamentos calificados, contribuyendo a la 11 conformación objetiva de una "clase obrera" y reflejando una cierta filosofía sindicaL
Formación de mano de obra calificada
Sobre una población económicamente activa en el orden de los 7.5 millones de personas, los diversos programas de capacitación del SENA podrían haber cobijado hasta hoy casi 1.5 millones de trabajadores, esto es, un 20% de la actual fuerza de trabajo. Las estadísticas disponibles, aunque expuestas a la crítica de “inflar" sustantivamente el volumen de las matrículas por utilizar como unidad de cuenta el concepto de alumnocurso, dicen que los estudiantes en formación" pasaron de ser 37 mil en 1965 a 281 mil en 1970, a 391 mil en 1975 y a 786 mil en 1978. Según esto, el Servicio estaría capacitando durante el año en curso a casi el 10% de los trabajadores colombianos, y la matrícula se habría expandido a tasas anuales del 40% entre 1965 y 1970, del 7% entre el 70 y el 75, y del 20% a partir de entonces. En términos de horas instructor, un índice algo más depurado, las respectivas tasas de crecimiento serían del 21 %, el 10 % y el 13 % anuales.
El vertiginoso ritmo de aumento en las actividades de capacitación del SENA obedece, en orden de importancia, al énfasis creciente sobre los modos de formación de menor intensidad habilitación, complementación, especialización , a la introducción de programas en algún grado “desescolarizados”, y a la apertura de nuevos cupos para aprendizaje y promoción. En 1965, los modos menos intensivos de formación agrupaban al 62% de los estudiantes; en 1970, al 65 %; en 1975, al 91 %, y en 1978, al 96 %. A partir de 1972, pero sobre todo después de 1975, las metodologías de educación desescolarizada, que multiplican el número de alumnos por cada profesor, cobran importancia dentro del Servicio. Finalmente, la cantidad de aprendices y estudiantes de "promoción pasó de 7 mil a 23 mil entre 1965 y 1970, a 36 mil en 1975 y a 33 mil en 1978. Por lo demás, tal explosión de cobertura no parece posible sin comprometer la calidad de la instrucción, según perciben muchos funcionarios del SENA, entrevistados para esta evaluación; así, quizá convenga estabilizar y mejorar lo actual, antes de proceder a nuevas ampliaciones.
Sean cuales fueren las reservas con que deben acogerse las estadísticas sobre capacitación y las deficiencias del Servicio al impartir la misma, no es aventurado afirmar que el SENA ha representado y representa el principal instrumento para la preparación de los "cuadros obreros calificados y de algunos tramos de empleados de mediana calificación dentro del país. Más aún, la acción capacitadora del SENA se cumple, muy fundamentalmente, sobre alumnos ya vinculados al mercado de trabajo; si se exceptúan los aprendices adolescentes no patrocinados y la mayoría de los estudiantes en promoción, puede en efecto decirse que todos los educandos del SENA cumplen alguna función laboral, en calidad de ocupados o de desempleados.
Cuadro No. 14
Distribución porcentual de los trabajadores por categorías ocupacionales, 1951 a 1973.
Otra manera, indirecta pero significativa, de apreciar la contribución del SENA a la formación de los núcleos calificados de la clase trabajadora, consiste en señalar la pronunciada modificación en la estructura ocupacional del país a lo largo de las últimas décadas. Entre 1951 y 1973, las categorías ocupacionales cuya participación porcentual en el empleo aumentó más notablemente fueron, ensu orden: vendedores, empleados de oficina, profesionales, técnicos, conductores y trabajadores de los servicios. Los grupos con disminución más marcada fueron los de gerentes y directivos, mineros, agricultores y artesanos y operarios Cuadro 14 . Estos fenómenos, que esencialmente reflejan la "natural pérdida en importancia de las actividades agropecuaria y minera a medida que crece el ingreso nacional Kuznets, 1974 , muestran también cierta tendencia al robustecimiento de los estratos "intermedios" empleados de oficina, profesionales, técnicos ... y al desarrollo de núcleos “marginadosurbanos en el sector” terciariovendedores, trabajadores de los servicios . A su vez, la capacitación impartida por los centros fijos del SENA habría coadyuvado en mucho al crecimiento de los tramos ocupacionales ”medios”, mientras los programas móviles urbanos atienden al trabajador marginado.
De otra parte, como se verá en la sección acerca del sector informal, parece claro que las actividades económicamente más modernas están en condiciones de ocupar nueva mano de obra; así, los esfuerzos del SENA encaminados a capacitar trabajadores del subsector “marginal" para su eventual ocupación dentro del sector formal, tendrían algún éxito en engrosar las clases trabajadoras “modernas”.
En síntesis, los programas de capacitación han contribuido sustantivamente a elevar el ingreso de gran número de trabajadores recuérdese el análisis de rentabilidad a estimular su movilidad ascendente, ocupacional y social, y a consolidar los núcleos "intermedios" de las clases trabajadoras.
Con todo, el aumento en la disponibilidad de mano de obra calificada fruto del SENA, los INEM u otros institutos técnicos, y del entrenamiento impartido por las empresas implica siempre en igualdad de circunstancias una baja relativa en el salario de cada trabajador. Tal ”abaratamiento” de la fuerza de trabajo capacitada analíticamente innegable aunque bien difícil de documentar con cifras es uno de los efectos más importantes de los programas de formación ofrecidos por el Servicio. Tal consecuencia, negativa para el trabajador individual, puede empero tener las virtudes de distribuir ingreso entre más individuos calificados y de acortar la diferencia salarial entre los tramos capacitados y los demás grupos laborales, contribuyendo así a la homogeneidad de las clases trabajadoras.
Conformación objetiva de la clase obrera
Para el desarrollo integral de la “clase obrera” se precisan su maduración objetiva" y su, maduración política" o, en los términos de Marx, su ser "clase en sí" y "clase para sí" Goldthorpe, 1968 . La madurez política alude a la conciencia y la acción de clase; la madurez objetiva corresponde a la aparición del obrero profesionaL
En el autorizado análisis de Danílevich 1974 , la madurez objetiva de la clase obrera requiere de seis elementos generales y diferenciables: a "reproducción natural, o constitución de cuadros obreros permanentes, más o menos estables y numerosos, de personas que a lo largo de toda la vida estén ligadas a la producción fabril, de manera que el proletariado industrial se distinga nítidamente de la restante masa de trabajadores; b ausencia de propiedad sobre los medios de producción por parte del trabajador la abundancia de artesanos o de campesinos minifundistas inhibe la maduración objetiva de la clase obrera ; c amplio predominio de la remuneración en dinero sobre las formas de retribución en especie; d clara divísión entre el trabajo manual y el trabajo intelectual; e asimilación de las normas, reglamentos y disciplina industrial que implica la producción a gran escala, y f formación de una "cultura técnica”, que incluye los elementos cognoscitivos y sociales necesarios para definir el papel y el status de trabajador calificado.
El solo comparar los requisitos enumerados con la filosofía y la práctica del SENA en sus actividades de capacitación para el sector moderno de la economía, pone de presente cómo el Servicio contribuye directamente a la conformación objetiva de una clase obrera. Por supuesto, dicha conformación no depende en modo exclusivo, ni siquiera principal, de como se orienten las agencias educativas; más bien, éstas pueden reforzar y complementar las tendencias estructurales que, en la esfera de la producción, van gestando un proletariado “moderno”. El SENA cumpliría, por excelencia entre los sistemas educacionales de Colombia, tal papel de refuerzo y complementaci6n objetivos de la clase obrera, sobre todo en crear y difundir la "cultura técnica", en especializar para labores "manuales" complejas u oficios "intelectuales" medios, en inculcar la "disciplina industrial a sus trabajadoresalumnos y en aportar a la diferenciación del proletariado "moderno.
Por lo demás, las prácticas aparentes de reclutar obreros "meritorios o parientes de éstos en el aprendizaje patrocinado, y de retener aprendices para sus cursos de "promoción", tenderían a fortalecer una cierta "tradición proletaria o "reproducción natural" de la clase obrera dentro del país. En opinión de los empresarios del sector moderno que fueron encuestados por FEDESARROLLO, la capacitación dentro del SENA sirve ante todo para "elevar la responsabilidad del individuo en el desempeño de su trabajo; luego, para "aumentar la remuneración del trabajador" o "permitir su promoción a cargos más importantes y, en grado bastante inferior, para incrementar la productividad del trabajador" o "estimular su capacidad inventiva en el campo tecnológico”. Esta percepción de los empleadores, según la cual el SENA tiene como principal virtud fomentar el espíritu de "responsabilidad entre los educandos, confirma en alguna medida su aporte a la constitución de un obrerismo "profesional”.
Así como el SENA contribuye a la maduración objetiva de la clase obrera, podría también confirmar, indirectamente al menos, ciertos obstáculos para su maduración “política”. Analizando el movimiento obrero colombiano se encuentra cómo, en efecto, su capacidad de acción global ha sido entrabada históricamente por la relativa debilidad de los sindicatos y su continua fragmentación, por el carácter "legalista" de sus demandas y por su comparativa falta de autonomía frente al Estado, los empleadores y los partidos tradicionales G6mez, 1975 . Al concentrarse en la calificación de obreros y empleados para las empresas más modernas donde predominan el sindicalismo de negocios y la orientación "de base” el SENA podría reflejar o, en cierto sentido, ratificar la división y la estratificación internas del movimiento laboral. Al inculcar la "disciplina industrial y la ética institucional" del trabajo, también podría el Servicio encauzar al educando hacia una actitud ·legalista”,o hasta "leguleya" en el sentir de muchos empleadores. No menos, el egresado del SENA parecería calificar fácilmente para el ingreso a la " aristocracia obrera , con la tendencia consiguiente a su " aburguesamiento”.
Correspondencia con una “filosofía" sindical
El movimiento obrero organizado se reparte en Colombia entre siete corrientes ideológicas. La CTC tuvo, y en alguna medida retiene, una orientación liberal a estilo de López Pumarejo; la UTC afirmó en sus primeros manifiestos la doctrina social de la Iglesia Católica en versión de las encíclicas clásicas y con frecuencia se la asocia con el partido conservador; la CSTC es el brazo sindical del partido comunista ortodoxo “línea Moscú” ; la CGT podría catalogarse como democristiana de izquierda; los sindicatos del MOIR se inclinan por la versión “china"del marxismo; los vinculados al partido socialista tienden a inspirarse en las ideas de Trotsky y otro grupo de independientes pertenece en su mayoría a la izquierda no denominada. De estas siete corrientes, el SENA ha estado más cerca de la concepción representada por la UTC, con sus énfasis característicos sobre la estrategia de negociación y el pensamiento cristiano.
Apenas el 17 % de la población laboral se afilia a más de 5. 000 sindicatos existentes en Colombia. La mayoría de estas agremiaciones un 49% pertenece a la categoría de "base”, cuya táctica preponderante es la negociación colectiva dentro de cada empresa y por motivos típicamente “económicos":sobre un total de 1013 huelgas registradas entre 1962 y 1976, un 95% encontró origen en la discusión de pliegos o la violación patronal de convenios, al paso que las huelgas de "protesta" y de "solidaridad" sumaron 43 tan solo.
El contraste entre las estrategias de las varias confederaciones o "bloques", y el predominio del "sindicalismo de negociación" sobre el sindicalismo de protesta", se nota más claramente al comparar la distribución de fuerzas entre los grupos con la afiliación sindical de los huelguistas. Reuniendo cerca del 40 % de los sindicatos, la UTC adelantó apenas el 16 % de las huelgas entre 1969 y 1976 y la CTC, con cobertura del 25 %, patrocinó sólo otro 6 %; en cambio, un 30 % de los conflictos huelguísticos fue protagonizado por sindicatos afiliados a la C8TC? que agrupa de un 20 a un 25 % de la fuerza obrera organizada y el restante 48 % de las huelgas correspondió a las demás corrientes, cuya cobertura no va más allá del 10% o 15% de los sindicatos Gómez y Losada, 1977.
La concepción original de la UTC insiste sobre un sindicalismo "apolítico", exclusivamente reivindicatorio y centrado sobre la empresa individual. Sus primeros documentos condenan la “violencia”, la "lucha de clases y los paros nacionales, políticos o de solidaridad; confían en la conciliación de intereses y aspiran a la "armonía entre el capital y el trabajo", postulando un modelo de sociedad corporatista; afirman, en fin, la legitimidad del influjo eclesial, rechazan toda alianza "táctica" con sindicatos no cristianos y condenan la afiliación de católicos a agremiaciones “materialistaso "neutrales Espinosa, 1969.
Con el tiempo y los avatares de la lucha sindical la UTC ha revisado algunos de sus planteamientos iniciales, sin abandonarlos completa ni definitivamente. La "apoliticidad" cedió el terreno a compromisos explícitos con los partidos tradicionales e inclusive a la constitución del transitorio movimiento laborista denominado MOSPOL. En 1957, en 1965, en 1969, en 1971 y en 1977, la Central participa en huelgas generales o paros cívicos nacionales con algún significado político. Durante los años sesenta se apartó también la UTC, esporádicamente, de su tradicional respeto por la propiedad privada con la "toma obrera de la empresa "Ladrfflos Moore” o las invasiones de tierra propiciadas por la Federación Agraria Nacional, FANAL, brazo rural de la Unión . Por último, la Central ha aceptado alianzas tácticas con la CTC desde 1958, con la CSTC después de 1969 y con el conjunto de las fuerzas sindicales a partir de 1977 Becker, 1970 . Pero, comparada con los grupos más radicales, la UTC sigue representando sin duda un "estilo" y una "concepci6n" más bien "negociadora", "económica" y "cristiana”.
Como se ha repetido tantas veces, la úTC participó directa y definitivamente en la creación del SENA, ha llevado siempre la vocería de los trabajadores en el seno del Consejo Nacional y correspondió a su representante presidir repetidamente dicho organismo. Más allá de esta influencia, directa, notable y mantenida, podrían señalarse otros tres paralelismos entre las concepciones del Servicio y las de la UTC. Primero, la capacitación de mano de obra dirigida a merementar tanto la productividad como la remuneración del trabajador, constituye una forma de velar por la armonía de los intereses obreropatronales y de facilitar la conciliación entre ambas partes. Segundo, el Servicio acoge de grado la presencia de la Iglesia Católica dentro de sus actividades, contando con un representante de ella en su Consejo Directivo, incorporando la dimensión cristiana a sus currículos o solicitando la cooperación de sacerdotes en calidad de "capellanes". Tercero, la conformación y procedimientos de los consejos Nacional y regionales, según fueron analizados en otra sección del presente estudio, suponen un claro y raro ejemplo de concertaci6n continuada y libre de conflictos fundamentales entre los trabajadores organizados, los empresarios y el gobierno.
El SENA y la empresa
Las relaciones del SENA con la empresa tocan dos niveles distintos: el de la firma individual y el del conjunto de empresas en una rama o sector de actividad. El primer tipo de relaciones cobija, de un lado, la calificación de mano de obra, el desarrollo tecnológico y la asesoría proporcionadas por el SENA y, de otro lado, los aportes de la firma al Servicio y el “patrocinio” de algunos aprendices. El análisis sobre la asistencia tecnológica y gerencial prestada a las empresas será realizado en otra sección del presente estudio; el aporte obligatorio del 2% sobre nómina constituye para la empresa individual un "costo fijo o “muerto", independiente de que ella se beneficie o no del SENA; en modos de formación distintos del aprendizaje patrocinado, la firma y el organismo no interactúan directamente sino a través del mercado laboral. Por lo mismo, la relación SENAempresa individual se mirará aquí sólo en cuanto atañe al aprendizaje patrocinado.
El segundo nivel de las relaciones SENAempresa remite a un análisis de transferencias de recursos entre firmas o entre ramas de producción, puesto que debe distinguirse claramente entre la acción de enviar y/o patrocinar aprendices, y la acción de contratar aprendices ya egresados, ora que ellos hayan sido patrocinados por la misma empresa, ora por un empleador diferente.
Rentabilidad del aprendizaje para la firma individual
Al interrogar a los empresarios sobre el rendimiento económico de patrocinar trabajadores como aprendices del SENA, un 54.5% piensa que sí es rentable, sólo el 11.4% considera que no es rentable y el resto, 34. 1 %, opina que no es ni lo uno ni lo otro. Esta aparente rentabílidad del contrato de aprendizaje para el empleador no deja de sorprender, pues contrasta con la disposición legal que autoriza al SENA para reclutar de la firma un número de aprendices que no exceda del 5 % del total de sus trabajadores.
Para fijar el punto de la rentabilidad o no rentabilidad del aprendizaje, conviene recurrir al cálculo concreto de los costos en que incurre la empresa y de los beneficios derivados de la productividad del aprendiz. Nuevamente, los cómputos suponen una duración del aprendizaje de 3 años, habida cuenta de las limitaciones en la información disponible.
En una primera aproximación, se toma el ingreso de un aprendiz graduado y sin ninguna experiencia, ajustado por prestaciones sociales, como “salario mínimo convencional"; a esta base se aplican los porcentajes del 50%, el 65% y el 100% previstos por la ley como tarifas de pago al aprendiz en cada uno de los años de su formación. Para los beneficios se estimó el incremento salarial neto debido al aprendizaje, tomando por tal la diferencia entre el salario de un aprendiz graduado, sin ninguna experiencia adicional al propio aprendizaje, y el salario de un trabajador con quinto de primaria y 3 años de experiencia. En el supuesto, burdo por cierto, de que el salario corresponde a la productividad marginal, los incrementos en el primero fueron imputados como “beneficios” de la firma, distribuyéndolos proporcionalmente según períodos lectivos y peri6dos productivos del aprendiz.
Las mediciones reconocen el hecho de que el aprendiz no está obligado a vincularse con la firma patrocinadora tras completar su formación, lo cual implica que patrocinar aprendices es un negocio" a tres años o dos, segím el caso , siendo otro el “negocio” de contratar aprendices egresados. Esta consideración se basa, por una parte, en los enunciados de la Ley 188 de 1959 que rige el contrato de aprendizaje y, por otra parte, en las encuestas de seguimiento a aprendices: el cuadro 15 muestra cómo el 40% de los patrocinados cohorte de 1966 nunca trabajó para la empresa patrocinadora y cómo el 22% trabajó durante un tiempo apenas; en la promoci6n de 1970, las respectivas cifras fueron del 47 % y del 15 %.
Con los anteriores supuestos y la metodología descrita a grandes rasgos, se encuentran las diferencias entre costos y beneficios para la firma patrocinadora del aprendiz Cuadro 16, columna 4 . Como puede apreciarse, sólo el último semestre resulta rentable para el empleador, quien pierde de hecho cerca de $9.700 de 1970 por cada aprendiz que envía al SENA.
El anterior cálculo está un poco alejado de la realidad, ya que la proporción del salario mínimo reconocida al aprendiz, según la encuesta de FEDESARROLLO, supera la prevista por la ley. En la práctica, durante el primero y segundo semestres, se reconoce al aprendiz un 62 % del salario
Cuadro No. 15
Situación Ocupacional de los Ex-aprendices con respecto a la empresa patrocinadora, según regional de egreso mínimo; en el tercero y cuarto semestres la proporción asciende a 82 manteniéndose los dos últimos en el 100%. Esta distancia entre la ley y la práctica probablemente se debe a la conjugación de dos factores: de un lado, la presión sindical para elevar colectivamente los salarios, elemento que tiende a ser más eficaz en las grandes empresas y, de otro lado, la probabilidad de que las firmas consideren como un "premio” al trabajador el suministrarle aprendizaje. De todas maneras, al aplicar los nuevos porcentajes de remuneración del aprendiz, el empleador acumula una pérdida cercana a los $13.000 de 1970 por cada estudiante del SENA que decida patrocinar.
El concepto marxista de “plusvalía” exceso de la productividad sobre el salario podría ser invocado para concluir que el aprendizaje sí es rentable para el patrocinador. Si, con Misas 1973 se acepta que la “tasa de explotación" relación entre el valor agregado neto real por trabajador" y su "remuneración real” fluctúa entre 1.73 y 5.67 dentro de la manufactura colombiana, el "saldo" del aprendizaje para el patrono estaría entre una ganancia de $83.000 y una pérdida, en el peor de los casos, de $2.400, en valores de 1970. Pero, aun en presencia de explotación, el contrato de aprendizaje seguiría siendo ecomónicamente poco atractivo para la firma, toda vez que ella puede contratar aprendices egresados y obtener de ellos una “plusvalía" mayor en términos absolutos salvo que la ”tasa de explotación" sobre el estudiante fuese mucho mayor que la ordinaria, lo cual parece harto ¡improbable.
Cuadro No. 16
Diferencias semestrales entre los costos y los beneficios de la empresa individual al patrocinar aprendices, entre 196 y 1969
Cuadro No. 17
Aprendices patrocinados en formación por ramas industriales.
Pero si el aprendizaje no es rentable para la firma, cómo se explica que tantos patronos lo consideren así o que en algunas empresas y sectores se ofrezca patrocinio a más del 5% de la mano de obra Cuadro 17 . Pueden ensayarse cinco respuestas a este interrogante:
a El aprendizaje es "rentable" cuando se trata de la formación de un trabajador muy escaso; en este sentido, la empresa trataría de "amarrar al aprendiz, inclusive pagándole un sueldo superior a su productividad. Como se recordará del Cuadro 15, resta un 38% de patrocinados que permanece con la firma luego de completar su formación en el SENA, y otro 15 % a 22 % que permanece en ella durante algún tiempo al menos. En este evento, el período “productivo" de la inversión en aprendizaje va más allá de dos o tres años y puede tornarse rentable.
b El patrocinio puede ser rentable en el caso de que la empresa necesite alguna inversión adicional" para la adaptación "informal" de los nuevos trabajadores, inversión que se evitaría en el caso de los aprendices. En cierta forma, la contratación de mano de obra “no adaptada" puede incluir costos extras que la empresa podría evitar contratando establemente a sus aprendices patrocinados.
Cuadro No. 18
Iniciativa del Contrato de Aprendizaje, según ramas de actividad económica.
c La encuesta de FEDESARROLLO no refleja la situación de la totalidad de las empresas, puesto que se restringe a la gran industria, en cuyo caso la formación del SENA puede adecuarse mejor a las necesidades de mano de obra calificada, por la disciplina que inculca, la eficiente educación técnica que brinda, etc. En este sentido, sería posible que medianos o pequeños empresarios tuviesen una opinión diferente acerca de la rentabilidad del contrato de aprendizaje.
d El enviar aprendices al SENA también puede ser ventajoso para la gran empresa, porque así puede planear sus flujos de mano de obra calificada a largo plazo. Esta apreciación encuentra algún asidero en el Cuadro 18, donde se observa cómo el 48% de las empresas encuestadas señala que los contratos de aprendizaje surgen por iniciativa de la propia firma y apenas una cuarta parte de expresas solicitudes del SENA.
e Una última explicación de la aparente rentabilidad de enviar aprendices al SENA puede residir en la coyuntura económica al momento de la encuesta. A inicios de 1978, habría escasez de mano de obra calificada debido a la conjugación de un muy alto nivel en la demanda agregada durante 1977, el ingreso nacional aumentó en un 9% y de la continuada migración, principalmente hacia Venezuela, de trabajadores capacitados. De mantenerse tales tendencias, como se arguye en otra sección del presente estudio, la relativa escasez de calificados se mantendrá en el futuro. Por el momento, el 86% de los empresarios consultados opina que la mano de obra calificada es "abundante en Colombia, al paso que sólo el 36% y el 33% dicen lo propio acerca de los trabajadores semicalificados y altamente calificados, respectivamente.
Transferencias entre empresas y entre sectores económicos
Aunque patrocinar al aprendiz no constituye una inversión lucrativa para el empleador individual, difícilmente podría ser puesta en tela de juicio la rentabilidad de contratar trabajadores egresados del SENA o, en general, mano de obra calificada: en ausencia de ella, muchas actividades de producción serían simplemente imposibles, el progreso técnico se vería seriamente limitado y difícilmente se lograría cualquier aumento en la productividad de la firma. Más aún, como apunta el Cuadro 19, la mayoría de los empresarios prefiere enganchar personal técnico preparado por el SENA que trabajadores calificados de otra procedencia. Como bien observa Puryear 1977 : “…es posible que las empresas que deciden no patrocinar aprendices por cuenta propia y logran eludir el patrocinio obligatorio estén en el camino más racional desde el punto de vista económico: no tienen gastos directos y aun así pueden contratar obreros capacitados por el SENA, ofreciéndoles remuneraciones comparables a las de sus patrocinadores".
Si es más "racional”, económicamente hablando, la empresa que elude el patrocinio obligatorio y se limita a adquirir el “producto" que genera de continuo una agencia educativa como el SENA, es indudable que exista una transferencia de recursos de unas fírmas a otras por intermedio del Servicio. La carencia de datos impide cuantificar dichas transferencias, pero basta anotar cómo la empresa “racional" economiza entre $9.000 y $13.000 de 1970 por cada aprendiz graduado que contrate.
Cuadro 19
Preferencias del Empresario para el enganche de trabajadores calificados, por rama de actividad.
El análisis de transferencias puede ampliarse, contemplando agregadamente los tres grandes sectores de la economía "moderna" que atienden los programas del SENA: el agropecuario, el industrial y el de comercio y servicios Cuadro 20 . Aparentemente pues las cifras no son del todo conflables el organismo “subsidia" las actividades agropecuarias con fondos provenientes de la industria, el comercio y los servicios: la manufactura aporta cerca del 50% de los costos financieros del SENA y no se beneficia más que de un 25 % a 27 % de sus gastos, y el sector del comercioservicio percibe un 30% cuando contribuye con más del 40%; en contraste, los desembolsos destinados a la agricultura sin contar los Programas Móviles Rurales claramente superan su cuota de esfuerzo financiero 18% frente a 9% . La inclinación del SENA en relativo perjuicio de la industria y en beneficio de la agricultura se mantiene al comparar el origen de sus ingresos con el “destino" de los alumnos en formación y el de sus estudiantes egresados; en cambio, los guarismos para el sector "terciario comercio y servicios muestran equilibrio entre aportes y beneficios. Por último, si se atienden indicadores de "calidad y no meramente de "cantidad", es decir, si se miran las distribuciones sectoriales de “horasinstructor y” horas “alumno”, el renglón comercioservicios es quien resulta "perjudicado" en ventaja de la agricultura y las transferencias a cargo de la industria disminuyen sensiblemente. En otras palabras el sector agrícola, quizá por la mayor incidencia de la evasión, recibe más de lo que merece en términos de cantidad, si no tanto en términos de calidad; el comercio y los servicios perciben "cantidad” en proporción a su aporte pero "calidad" en proporción inferior a aquél y la industria pierde en ambos respectos, pero relativamente menos en "calidad".
Por otro lado, el gobierno, cuya cuota financiera es baja 0.22% y 0.29% en 1974 y 1975, respectivamente cuenta en el SENA con una institución eficaz para el desarrollo de sus políticas, según se indicó atrás. Ello se refleja particularmente en el hecho de que grupos sociales no aportantes, el marginado y el tradicional, se beneficien del organismo en proporción cercana a la consignada en el Cuadro 20 para los Programas Móviles Urbanos y Rurales por disposición legal, el SENA puede destinar a aquellos grupos hasta un 10% de su presupuesto, complementado por aportes gubernamentales . Resalta pues una actitud "redistributiva” desde el sector moderno hacia los sectores tradicional y marginado dentro de los programas del SENA, actitud que será examinada en la siguiente sección de este trabajo.