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La ruta de HumboldtColombia - Venezuela /

Raudales de Atures y Maipures

Raudales de Atures y Maipures

Raudal de Atures en el río Orinoco. 

Cerca de la misión de Atures se forma un hermoso raudal que interrumpe la navegación por el Orinoco. Enormes rocas se alzan ofreciendo un obstáculo monumental, que el río vadea formando rápidos y cataratas.

Raudal de Atures en el río Orinoco. Cerca de la misión de Atures se forma un hermoso raudal que interrumpe la navegación por el Orinoco. Enormes rocas se alzan ofreciendo un obstáculo monumental, que el río vadea formando rápidos y cataratas. 

Raudal Mesetas en el río Orinoco. 

El raudal de Mesetas, que se encuentra al sur de la ciudad venezolana de Puerto Ayacucho, traza el límite de navegación en la porción media del Orinoco. Ninguna embarcación puede remontarlo sin que la halen con cuerdas desde la orilla.

Raudal Mesetas en el río Orinoco. El raudal de Mesetas, que se encuentra al sur de la ciudad venezolana de Puerto Ayacucho, traza el límite de navegación en la porción media del Orinoco. Ninguna embarcación puede remontarlo sin que la halen con cuerdas desde la orilla.  

Raudal de Maipures.

Raudal de Maipures. 

Texto de: Alexander von Humboldt

Una tierra desconocida comienza más allá de las grandes cataratas. Es un país en parte montañoso, en parte uniforme, que recibe a una vez afluentes del Amazonas y del Orinoco. Por la facilidad de sus comunicaciones con Río Negro y el Gran Pará, parece pertenecer más bien al Brasil que a las colonias españolas. Ninguno de los misioneros que han descrito antes que yo el Orinoco, los PP. Gumilla, Gili y Caulín, han franqueado el raudal de Maipures. Si el último dio a conocer con alguna precisión la topografía del alto Orinoco y el Casiquiare, no fue sino a merced de las informaciones de los militares empleados en la expedición de Solano. Sólo tres establecimientos cristianos hemos hallado más arriba de las grandes cataratas, a lo largo de las riberas del Orinoco, en un trecho de más de cien leguas, aunque estos tres establecimientos apenas contenían de seis a ocho personas blancas, es decir, de raza europea. No debe sorprender que una región tan desierta haya sido en todo tiempo la tierra clásica de las fábulas y de cosas de hadas. Allí localizaron graves misioneros esos pueblos que tienen un solo ojo en la frente, una cabeza de perro, o la boca debajo del estómago: allí encontraron lo que los antiguos nos cuentan de los Garamantes, los Arimaspes y los Hiperbóreos. No sería razón suponer que esos sencillos misioneros, a menudo un poco rústicos, hayan inventado por sí mismos todas esas ficciones exageradas: las han tomado en gran parte de las narraciones de los indios. […]

Después de haber remontado el Orinoco más allá del río Anaveni es cuando se encuentran las grandes cataratas de Mapara y Quituna, o como más comúnmente dicen los misioneros, los raudales de Atures y Maipures, entre los cerros de Uniana y Sipapu (o Tipapu, conforme a la pronunciación indiana). Estas presas extendidas de un ribazo a otro presentan en general un aspecto más o menos constante: son islas innumerables, diques roqueños, bloques de granito amontonados y cubiertos de palmeras, entre los cuales se rompe, espumante, uno de los mayores ríos del Nuevo Mundo. A pesar de esta uniformidad de aspectos, cada una de las cataratas ofrece sin embargo un carácter individual. La primera, que es la más septentrional, es la más fácil de pasar cuando las aguas están bajas. En la segunda, la de Maipures, los indios prefieren la época de las grandes avenidas. Más allá de Maipures y de la boca del caño Cameji, está de nuevo el Orinoco libre de obstáculos en una longitud de más de 167 leguas hasta cerca de sus cabeceras, es decir, hasta el raudalito de los Guaharibos, al este del caño Chigüire y de los altos montes de Yumariquín. […]

La ruta de Humboldt
Colombia - Venezuela /
Raudales de Atures y Maipures

#AmorPorColombia

La ruta de Humboldt Colombia - Venezuela / Raudales de Atures y Maipures

Raudales de Atures y Maipures

Raudal de Atures en el río Orinoco. 

Cerca de la misión de Atures se forma un hermoso raudal que interrumpe la navegación por el Orinoco. Enormes rocas se alzan ofreciendo un obstáculo monumental, que el río vadea formando rápidos y cataratas.

Raudal de Atures en el río Orinoco. Cerca de la misión de Atures se forma un hermoso raudal que interrumpe la navegación por el Orinoco. Enormes rocas se alzan ofreciendo un obstáculo monumental, que el río vadea formando rápidos y cataratas. 

 

Raudal Mesetas en el río Orinoco. 

El raudal de Mesetas, que se encuentra al sur de la ciudad venezolana de Puerto Ayacucho, traza el límite de navegación en la porción media del Orinoco. Ninguna embarcación puede remontarlo sin que la halen con cuerdas desde la orilla.

Raudal Mesetas en el río Orinoco. El raudal de Mesetas, que se encuentra al sur de la ciudad venezolana de Puerto Ayacucho, traza el límite de navegación en la porción media del Orinoco. Ninguna embarcación puede remontarlo sin que la halen con cuerdas desde la orilla.  

 

Raudal de Maipures.

Raudal de Maipures. 

 

Texto de: Alexander von Humboldt

Una tierra desconocida comienza más allá de las grandes cataratas. Es un país en parte montañoso, en parte uniforme, que recibe a una vez afluentes del Amazonas y del Orinoco. Por la facilidad de sus comunicaciones con Río Negro y el Gran Pará, parece pertenecer más bien al Brasil que a las colonias españolas. Ninguno de los misioneros que han descrito antes que yo el Orinoco, los PP. Gumilla, Gili y Caulín, han franqueado el raudal de Maipures. Si el último dio a conocer con alguna precisión la topografía del alto Orinoco y el Casiquiare, no fue sino a merced de las informaciones de los militares empleados en la expedición de Solano. Sólo tres establecimientos cristianos hemos hallado más arriba de las grandes cataratas, a lo largo de las riberas del Orinoco, en un trecho de más de cien leguas, aunque estos tres establecimientos apenas contenían de seis a ocho personas blancas, es decir, de raza europea. No debe sorprender que una región tan desierta haya sido en todo tiempo la tierra clásica de las fábulas y de cosas de hadas. Allí localizaron graves misioneros esos pueblos que tienen un solo ojo en la frente, una cabeza de perro, o la boca debajo del estómago: allí encontraron lo que los antiguos nos cuentan de los Garamantes, los Arimaspes y los Hiperbóreos. No sería razón suponer que esos sencillos misioneros, a menudo un poco rústicos, hayan inventado por sí mismos todas esas ficciones exageradas: las han tomado en gran parte de las narraciones de los indios. […]

Después de haber remontado el Orinoco más allá del río Anaveni es cuando se encuentran las grandes cataratas de Mapara y Quituna, o como más comúnmente dicen los misioneros, los raudales de Atures y Maipures, entre los cerros de Uniana y Sipapu (o Tipapu, conforme a la pronunciación indiana). Estas presas extendidas de un ribazo a otro presentan en general un aspecto más o menos constante: son islas innumerables, diques roqueños, bloques de granito amontonados y cubiertos de palmeras, entre los cuales se rompe, espumante, uno de los mayores ríos del Nuevo Mundo. A pesar de esta uniformidad de aspectos, cada una de las cataratas ofrece sin embargo un carácter individual. La primera, que es la más septentrional, es la más fácil de pasar cuando las aguas están bajas. En la segunda, la de Maipures, los indios prefieren la época de las grandes avenidas. Más allá de Maipures y de la boca del caño Cameji, está de nuevo el Orinoco libre de obstáculos en una longitud de más de 167 leguas hasta cerca de sus cabeceras, es decir, hasta el raudalito de los Guaharibos, al este del caño Chigüire y de los altos montes de Yumariquín. […]

La ruta de Humboldt Colombia - Venezuela / Raudales de Atures y Maipures

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